emol. La exitosa fórmula
de la reina de las finanzas Suze Orman. Sus consejos para enfrentar la crisis económica.
De camarera se transformó en aprendiz de finanzas del Banco Merril
Lynch, y luego en una consejera superventas que ha amasado una fortuna de 25
millones de dólares, y que invitan como panelista de CNN a hablar sobre la
crisis económica. Las recomendaciones de Suze Orman mezclan la sicología con la
economía, porque, como ella dice, “Tienes lo que eres”. Cualquier
mujer puede hacer dinero, asegura, si aprende a gobernar sus emociones
peligrosas: miedo, vergüenza y rabia. Aquí, sus secretos.

Era la típica ñiñita gringa de los 50. Pero en algo era diferente: a la
pequeña Suze las palabras no se le entendían. Creció con malas notas. Igual fue
aceptada en Servicio Social en la Universidad de Illinois, “la carrera más
simple que encontré porque no me dejaron postular para ser médico
neurocirujano”. Debió haberse recibido en 1973 pero jamás pasó el examen
de idiomas. Dejó la universidad sin su título. Terminó despejando de eucaliptus
las carreteras de Berkeley, California, por 3,50 dólares la hora. Así llegó a
su primer empleo serio: camarera en la Buttercup Bakery, donde estuvo seis
años. Y fue desde ahí que la menoscabada niñita de Chicago dio el gran salto.

Mientras servía mesas, se hizo amiga de un
empresario, quien le prestó 50 mil dólares para abrir su propio restaurant. Lo
invirtió en el Banco Merril Lynch y, al poco tiempo, perdió todo. Ese trauma
marcó el principio de su giro mental: Suze decidió que ésa era la última plata
que perdía en su vida. Se inscribió como aprendiz en Merril, logró un empleo y
en pocos años aprendió finanzas. Más y mejor que sus jefes.

En apenas siete años, desde 1980 hasta 1987,
Suze llegó a ser “la superpoderosa Suze Orman”, la mujer que
revolucionó el mundo de los consejos financieros en Estados Unidos, y que
lideró los rankings de best sellers con sus nueve libros traducidos en catorce
idiomas. Partió escribiéndolos quince años después de su debut y recopilan su
enorme experiencia como consejera de inversiones. Su superventas “Los
nueve pasos hacia la libertad económica”, de 2006, vendió tres millones de
copias. Durante once semanas encabezó la lista de best sellers del New York
Times, figuró en los rankings del Wall Street Journal, USA Today y Business
Week.

Al año siguiente, “Mujer y Dinero”
fue otro éxito: casi dos millones de libros vendidos. En 2008, durante el
programa de Oprah Winfrey, Suze anunció que durante 33 horas el texto se podría
bajar gratis de internet. Otro millón y medio de copias en inglés y 50 mil en
castellano aterrizaron en los computadores. Ahora, frente a la crisis mundial,
acaba de publicar “El plan de acción para 2009”, que ya es primero en
la lista de best sellers del New York Times.

La televisión la conoció durante los 90. No
sólo Larry King y Oprah la han invitado a sus célebres programas; desde 2002 Suze
Orman conduce su propio show. La sección estrella, inventada por ella, se llama
“¿Puedo comprármelo?”. Con el tono enérgico que la ha hecho famosa,
la consejera recibe llamadas al aire de telespectadores que exponen su
situación financiera y preguntan si es sensato para ellos invertir. Los casos
más recordados están en YouTube.

Suze Orman ya es una marca en otros países.
Tanto la aplaudieron en Sudáfrica – donde sus presentaciones reunieron a más de
doce mil personas- que terminó montando una filial de su empresa allí. Fue dos
veces a China, pero “no volví porque era frustrante, allá no existen
posibilidades de inversión”.

Desde su casa en San Francisco – tiene
propiedades además en Johannesburg, Fort Lauderdale y Nueva York por siete
millones de dólares- dio en exclusiva sus recomendaciones para enfrentar la
actual crisis. Ellas no son muy distintas a su discurso de los últimos veinte
años: la mujer, dice, tiene en sus manos la capacidad de asegurar su futuro
económico. Sólo que no se ha dado cuenta y una danza de emociones peligrosas le
nublan la mirada.

“Sácate la idea del fracaso de la
cabeza”

A los 58 años, Orman tiene una mirada muy de
avanzada. Vive en Florida desde hace casi diez años con su novia, Kathy Travis.
La pareja proyecta casarse: “Tenemos millones de dólares y nos preocupa,
en caso de muerte de una, que la otra pierda el 50% de esta fortuna en
impuestos. Por eso apoyamos la ley que permite el matrimonio entre personas del
mismo sexo”, ha dicho. Apoyó a Barack Obama y sus causas. No siendo
católica, cree en Dios. Lo homologa con la fuerza que guía las acciones
humanas. Por eso, desde San Francisco contesta simplemente a la pregunta sobre
qué aprendió en sus años de camarera: “Mi juventud fue mi lección de vida.
Si quieres que Dios te ayude, muéstrale tus planes. Yo quería abrir un
restaurante. Al perder mi único capital en Merril Lynch, la vida me apartó de
esa ruta y me arrojó en la correcta: mi carrera en inversiones financieras. No
era mi plan, pero era el plan maestro del universo. Aprendí que el fracaso no
existe. Sácate la idea del fracaso de la cabeza”.

Una de las leyes que enseña es entender que
cada tropiezo es un paso hacia el camino correcto. “Una frustración
necesaria. Si ese tropiezo no hubiera existido, estarías alejándote de tu
destino. Es una ley. Y aprender esta ley es uno de los pasos hacia la libertad
económica, además de ser la número ocho de uno de mis libros: ‘Todo lo que te
pasa es para mejor”‘.

En 1980 debutó como consejera financiera,
tenía 29 años y cientos de clientes. Visualizó que un patrón se repetía: con
sus mismos consejos en iguales circunstancias había gente a la que le iba
siempre bien y otra a la que siempre mal. Concluyó que algunos invertían
felices y seguros: los que ganaban. Y otros con miedo: los que perdían. Así
aprendió que las emociones son determinantes en la ley de hacer dinero.
“Son el obstáculo interno del ser humano para alcanzar la riqueza”.

Tres emociones peligrosas dominan a la mujer y
la alejan de la seguridad económica, asegura Suze: el miedo, la vergüenza y la
rabia. “No hay ninguna diferencia entre lo que tú tienes y lo que tú eres.
La plata es una extensión de tu propia energía: tanto existe a tu haber, tantos
pasos hacia tu libertad personal has dado en tu vida. Al dinero hay que respetarlo:
hasta hoy yo me agacho en Manhattan para recoger un centavo de dólar. No puedes
pretender ser rica si andas con los billetes todos arrugados, los bolsillos
repletos de monedas sueltas o si tienes una chequera en caos. Sé inmediatamente
cuando una persona tiene problemas en su tarjeta de crédito: basta mirar su
auto lleno de latas de bebida o su clóset desordenado. Una casa con la pintura
descascarada y las murallas sucias me revela mucho más de una cuenta bancaria
que la declaración de impuestos”.

– ¿Cómo se dominan estas emociones?

– Si pierdes tu trabajo o tu negocio, en lugar
de rebelarte, avergonzarte o caer en el pánico, lucha como guerrera para
conseguir otro. Si consigues uno que no está a tu altura, agradécelo. Trabaja
gratis si es necesario, pero sigue luchando. Saca de tu mente el fracaso y el
miedo. Los empleadores contratan a quienes se sienten poderosos y a los que no
tienen miedo de caerse de nuevo, no a los dueños de excelentes currículos.
Prefieren a los que se obsesionan y se enamoran de su meta. Si te sientes
poderoso, ese poder se nota. Yo soy poderosa. Sigue. Cada paso, aunque te
resbales cien veces, te acerca a tu meta. Es una ley indiscutible. Y agradece
siempre.

– Otro gran tema económico suyo es la
generosidad.

– La única manera para que una persona reciba
los dones que merece es abriendo su mano. Nos aferrarnos a lo que tenemos,
cerramos los puños. Si tú das, tu mano abierta recibirá la riqueza que te
mereces. Acostúmbrate a dar una vez al mes.

La riqueza de las mujeres

Para Suze Orman es importante que las mujeres
actuales no sigan entregando un mensaje equivocado sobre el dinero a las
generaciones que vienen. Porque esta experta financiera ve una disfuncionalidad
entre el mundo femenino y el dinero. “Los hombres no la sufren. Ellos
piden aumento de sueldo sin vergüenza, ganan millones sin culpa y gastan con
placer. Manejan sus emociones a la hora de generar riqueza. La mayoría de
nosotras no tiene idea”, dice Suze, quien aclara que no es ni será nunca
una feminista. “Por eso mis consejos los escuchan también cientos de
hombres’. El embarazarse y tener hijos marcó indeleblemente al sexo femenino y
le enseñó erradamente que su rol era sólo cuidar a los demás, asegura.
“Nunca antes en la historia tuvimos contacto directo con el dinero.
Entonces, cualquier riqueza que acumulemos, lo destinamos a nuestros hijos,
maridos, o padres. Hay mujeres de 65 años que dieron todo y el marido las deja.
Y todos sus ahorros se fueron en la familia”.

Orman convirtió su carrera en cruzada cuando
reflexionó que, si alguien no levantaba una voz, las mujeres seguirían
transmitiendo este mensaje disfuncional a sus hijas. “Hoy, en todo el
mundo las mujeres vivimos mucho más que los hombres. Si no empezamos a
relacionarnos sanamente con el dinero, envejeceremos y moriremos pobres”.

Ocho cualidades básicas se deben manejar para
lograr el equilibrio financiero, dice: armonía, equilibrio, valentía,
generosidad, felicidad, limpieza, sabiduría y belleza. Si falta alguna, no
tendremos riqueza “porque están interconectadas y ninguna funciona sin la
otra. Son cualidades simples. Hay que pensar en la vida como en una gran rueda
que gira y cada una de ellas es un palito de esa rueda. La vida consiste en
armarla sólidamente y después dejarla rodar. El dinero fluirá. Pero nada da
frutos en un ambiente caótico. Suena esotérico, pero es una verdad
aterrizada”. Y agrega una frase que, para ella, es vital: “Sin
autoestima, no hay valores netos”. En inglés es un juego de palabras: No
self worth, no net worth.

Los pasos para enfrentar la crisis

Y, al hablar de las maneras para enfrentar
este 2009 de crisis, Suze Orman es enfática. Para ella, la regla principal es
“Hacer lo correcto en lugar de hacer lo fácil”. Eso significa, dice,
renunciar a restaurantes, a cambiar el auto y a viajes en caso de necesidad.
“Si uno se casa, olvidarse de la gran fiesta. No renovar el vestuario y
prescindir de la segunda nana, pasarse al bando de los modestos en las
invitaciones y reemplazar los fines de semana en el spa de lujo por un asado
entre amigos. Endeudarse sería la solución fácil y de ella hay que
escapar”.

El segundo gran consejo de Orman es jamás
correr a hacer lo que los demás dicen. Sobre todo, si uno no entiende los
consejos, por muy simples que sean. “Es común realizar inversiones, mover
las platas de banco a banco o sacarlas de fondos mutuos y depósitos sólo porque
el papá, el marido o el amigo lo aconsejó. Las mujeres estamos entrenadas a
seguir consejos. Confía sólo en tu juicio y tu intuición’.

El tercero es aprender a leer las propias
emociones. “Antes de invertir, de pedir un empleo, de comprar una casa,
escúchate. Nadie más que tú sabe. Esa es otra ley. No nos damos crédito porque
llevamos siglos de escuchar a otros. Hemos sido como menores de edad en lo que
al dinero se refiere”.

El cuarto es no olvidar que se es poderosa.
“Ésta no es una cuestión de soberbia. La persona poderosa lo sabe en su
interior. Sabe que es el mejor candidato, el que mejor lo hará. Y los demás lo
perciben”.

– ¿Cómo tiene todo tan claro?

– Porque este año cumpliré 58 y sigo
aprendiendo. Cada vez que me he caído, me he recogido yo misma del suelo y
nunca he aceptado el fracaso. Hasta ahora sigo convencida de que cada desastre
personal es una oportunidad para la prosperidad y que cada contrariedad no es
más que la desviación hacia tu propio camino. No te olvides que, cuando era una
pobre camarera, perdí los únicos 50 mil dólares que me habían prestado y me
quedé con cero. Y hoy todos conocen mi fortuna.


María
Cristina Jurado..