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emol. Pese a que en EE.UU. y Europa casi no se habla de este continente, salvo por sus crisis, hay una generación moderna que ha logrado darle una nueva imagen. Por María Cristina Jurado e Ignacio Bazán


GASTÓN ACURIO CHEF, PERÚ

Así como los mexicanos fueron capaces de penetrar el mercado de la nación más cervecera del mundo con su Corona, el peruano Gastón Acurio, ha salpicado las gastronomías de Europa y Estados Unidos con pisco sour y cebiche de su país.

"Somos un pueblo al que subliminalmente se nos dijo que éramos ciudadanos condenados a ser tercermundistas; que ese era nuestro inexorable destino. Que si queríamos ideas o productos, teníamos que ir a buscarlos al mundo desarrollado. Hoy tenemos un restaurante, Astrid y Gastón, en Madrid, donde pagan cien euros por un plato peruano tradicional", reflexiona Acurio.

El cambio de mentalidad lo llevó a que en 2005 la revista América Economía lo eligiera entre los 12 personajes que marcaron cambios en América Latina.

Emprendedor y creativo, transformar un recurso en un producto exportable fue su idea original, que se le ocurrió al abrir su segundo local en el extranjero, en Bogotá. "Así como a un perfume se le debe poner en el frasco más hermoso, a la cocina peruana había que ponerle el lazo y la caja que le faltaba", dice a "Sábado" Gastón, sin arrogancia, refiriéndose a la internacionalización de su comida tradicional. Señala como pionero al dueño de El Otro Sitio, Emilio Peschieira. Pero es, fundamentalmente, a Acurio a quien Perú le debe el que europeos y norteamericanos hoy coman cebiche y tomen pisco sour. Además de los restaurantes que tiene en Chile, Colombia, Ecuador, Venezuela, Brasil y México, ha abierto uno en San Francisco y dos en España.

Los ibéricos han tenido especial éxito. Para comer en el Astrid y Gastón madrileño (el nombre suyo y el de su ex mujer) hay que reservar con una semana de anticipación. "El whisky se vende a siete euros; el pisco sour a diez. Pues hemos vendido mil whiskies, versus 25 mil pisco sours peruanos. O sea, éste es más elegante, actual, caro y exitoso que el primero", dice el cocinero con orgullo. Este gran emprendedor cultiva también otras marcas gastronómicas: Tanta, a precios accesibles para todo el público, Cebichería La Mar, con el que ha llegado a Estados Unidos, y Pasquale Hermanos, una sanguchería que intenta romper con el concepto de comida rápida.

Nada mal para un cocinero que, en 1986, se matriculó en la Universidad Complutense de Madrid, obligado por su familia, para "intentar convertirse en el peor abogado del Perú", según dice. Abandonó los códigos y pasó al tenedor. La mejor decisión de su vida.

CAROLINA VERA–SQUELLA

ACTRIZ, CHILE

Nació hace 35 años en Valparaíso, lleva lo chilote en el apellido y en la sangre y, cuando niña, vivió en varios países europeos. A los diez años se ancló con su madre en Berlín. Desde entonces, Carolina Vera–Squella, protagonista actual de la serie policíaca más famosa de Alemania, Tatort, –donde interpreta a una valiente fiscal contra el crimen organizado– se acostumbró a ser portada de revistas en Europa. Su actuación de cinco minutos en El Perfume, –besando en la mejilla con delicadeza al ganador de varios Oscar, Dustin Hoffman– atrajo todos los ojos. Costó creer que la actriz era chilena.

Buenamoza y con una rígida formación actoral en Berlín y Londres, se ha hecho conocida también por dominar un difícil arte: el doblaje. En los últimos años se ha convertido en la voz alemana de Penélope Cruz en el cine. Hablar ese idioma sin acento y su tipo latino estilizado le han servido para adjudicarse roles de "italiana, francesa y también alemana, que son espacios muy cotizados en la televisión y el cine europeo", dice a "Sábado" desde su casa en Berlín. "Siempre me he sentido no sólo aceptada en este medio, sino muy integrada. El cosmopolitismo que impera en Europa donde se han reunido todas las razas y colores ha sido para mí mi caldo de cultivo. Ser chilena, sin perder mi identidad, y trabajar en este continente como una alemana más han sido ventajas que yo he aprovechado. Eso sí, los contactos que me llevaron al cine en 1999 de nada me habrían servido sin perseverancia. Hay que tener disciplina: nunca se sabe dónde salta la liebre. Eso lo aprendí de mi mamá".

Carolina advierte mayor presencia de los latinoamericanos en la pantalla europea en los últimos años, "sobre todo con los logros de los mexicanos en los premios Oscar, lo que abrió una puerta importante para el cine latino".

AXEL MEYER

DISEÑADOR, ARGENTINA

Terminada su carrera de diseño en la Universidad de Buenos Aires, Axel Meyer pegó el salto directo a Europa, específicamente a Holanda. Ahí se unió a un estudio como junior designer viendo desde piezas de bicicletas hasta de cocina. "Partí porque como en Buenos Aires se vive con mucha mezcla de culturas, siempre me pareció interesante trabajar en un entorno más internacional", dice Meyer hablando desde su celular mientras cruza el charco que separa Inglaterra de Francia en tren.

Después de un par de años en Holanda, en el 95 pasó a Philips para desarrollar el concepto de "experiencia total del diseño", sobre todo en los productos relacionados con el área comunicacional. Después de cinco años trabajando ahí, llegó a Nokia, la compañía finlandesa que más celulares vende en el mundo. "Tenía ganas de partir a una empresa que es bastante horizontal, donde el trabajo en equipo es quizás más importante que en otros lados y hay un gran respeto por las ideas. Uno como latino entra a despeinar un poco las cosas, pero quizás esa sea una de las razones por las que lo quieren a uno".

Meyer se ha hecho famoso por ser el líder del grupo de diseñadores de la exitosa gama de celulares Nseries de Nokia. Bien, pero el asunto va más allá de llegar y dibujar algo. Para interpretar mejor los gustos de la gente, trabaja con un equipo de ingenieros, sociólogos, antropólogos y publicistas. Todos, desde su perspectiva y viniendo de diferentes países, aportan a la concepción final del celular. "Trabajamos tratando de predecir cómo estará el mundo, la tecnología y la sociedad y en base a eso, hacemos proyecciones. Tomamos esos elementos y tratamos de crear y mostrar esa idea".

Así, aislado en el desierto californiano o en una cabaña en Laponia, Meyer le da forma al mundo que se viene con años de anticipación. Y aunque lleve más de 15 años fuera de Argentina y se dé vueltas por el mundo tratando de capturar lo que se viene, el hombre exuda argentinidad. "Eso no se me va a quitar nunca", ríe con la voz cortada mientras su tren se acerca como una bala a París.

ALEJANDRO ZAMBRA

ESCRITOR, CHILE

La publicación de Bonsái, la primera novela de Alejandro Zambra, marcó una especie de sangría en la literatura chilena. Se dijo (o se discutió) que representaba el fin de una era, o el comienzo de otra, en las letras nacionales. Y como es usual, nadie se puso de acuerdo. Pero más allá de los comidillos literarios, es evidente que Zambra pisa cada vez más fuerte en Europa y, de a poco, empieza a descollar en Estados Unidos.

Jorge Herralde, el editor del chileno en el sello español Anagrama, lo tiene claro: "El interés por Zambra se redobló en España con su segunda novela, La vida privada de los árboles, con reseñas entusiastas de Masoliver y también de Ricardo Baixeras. Y en Francia ya lo ha adquirido Rivages. Resulta estimulante que dos libros tan literarios y diminutos hayan adquirido esta visibilidad entre el alud de publicaciones de todos conocido".

En febrero de este año, se publicó en Francia Bonsái, recibido con un elogioso primer artículo en Livres Hebdo. A esto se suma su participación en un número en la revista estadounidense The Virginia Quarterly, donde apareció la traducción íntegra de Bonsái y en el que también aparecían textos de y sobre Roberto Bolaño y un coloquio sobre Kapuscinski, con Werner Herzog y Salman Rushdie. Además, la novela pronto se publicará en una sofisticada colección de la editorial Melville Books. Así, la prosa de Zambra se empieza a esparcir por todo el mapa.

NICOLÁS LÓPEZ

CINEASTA, CHILE

Existe gente que parece que estuviera poseída, que uno no logra explicar cómo es tan prolífica, cómo no para de cranear cosas. Woody Allen es un poseído. Stephen King es un poseído. Bob Dylan es un poseído. Y también lo es Nicolás López, un tipo que ha hecho más cosas que las que alguien normal haría en cinco vidas. O diez.

López habla como una metralleta y tira datos y cifras casi sin equivocarse. Habla de cómo a Santos, su película a estrenarse a mitad de año, se le han hecho los efectos especiales en la productora de Robert Rodriguez, el mismo de Sin City y El Mariachi; de cómo Salma Hayek decidió subirse al proyecto de su primer filme hablado en inglés, 178 Jack Johnsons; y de cómo ya está visualizando un musical llamado Providencia, que apuntará al mercado chileno, y se hará con el mismo medio millón de dólares con el que estrenó Promedio Rojo hace algunos años.

Es el efecto López. Aquí está el origen de la estética y del cine que han hecho que Quentin Tarantino haya dicho que Promedio Rojo fue el filme más divertido que vio en 2005. Y es aquí donde López mezcla la esquizofrenia perdedora de colegio privado con la ideología de Volver al futuro y Terminator.

La alquimia funciona. Tanto, que la revista Variety lo acaba de elegir entre los cinco directores latinos más promisorios y lo ungió como el próximo Guillermo del Toro (Laberinto del Fauno y Hellboy). Y la revista italiana Vogue LUomo, en su último número, lo incluyó en un artículo titulado "Last generation", junto a otros 16 talentos mundiales.

Si se piensa que lo de López es vender ciencia ficción en clave comedia a mercados que dictan cátedra en el tema, lo suyo es, al menos, meritorio. "Todo lo que les importa a los gringos es que tengas un par de proyectos bajo el brazo que hayan funcionado", dice López. "Lo de Tarantino ayudó mucho y abrió muchas puertas y de alguna manera grafica que ellos se sienten atraídos por la relectura exitosa de sus géneros hecha aquí en Latinoamérica. Como que eso los sorprende".

Ahora sólo falta la consolidación, ver si Santos funciona en mayo con sus 350 copias en España y ver si 178 irrumpe en Hollywood como se espera. Por ahora hay dos cosas claras. Uno: gane o pierda, López no para. Y dos: guste o no, López es el niño símbolo del Chile global.

LORENA OCHOA

GOLFISTA, MÉXICO

Le dicen la Tiger Woods mexicana. Y no es casualidad. Con 26 años, la golfista Lorena Ochoa lleva dos años al tope del tour más importante del golf femenino y el año pasado masacró el récord de la jugadora que más dinero ha ganado en una sola temporada: fueron más de cuatro millones de dólares en premios a su nombre. Impresionante, pero lo de Ochoa es mucho más que jugar al golf y ganar dinero.

En octubre del año pasado fue portada de Newsweek en un número especial de mujeres y poder. Y el poder, en este caso, Ochoa lo ejerce afuera de la cancha. Tiene una fundación que lleva su nombre, desde donde financia colegios en barrios pobres. Esto la hizo ser premiada por Glamour Magazine en una gala para 11 mujeres excepcionales en su trabajo y afuera de él.

En el golf, la mexicana marca pauta al ser la única latina en los primeros 25 lugares del LPGA tour. En su país todo el mundo la conoce, a pesar de que menos del 1 por ciento de la población alguna vez ha jugado golf. A tanto llegó su popularidad el año pasado, que fue elegida personaje del año en México.

SIMÓN BRAND

CINEASTA, COLOMBIA

Si hay algo que tienen en común los directores de comerciales es que en algún momento de su carrera quieren dejar de "parar la olla" para empezar a hacer cine de verdad. Así le pasó a Simón Brand, un colombiano de 37 años que hizo su gran estreno en la meca del cine hace un par de años, y que recientemente salió elegido como uno de los 40 latinos más influyentes en la historia de Hollywood según la revista Variety.

Lo que lo consagró después de haber tenido unos 200 comerciales en el bolsillo y haber hecho videos musicales para La Ley, Shakira y Juanes, fue su dirección del thriller Unknown; película estilo Perros de la calle que todavía no se estrena en Chile, y que es protagonizada por estrellas como Jim Caviezel, Joe Pantoliano y Greg Kinnear.

Mucho antes de eso, Brand dejó Colombia con apenas 20 años, después de haber hecho un video para una banda de rock. Le quedó gustando eso de grabar y editar, y, como casi todos los colombianos, se fue a probar suerte a Miami. Allá, la mitad de la ciudad lo llamaba Simón, con acento en la o, y la otra mitad lo llamaba Saimon. Luego fundó una productora de comerciales y videos musicales llamada Kree8 Productions, que sirvió como plataforma para varios directores, y en Europa se ganó algunos premios MTV por videos para artistas pop británicos como Westlife, Gabrielle y Steps. Pero lo que le faltaba era la película.

"Yo quería algo simple y pequeño para ganar experiencia, ojalá, con actores talentosos", dijo en su momento Brand. Pero como el guión era entretenido y en la tradición de Perros de la calle, muchos nombres de actores importantes se sintieron atraídos por el proyecto. Brand empezaba en grande, lo que le dio el respaldo para su segunda producción: Paraíso Travel, su primer filme en español basado en una novela de Jorge Franco filmado el año pasado.

Claro que a pesar de vivir por más de 15 años en Estados Unidos, Brand sigue luchando contra algunos prejuicios: "Me molesté de sobremanera cuando fuimos invitados en Los Angeles con Claudia, mi esposa, a ver el screen de Miss y Mr. Smith, pues soporté con un sapo en la garganta que la película transmitía sin disimulo ciertos lugares sórdidos de Bogotá". Brand salió del cine con la idea de reunirse con el Presidente Álvaro Uribe para idear una producción que "descubra nuestros mejores escenarios ante quienes sólo ensalzan la violencia y las drogas. Entre otras cosas, mucho más bellos que los de Francia a Italia", dice el director.

Irónicamente, Brand en inglés significa marca. Y Brand ya tiene una marca registrada en Hollywood. Sólo hay que esperar para ver si lo sembrado ahí da para seguir haciendo películas. De ésas, de las grandes.

JUANA MOLINA

CANTANTE, ARGENTINA

Al igual que Carlos Gardel y Astor Piazzolla, la cantante argentina Juana Molina tuvo que triunfar afuera de su país para lograr ser aceptada adentro.

Antes de ser compositora y cantante, Molina era famosa por ser comediante en la televisión trasandina. A principios de los 90 tuvo un programa propio de gran popularidad que se llamó Juana y sus hermanas, en el que hacía veinte personajes distintos. Ganó premios y prestigio, pero en su fuero interno sólo ella sabía que era una música frustrada.

Llegó el año del quiebre, el año en que decidió dar un paso a un costado en la actuación. Sacó un álbum en el 96, pero nadie lo compró. Hizo conciertos en lugares que se llenaban por su fama, pero que se vaciaban a la cuarta canción. Su música atmosférica y cadenciosa era de otro planeta en comparación con el género que le había dado fama: el humor.

Siguió componiendo y sacando discos. Luchando. Y, de repente, se encontró con el mundo entero en la cara. Era 2003 y el The New York Times incluía su álbum, Tres cosas, en el número seis entre los diez mejores del año, al lado de discos de U2, Bjork y Green Day. Molina no sólo era llamada a ser una renovadora de la música latina; también empezaba a ser reconocida como una influencia en el Primer Mundo, al punto que David Byrne, ex Talking Heads, la invitaba a irse de gira con él y reconocía que los discos de Juana eran de lo mejor que había escuchado en su vida.

Desde ahí, el éxito fue incontenible. Su música se empezó a escuchar en Europa, donde también conquistó a la crítica. Phil Johnson, del diario londinense The Independent, escribió: "Molina suena como nada que hayas escuchado antes. Es uno de los mejores sonidos del año y una verdadera razón para aprender español".

Ella dice que lo raro es lograr el éxito en un idioma que nadie entiende: "No lo podía creer. Encima en castellano, porque no canto en inglés", dijo para la revista mexicana Gatopardo. "Siempre les digo a los que van al show que crecí escuchando música en inglés sin saber lo que decía y que ahora les toca a ellos, de modo que bienvenidos al mundo de las imágenes".

HUMBERTO Y FERNANDO CAMPANA

DISEÑADORES, BRASIL

Hay personas que tienen la irritante capacidad de hacer mucho de poco: cocinar el plato más sofisticado con los ingredientes más sencillos o construir la casa más linda con los materiales más baratos. Esa es la clave de los hermanos Campana, los brasileños que han revolucionado el diseño en Brasil con mangueras de goma, cuerdas, papel higiénico, peluches y otros materiales y objetos insólitos.

Cuando niño, Humberto, el mayor, quería ser indígena. Fernando soñaba con ser astro nauta y fabricaba sus propias naves espaciales y aviones de juguete. Al crecer, ninguno de los dos estudió diseño: el menor escogió arquitectura, y el otro se dedicó a las leyes, profesión que ejerció hasta 1984, cuando decidió abandonar su carrera y encerrarse en un garaje a hacer esculturas. Al poco tiempo se le unió Fernando, y la dupla se mantiene unida hasta hoy. "Juntos comenzó nuestra colaboración, que mezcla el intuitivo sentido de la forma, color y textura de Humberto, con mi práctica como arquitecto y diseñador de productos", ha declarado Fernando.

Su aclamada silla "Favela", de 1991, fue elaborada a partir de restos de madera encontrados en la calle. Y quien se siente sobre "Vermelha", de 1993, fabricada y distribuida por la marca italiana Edra, lo hará sobre cuatrocientos metros de cuerda de algodón enrollados sobre una estructura de acero. Junto a otros 43 objetos están, desde febrero pasado, exhibiéndose en el Cooper–Hewitt National Design Museum en Nueva York. No es la primera vez que los hermanos exponen en la ciudad: ya en 1998 su obra había pasado por el MOMA.

Los hermanos también han expuesto en el Design Museum en Londres, en el Pompidou en París y en el Vitra Design Museum de Alemania. Suman 27 exposiciones individuales.

Al comienzo, el problema fueron los costos: los hermanos Campana tuvieron que optar por materiales muy baratos, que muchas veces recogían durante sus paseos por las calles paulistas. Luego, la cosa se transformó en opción. "Es un camino que descubrimos para comunicar la realidad brasileña, que está ligada a la espontaneidad de los métodos constructivos y a las soluciones prácticas para los problemas cotidianos. Nos sentimos comprometidos con eso, con transformar la pobreza en riqueza", declaró Fernando a este diario en 2004.

COLABORACIÓN: ANDREA MUÑOZ

María Cristina Jurado e Ignacio Bazán.