A fines de los años 80, los desarrollos en la tecnología cibernética dejaron bien en claro que los empleos y la prosperidad podían encontrarse en el extremo de un cable de teléfono. El potencial de Irlanda se volvió una realidad. Se promovió una mayor preparación en el campo de la información entre todos los sectores de la población, y se mejoró la infraestructura de las telecomunicaciones. En 1992 surgió la visión de Irlanda como el “Centro Electrónico de Europa”. Europa se encaminaba en dirección a un mercado único, así que ¿por qué no podía Irlanda encontrar un nicho muy rentable como base para la penetración de las telecomunicaciones en ese mercado? Unas de las claves de éxito de una región-estado consisten en ser capaz de crearse una buena imagen y de ofrecer algo diferente, lo cual la distingue de la competencia. Irlanda ha sido capaz de lograr esto de manera muy eficaz en los sectores de manejo de la respuesta al consumidor (CRM) y de las funciones administrativas. También ha sido capaz de capitalizar su imagen como la de un país interesante para trabajar con una vida social vibrante y abundantes instalaciones culturales. El Próximo Escenario Global, Kenichi Ohmae – Capítulo 1: La Gira Mundial – Grupo Editorial Norma, 2005

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El Próximo Escenario Global
Kenichi Ohmae – Grupo Editorial Norma, 2005
Capítulo 1: La Gira Mundial

Mientras tanto en Irlanda…

Comencé este capítulo con la descripción de Riverdance. Veamos ahora el país que inspiró a este grupo artístico: Irlanda.

Para mucha gente, Irlanda evoca imágenes de verdes campos y valles cubiertos por la bruma. No obstante, fuera de la industria turística, un paisaje agradable no suele producir riqueza, de modo que este tipo de vista solo pertenece a las páginas a todo color de los folletos de las agencias de viajes.

Cuando Irlanda obtuvo su independencia como nación en 1922, era un país eminentemente rural. Sus gobernantes y ciudadanos miraban con codicia hacia el cuadrante nororiental de la isla, el cual seguía perteneciendo a Gran Bretaña. Esta región era más rica; era la única región de Irlanda había presenciado una extensa industrialización. Así, el resto de la isla parecía destinado a permanecer eternamente verde — y pobre; su mayor exportación era la gente. Esto propició que la falta de autoestima creciera. Había un sentimiento de que el país era víctima de fuerzas más allá que su control.

A partir de 1960 se realizaron intentos por atraer industria manufacturera del extranjero. La Autoridad de Desarrollo Industrial (IDA, por su sigla de ingles), una oficina gubernamental, construyó infraestructura e instalaciones industriales, mientras que el gobierno ofrecía generosas exenciones de impuestos, como una moratoria de diez años sobre pagos de impuestos corporativos. Estas maniobras tuvieron éxito sólo en parte.

La competitividad irlandesa era baja. Y la infraestructura (a pesar de los mejores esfuerzos de la IDA) en muchos sectores se encontraba hundida en un abismo. Un ex director de la IDA contaba que, en cierta ocasión, llevaron en helicóptero a un potencial inversionista a ver en un lugar un par de instalaciones — para que no sufriera por el espantoso estado de las carreteras.

A fines de los años 70 y principios de los 80, la geografía física todavía desempeñaba un papel importante en la economía internacional, y la localización de Irlanda en la lejana periferia occidental de Europa significaba que simplemente estaba demasiado lejos de los mercados potenciales. A la mayoría de quienes se establecieron allí los atrajo la posición de Irlanda como miembro de la Comunidad Europea. La dependencia del país de las operaciones comerciales en el exterior, hizo al sector industrial vulnerable a las tendencias en el ciclo global de los negocios.

La emigración de Irlanda aumentó de nuevo en la década de 1980, pero a diferencia de muchos de los primeros emigrantes de ese país, ahora solían ser personas con muy buen nivel de educación las que abandonaban la isla. Asimismo, a diferencia de los primeros emigrantes, con frecuencia regresaban a Irlanda después de haber adquirido experiencia y buenos contactos fuera de su país. Comenzó entonces a surgir entre los irlandeses un nuevo sentimiento de autoestima y, con éste, una nueva actitud hacia el resto del mundo. Irlanda ya no era un lugar de exilio sino uno de oportunidades y una fuente de prosperidad.

El hecho de que el país no hubiera aprovechado la oportunidad de emprender la industrialización se iba viendo, cada vez más, como una bendición. Ello significaba que no existía allí una planta industrial inactiva ni una fuerza de trabajo desempleada, nacida y criada para la industria pesada. Significaba también que la economía del país podía aprovechar las nuevas tendencias al otro lado de sus fronteras en la economía global. Irlanda podía comenzar desde cero. A fines de los años 80, los desarrollos en la tecnología cibernética dejaron bien en claro que los empleos y la prosperidad podían encontrarse en el extremo de un cable de teléfono. El potencial de Irlanda para desempeñar un papel trascendental en el sector de la tecnología de la información se volvió una realidad. Se promovió una mayor preparación en el campo de la información entre todos los sectores de la población, y se mejoró la infraestructura de las telecomunicaciones. En 1992 surgió la visión de Irlanda como el “Centro Electrónico de Europa”. Europa se encaminaba en dirección a un mercado único, así que ¿por qué no podía Irlanda encontrar un nicho muy rentable como base para la penetración de las telecomunicaciones en ese mercado? El país ya contaba con una gran base de trabajadores jóvenes y bien preparados podían satisfacer las demandas de mano de obra de los inversionistas.

La naturaleza visionaria y casi profética del concepto de centro electrónico se hace evidente cuando se recuerda que fue desarrollado en 1992, decir, antes de que Internet se integrara al mundo comercial. En el siguiente capítulo explico cómo comenzó la economía global en 1985, y cómo sitúo los acontecimientos en el tiempo, conforme a mi propio calendario, según sean “a. de G.” (Antes de Gates *) “d. de G” (después de Gates). De esta manera, el desarrollo electrónico ocurrió relativamente temprano dentro de esta Cronología- ¡en el año 8 d. de G!

En Dublín una extensa zona portuaria no utilizada fue reestructurada a partir de 1987 como centro de servicios financieros. Esto atrajo a los muchos proveedores de estos servicios que deseaban establecer las llamad¬as “operaciones de segundo piso”. Irlanda se convirtió también en un lugar atractivo para los centros de atención de llamadas de empresas estadounidenses en Europa. Esto se vio acompañado por un crecimiento significativo de las compañías de software nativas. Como veremos, Irlanda es un país afortunado; es un Estado-nación que tiene la misma extensión que una región-Estado. Es por tanto capaz de aprovechar el dinamismo de una región- estado. Veremos también que unas de las claves de éxito de una región-estado consisten en ser capaz de crearse una buena imagen y de ofrecer algo diferente, lo cual la distingue de la competencia. Irlanda ha sido capaz de lograr esto de manera muy eficaz en los sectores de manejo de la respuesta al consumidor (CRM) y de las funciones administrativas. También ha sido capaz de capitalizar su imagen como la de un país interesante para trabajar con una vida social vibrante y abundantes instalaciones culturales y relativas. Fenómenos como el de Riverdance, junto con el éxito internacional de los grupos de rock irlandeses como U2 y The Corrs, han desempeñado también un papel significativo en la reinvención de la nación.

Durante décadas, los sucesivos gobiernos irlandeses gastaron recursos en un intento por resucitar el idioma nativo, el gaélico. Se pensaba que mientras el inglés siguiera siendo la lengua vernácula de la gran mayoría el derecho del país a la independencia se veía abortado y carente sin lengua propia. Pero en la nueva economía global, donde el inglés es por antonomasia la plataforma lingüística de las comunicaciones, tener inglés como primer idioma constituye una gran ventaja para los ciudadanos irlandeses.

Los centros de atención de llamadas irlandeses están en condiciones de dar empleo a muchos de los graduados en lenguas extranjeras en Irlanda, pero no existe un número suficiente de profesionales que hablen con fluidez el alemán, el italiano o el sueco, por ejemplo, dentro de Irlanda. La apertura del país significa que las personas de países con idiomas distintos son atraídas y bien recibidas. La prosperidad creciente ha atraído también a inmigrantes de todos los rincones de la Unión Europea, dentro de la cual las barreras para una reubicación han sido prácticamente eliminadas. Ellos han sumado sus conocimientos de la economía de Irlanda, y han contribuido a hacer a la sociedad irlandesa más variada, colorida y sensible al mundo más amplio. En virtud de la disposición y el compromiso de Irlanda hacia la economía global, no constituyó una sorpresa que el país fuera clasificado en primer lugar tanto en 2002 como en 2003, en el A. T. Kearney/Foreign Policy Globalization Index.

Irlanda tiene muchos puntos fuertes: su población, aunque relativamente pequeña, posee un alto nivel educativo; está situada en la periferia de Europa, pero es la parte de Europa más cercana a América del Norte.

En el pasado económico, dominado por la industria manufacturera y las restricciones físicas de movimiento, su ubicación constituía una desven¬taja. Pero en la era de la economía global, la ubicación física es mucho menos importante. Sin duda alguna, la mayor ventaja que Irlanda posee ha sido su visión para ajustarse a las nuevas y siempre cambiantes realidades económicas del siglo XXI. Esto le ha permitido a Irlanda crear más de 300.000 nuevos puestos de trabajo en las áreas de subcontratación externa transnacional de procesos administrativos, manejo de la relación con los clientes (CRM) e investigación y desarrollo en poco más de diez años. En ese lapso, su tradicional malestar social a causa del desempleo ha sido eliminado.

Una comparación entre Irlanda y otra nación insular, Nueva Zelanda (país que en realidad está constituido por dos islas – mapa), será de utilidad. Ambas naciones tienen economías que tradicionalmente estaban basadas en la agricultura y el procesamiento de productos agrícolas. No obstante, Irlanda ha pasado de ser un país con una base mayoritariamente agrícola a uno con una fuerte base de tecnología de la información y la comunicación. Por su parte, Nueva Zelanda aún sigue desempeñando en gran parte su antiguo papel. Esta nación piensa que la desregulación es suficiente, aun cuando ya no sea así. En consecuencia, Nueva Zelanda no ha logrado desarrollar nuevos tipos de industrias. Apoyarse sobre una base. Agrícola y sobre las industrias relacionadas con la agricultura, y aplicar el estilo de Ronald Reagan de la desregulación, especialmente bajo la premisa de la “rogernomía”, no es suficiente. Es preciso hacer lo que los irlandeses, los finlandeses y los chinos están haciendo.

* A de G: antes de Bill Gates

Northern Ireland Science Park – The Innovation Centre
Institute of Electronics, Communications and Information Technology (ECIT)
Webstbic – New Business in Ireland
Accelerating Performance
IDA Ireland
Enterprise Ireland
Groupe Intellex
eComSolution
EnviroSolutions
Ican
Micropersuasion
Science Week Ireland 2007
Science Foundation Ireland
NanoIreland
Micro y nanotecnología en Irlanda

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