Para escuchar a todo volumen: Esperanza, Kiko Veneno

1).- Un hobby
es una actividad que realiza una persona como afición, sin mayor expectativa
que distraerse o divertirse, como una forma alternativa a su trabajo. Un hobby
no tiene más cliente que su propio cultor. No busca conseguir recursos ni
aportar valor. Hay personas que viven su trabajo o su negocio como hobby, sin
cliente y sin cuidado por atraer y acumular recursos.

2).- El oficio de artesano es una vocación más seria que un hobby, en el sentido que
compromete la identidad de una persona y todas sus aspiraciones laborales y
económicas. Normalmente, un artesano aspira a ganarse la vida con su oficio,
pero siempre cuidando ser fiel y genuino con su inspiración en la realización
de sus creaciones. Un artesano no aspira a desarrollar un negocio, sino a poder
producir el fruto de su inspiración y ganarse mínimamente la vida con ello, no
busca industrializar ni masificar su producción, ni tampoco tiene disponible
diseñar su trabajo como un negocio rentable ni escalable. Su punto en la vida
es satisfacer su vocación creadora.

3).- Un innovador
es similar al artesano, en el sentido que se compromete con un oficio por
vocación y se apasiona por buscar nuevas alternativas. Es un inventor
centralmente, y se satisface en inventar. Necesita trabajar para propósitos de
otros, como universidades o I+D, pero su foco está en pasar de un proyecto a
otro, sin transformarlo en un espacio de acumulación.

4).- Un comerciante
se enfoca a ganarse la vida vendiendo, buscando oportunidades entre lo que
necesitan las personas en su entorno y lo que puede conseguir para proveerlo,
ganando un diferencial entre lo que le cobra el productor y el precio que
aplica a los clientes finales. El comerciante, en general, no se pregunta por
su vocación como la pasión creativa, aunque puede ser un apasionado de vender y
hacer negocios de oportunidades, manejando la necesidad/escasez de los
clientes. Pero tiene la libertad de comerciar lo que considere oportuno y de
posibilidad para sí. Tiene, por cierto, más sentido de rentabilidad y
acumulación que hobbistas y artesanos.

5).- Un empresario
se enfoca en crear una corporación, una entidad, una marca, un espacio de
producción de una oferta continuada y masiva. Bien pude contratar artesanos
para crear, innovadores para inventar y comerciantes para vender, pero su
inspiración es crear espacios sociales de negocio, de producción, de
acumulación de capital (social, simbólico, pragmático y financiero). Ser
empresario implica un salto grande existencial en la capacidad de comprometerse
con dar continuidad a una identidad, a relaciones de contrato con proveedores,
socios, empleados y clientes. Implica tomar riesgo, poner en riesgo el
patrimonio, tomar créditos, compromisos, y exponerse a fracasos grandes, quizás
totales. La pasión está con la oferta, pero sobre todo con tomar riesgo y
acumular capital, en un ciclo interminable, en un mismo negocio o creando
otros.

6).- Un emprendedor
es quizás quien mejor sintetiza estas cuatro habilidades y vocaciones
anteriores. Un emprendedor sigue una vocación al comprometerse con un ámbito de
intereses humanos no satisfecho, el cual lo inspira, le hace investigar y
experimentar, tomar riesgos para buscar soluciones o ofertas que sean
sati
sfactorias para las personas. Un empresario todavía puede ser parecido a un
comerciante, pero un emprendedor es una persona que crea una empresa, vende,
desarrolla un negocio, pero lo hace en la pasión por hacerse cargo de algún
interés humano insatisfecho. Fernando Flores en
Abrir Nuevos Mundos caracteriza al emprendedor como esa persona que hace
historia al traer una oferta original que cambia el modo de vivir, de pensar y
de actuar de los clientes, como lo hicieron los automóviles, los computadores
personales, el teléfono móvil, la oferta de desarrollo emocional al interior de
la empresa, la comida orgánica, todas ellas llevan el germen de cambiar el modo
de vivir y de autocomprenderse a sí mismas a las personas.

Un emprendedor es un poco “hobista” en
la medida que hace lo que más le gusta, es artesano porque se apasiona con un
oficio, es innovador porque está buscando nuevos modos de satisfacer las
inquietudes humanas, es comerciante porque reasegura de vender sus creaciones e
inventos, es empresario porque crea entidades, insituciones, identidades y
marca, le importa acumular capital. Pero es una síntesis nueva, en el sentido
de aspirar a hacer historia con sus ofertas en el mundo, a cambiar el modo de
vivir, no sólo a “satisfacer necesidades” como manda el marketing antiguo, sino
a descubrir las inquietudes más profundas, escondidas y resignadas de los seres
humanos y a ellas responder con nuevas ofertas.

 

Saludo final

La ambición del Programa de Empresarias de América
Latina ha sido crear una sensibilidad inicial con lo que significa en la
experiencia ser innovadoras y emprendedoras. El estilo ha buscado ser
consistente con este compromiso. No quisimos hacer un e-learning típico con tutoriales, textos pdf para bajar, tampoco
quisimos hacer un curso de revisión de definiciones teóricas, sino que el corto
tiempo que tuvimos, nos enfocamos a producir las experiencias de riesgo,
invención y confrontación de la idenidad, y no definimos que es importante
hacer redes sociales, las creamos, ni que es valioso utilizar internet, nos
sumergimos en la web 2.0.

Esperamos sinceramente haber sido un aporte con esta
alianza con cestas.org a las empresarias que participaron, pero especialmente
una esperanza para nuestros países y comunidades que se puede hacer
aprendizaje, cambio social, redes de negocio y afectos, de forma tan económica
si se cuida el estilo de enseñar, el aprecio por las participantes, y la
convicción que las personas pueden. Como lo impuso esta nueva esperanza que
tenemos en Amércia “nosotros podemos”.

Un abrazo para las amigas empresarias y
gracias a la Universidad Diego Portales, a Cestas, a la Cooperación Italiana al
Desarrollo del Gobierno de Italia
, a los monitores Javiera
Flores
, Fernando Román y Susana Tagle
, a Mario Valdivia, Alvaro Portugal y al equipo de la oficina Cestas en
Santiago.

Un abrazo a todos y todas.

Ricardo Román