La Tercera. Encuesta "Perfil de los nuevos teens"

Encuesta sobre adolescentes: ellos se "empoderaron"

47% estima que la familia es lo más importante en su vida actual; 87% cree que puede influir para cambiar algo.

¿Qué quedó tras la revuelta de los pingüinos? Definitivamente, que ha llegado savia nueva. Un sondeo revela que entre los legados se instaló una alta autoestima adolescente, derribando mitos como la apatía e incertidumbre con que se los tildaba. Los flamantes chilenos de 13 a 17 años creen en su protagonismo.

¿Qué creen ellos que ganaron con las luchas estudiantiles del año pasado? La mayoría de los adolescentes siente que desde entonces "a los jóvenes tienen que respetarnos" (35%); que "quedó claro que nos interesa el mundo en que vivimos" (23%); "que podemos cambiar el mundo" (21%) y, entre otras opiniones, "que somos capaces de dar batallas sociales" (14%).

Asimismo, creen en su capacidad de plantearse proyectos y sueños propios, de luchar por ellos y alcanzarlos, pero no dejan de mantener aspiraciones colectivas. Mirando hacia el futuro piensan que serán "un profesional exitoso" (92%); tendrán "un trabajo estable" (91%); "una familia bien constituida" (90%) y ganarán "mucho dinero" (69%), a la vez que trabajarán "por causas sociales" (71%) y "por el país" (54%).

Son las revelaciones de un sondeo hecho por el Centro de Encuestas de La Tercera y la revista Mujer, denominado "Perfil de los nuevos teens". Vistos los resultados, un experto es concluyente: "Son pragmáticos, ambiciosos, aspiracionales, dispuestos a sacrificarse para obtener sus metas. A lo mejor los adultos debiéramos aprender de ellos. Lo primero que salta a la vista es que a pesar de los prejuicios que tenemos sobre la juventud, los teens aparecen como jóvenes con ideas claras, aunque no son excesivamente idealistas". Eso afirma Patricio Gajardo, decano de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Central. Destaca, asimismo, el "profundo sentido social" de estos jóvenes, aunque lo asuman sólo como parte de su presente, porque en el futuro tienen otras aspiraciones que tienden más al individualismo que a la acción colectiva.

"Los jóvenes tienen una mirada más optimista que los adultos respecto al futuro, sobre todo en el aspecto económico, pues han crecido en un contexto de mayores libertades democráticas y en medio de un fuerte desarrollo de libre mercado, por tanto, están más acostumbrados a la flexibilidad. No le temen a un futuro con mayor incertidumbre como las generaciones más adultas", opina Daniela Trucco, socióloga y miembro del equipo de los Informes de Desarrollo Humamo del PNUD.

\ Optimistas…

Para la investigación fueron entrevistados 308 jóvenes de entre 13 y 17 años, de un conjunto de 49 ciudades con más de 40 mil habitantes, que corresponden el 80% de la población urbana del país. Las entrevistas se realizaron por teléfono entre los días 23 y 26 de agosto de 2007.

Según los resultados, los teens actuales creen principalmente en los afectos: para más del 90% la amistad y el amor están primero. Asimismo apuestan por la fidelidad y lealtad (85%), por un ideal (79%), Dios (85%) y la democracia (66%), mientras en último lugar de importancia en aquello que creen sitúan a la política (sólo 33%). Mayoritariamente se definen a sí mismos como solidarios, sociables y soñadores. Estos tres aspectos son mencionados más por mujeres. Los hombres se describen más tecnológicos, realistas e idealistas.

"Puros valores altruistas en adolescentes que, por otro lado, en otras respuestas dicen que lo más importante es el éxito personal y atributos individualistas… ¿Por qué? Porque tienen una alta estima de sí mismos. Se atribuyen cualidades que saben que son valorables. Son ubicados, saben lo que es bueno y malo. No quieren que les digan individualistas (sólo uno de cada diez se define a sí mismo como consumista o individualista), pero luego se proyectan mayoritariamente preocupados de su desarrollo personal antes que del resto o del mundo", comenta el sociólogo Juan Agustín Vilches.

Si se les pregunta por su principal aspiración, "tener una linda familia" es lo primero para ambos sexos (42%), seguido nuevamente de la idea de "ser un profesional exitoso" (42%). Llamativo es, no obstante, que "casarse" y "tener una buena pareja" ocupan los últimos lugares en orden de importancia.

La familia es lejos la institución más confiable para ellos. "Es lo más importante para los adolescentes. ¿Por qué? Porque son hijos de la cultura de los derechos de los niños, donde han sido puestos siempre en el primer lugar de las prioridades familiares, han sido niños privilegiados, los "tiranos" de este tiempo", dice Vilches.

Fruto del cuidado familiar excepcional que han recibido es probablemente el alto amor propio que exhiben. El sondeo muestra un entusiasmo generalizado de este segmento juvenil: 90% se declara optimista respecto de su vida actual y 84% dice sentirse feliz. Aunque, tal vez signo de los estresantes y exigentes tiempos que corren, ocho de cada diez adolescentes declaran que se sienten ansiosos, y uno de cada diez se reconoce deprimido. Signo de su alta autoestima es su concordancia con frases como "tengo confianza en el futuro" (69%); "me siento útil y necesario" (56%); "vivir es bonito" (43%); "me gusta la compañía de los demás" (48%). Todo esto mientras sólo el 17% asume la frase "a nadie le importa lo que pienso". Es que los teens están empoderados, y creen fundamentalmente en ellos y en su generación.

\ Meritocráticos…

¿Lo más importante en su vida actual? Nuevamente mencionan a la familia y enseguida los estudios. El sexo, las nuevas tecnologías, las relaciones amorosas o la amistad apenas consiguen adhesiones si se trata de escoger. ¿Lo que mejor los define? Ser exitosos, con un cuarto de menciones, y tener proyectos que desean realizar, con 19%, seguido por aspectos afectivos como ser buen amigo. "Los adolescentes actuales aparecen como más insertados en la sociedad meritocrática en la que se ha ido transformando Chile, y por tanto se atreven a ser más competitivos y audaces. Esto lo refuerza la amplia valoración que obtienen el esfuerzo y la confianza en sí mismo como factores para alcanzar el éxito en Chile, como también lo que se valora más socialmente que es el esfuerzo para surgir en la vida", comenta Patricio Gajardo.

Se trata de adolescentes que creen en sus propias capacidades, en que su futuro depende del esfuerzo personal y no de las redes, lo que queda claro cuando se les pregunta ¿qué consideran que es importante para el triunfo de un joven en el Chile actual? "Ser esforzado", "tener confianza en sí mismo", "ser inteligente", "lograr estudios superiores", son las respuestas mayoritarias. Pertenecer a una familia influyente o tener buenas relaciones y pitutos, apenas tiene adeptos (sólo 8% suman ambas). Daniela Trucco enfatiza en que "la transición cultural de Chile involucra cambios culturales profundos y acelerados, como el aumento de la individualización, tendencia que es todavía más acentuada en la etapa juvenil y se ve reflejada en la importancia que los adolescentes dan a las conquistas personales como ser un profesional exitoso, tener un trabajo estable o proyectos a realizar".

Por su parte, Patricio Gajardo reflexiona: "Estos adolescentes están mucho más que ‘ahí’, porque reconocen que van a ser valorados por su esfuerzo y capacidad. Esto me parece inédito, siempre se les percibía en otras encuestas con una postura más prescindente y un mayor nivel de incertidumbre sobre el futuro". Y añade que "resulta evidente que son hijos de su tiempo, tienen claro que deben ser ambiciosos si desean lograr sus objetivos, pero dichas aspiraciones no pasan por un ideal colectivo, sino más bien individual".

Estos jóvenes dicen usar su tiempo libre en actividades preponderantemente individuales. En orden de importancia, optan por salir con amigos, escuchar música, practicar deportes, chatear, navegar por internet, ver TV, pololear, jugar video games, participar en actividades sociales y en última instancia la lectura de libros.

En lo amoroso, tres de cada diez adolescentes señalan estar pololeando y 19% dice haber tenido relaciones sexuales. Aunque aquí la edad es determinante y el sondeo muestra cómo el sexo a los 13 años apenas tiene relevancia (0,2%), mientras en los mayores claramente tiene un espacio en sus vidas: el 27% de los que declaran tener o haber tenido relaciones sexuales lo hicieron a los 16 años y el 41% a los 17. Buena noticia resulta el amplio reconocimiento de uso del condón entre los que tienen vida sexual, pues 71% declara usarlo para protegerse de embarazo o enfermedades de transmisión sexual.

Lo que llama de manera alarmante la atención es la violencia que denuncian haber vivido a su corta edad: un altísimo porcentaje dice haber sido víctima de violencia intrafamiliar (23%) o insultos y amenazas por parte de amigos (22%) o violencia incluso de parte de la pareja (5%). Y el 39% ha sufrido asaltos y amenazas por desconocidos. No es de extrañarse que los temas sociales que más les preocupen sean entonces la violencia y la delincuencia (38% en total opina así). Aunque también están en sus preocupaciones sobre la sociedad temas muy candentes como el racismo, la falta de oportunidades y el deterioro del medio ambiente.

Además se identifican con los cambios de los nuevos tiempos. Notable es la cantidad de teens que no cree en el matrimonio (35%), aunque para la mayoría su sueño es casarse (65%). Muchos estiman que la mujer debe dedicar más tiempo a la vida familiar (46%), tal vez por lo poco que ven a sus madres que trabajan fuera del hogar, aunque la mayoría (79%) está de acuerdo o muy de acuerdo en que el trabajo de la mujer enriquece la vida familiar y de pareja.

En temas valóricos, un alto porcentaje sostiene que el aborto es una decisión personal (cuatro de cada diez están de acuerdo o muy de acuerdo, mientras seis de cada diez rechazan el aborto). Finalmente, el 55% está de acuerdo o muy de acuerdo en que los gays y lesbianas tienen derecho a casarse.

\ Socialistas, anarquistas, nazistas…

No los representa alguna organización política; sólo un 12% señala estar identificado con una organización social conocida. Sin embargo, llama la atención que el 15% dice identificarse con el socialismo y el 9% con el ecologismo. Marxismo, nazismo-fascismo y anarquismo, posturas radicales, consiguen cada una porcentajes de adhesión de alrededor del 5%. Lo que es bastante. Y ¡sorpresa!: la mitad de los teens manifiesta disposición a seguir la ideología que los interpreta a través de una organización. Pero al 88% no lo identifica ninguna de las organizaciones políticas o sociales que conocen. Es que para ellos la familia es la única institución social confiable, mientras las menos confiables son los sindicatos, las empresas, el gobierno (o los políticos). La Iglesia (10%, pese a que la mayoría, el 63%, se define como católico y 28% seguidor del cristianismo), las instituciones educacionales (7%) y Carabineros (7%) reciben muy bajas adhesiones. "No valoran la política, en especial a los políticos, pero tampoco se aprecia un cuestionamiento crítico, y menos de rebeldía crónica hacia la sociedad en la que viven. El desprecio a la política parece provenir de lo que ven como imagen de los políticos y de sus actividades. De ahí que la percepción de que los jóvenes no se inscriben o no les interesa participar en política se debe a una clara conciencia de que sus logros no pasan necesariamente por proyectos colectivos, sino que dependen más que nada del esfuerzo individual", dice Gajardo.

Para un 17% de los adolescentes la religión le es algo ajeno: se declaran indiferentes, ateos o agnósticos ante ella. "Para ser tan pequeños es significativo el porcentaje. En general, las definiciones sobre la fe suceden cuando son más grandes", estima Juan Agustín Vilches.

Por eso, fuera de los estudios no realizan más actividades sistemáticas que hacer deportes (49%) y alguna actividad artística (9%), mientras en organizaciones colectivas, de tipo solidario o ecologista o estudiantil sólo participa en total el 9%. Sólo el 1% dice estar en alguna organización política. "A través de la encuesta se puede observar el bajo interés que demuestran los jóvenes por las instituciones tradicionales de participación. Sin embargo, ellos igual valoran su integración y aporte social", comenta Daniela Trucco. Da como ejemplo que un porcentaje importante de los adolescentes valora socialmente el estar comprometido con un ideal o proyecto social o ser parte de un voluntariado. Otro porcentaje importante legitima el voluntariado y la participación en organizaciones solidarias como la manera de enfrentar problemas sociales. "Ello podría indicar que hacen falta nuevas posibilidades de integración y participación de los jóvenes", precisa.

Explica que el movimiento estudiantil del año pasado demostró que los jóvenes no sufren de apatía o falta de interés, sino que quizás los canales de participación tradicionales no satisfacen sus necesidades e intereses. "Los resultados de este estudio demuestran claramente, además, la demanda de los jóvenes por ser considerados por los adultos", puntualiza.

Sin embargo, desde su propia individualidad la inmensa mayoría (87%) cree que puede cambiar algo más allá de su vida personal, aunque estiman que se los impide el que los adultos "los subestiman" (39%) o "no los consideran" 14%) o "nos han estigmatizado con el ‘no estoy ni ahí’" (11%) o "a los jóvenes no nos creen" (11%). "Desean ser escuchados por los adultos, pero si tuvieran una visión crítica plantearían el cambio social como un objetivo y meta de sus vidas, lo que no es así", estima Gajardo.

¿Qué modificarían del país? En orden de importancia para ellos: la política y los políticos, luego las leyes y la justicia, la violencia y delincuencia, el gobierno, la desigualdad de ingresos y la pobreza.

¿Alguna posibilidad de liderazgo social en este contexto de descreencias tan extendido de nuestros adolescentes? Cuatro de cada diez jóvenes señala no tener ninguno, quedando en evidencia la carencia de líderes. Sin embargo, al observar las respuestas abiertas, por lejos la Presidenta Bachelet (14 puntos sobre la segunda mención espontánea que ellos hacen, que es Sebastián Piñera, que sólo cuenta con 4% de adhesiones) representa el único liderazgo destacable por los teens. Pese a todo, hay un reconocimiento hacia ella que nadie asoma en igualar, probablemente basado en una identificación con su condición de mujer Presidenta, la primera en nuestra historia.

Finalmente, ante la pregunta ¿qué forma de participación cree que los identifica o consideran legítima?, los teens de Chile no dudan: en primer lugar, la manifestación pacífica y en la calle (28%), y un 7% está de acuerdo con participar incluso de manifestaciones violentas, mientras que un 12% prefiere "organizarse eventualmente para denunciar un problema puntual".

El perfil de los nuevos teens es inequívoco: se saben poderosos, pese a su edad, y están dispuestos a defender sus derechos y aspiraciones en la calle. Ni señas de la etiqueta que antes se les puso y que decía "No estoy ni ahí". \\