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El boticario innovador

Alejandro Weinstein transformó a Recalcine en uno de los laboratorios que más investigación hacen en Chile. 23 años le tomó esta travesía y hoy está a un paso de convertirlo en la primera compañía latinoamericana del rubro con presencia global. A las exportaciones a Vietnam se sumaría este año Tailandia y la comercialización de varios productos vanguardistas como la Biopiel que se lanzará el próximo mes o la creación del primer banco público de células madre.

Por Myriam Mellado – Foto Mabel Maldonado

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En 2001 surgió una idea en la VIII Región que no dejó indiferente a Alejandro Weinstein (49), gerente general de la Corporación Farmacéutica Recalcine (CFR). El químico y profesor de la Universidad de Concepción Galo Cárdenas descubrió que a partir de la extracción de una sustancia presente en los caparazones de los crustáceos podía generar un material para sustituir la piel.

La unidad de transferencia tecnológica de la casa de estudios realizó varios llamados a empresas y laboratorios para presentarles la iniciativa. A Weinstein le interesó y fue uno de los tres primeros que se comprometió a participar. Junto a la universidad y científicos acordaron crear la sociedad Antares, propietaria del know how y patentes para la producción de Biopiel -producto ciento por ciento made in Chile- que el próximo mes se lanzará comercialmente al mercado. “La Biopiel ya se encuentra en pruebas clínicas en varios países, con resultados sorprendentes en el tratamiento de las infecciones a la piel, heridas en personas quemadas y los niños de cristal”, cuenta Weinstein.

Se entusiasma hablando de bioequivalencia, de la astaxantina, de las células madre del cordón umbilical. Cualquiera diría que estudió algo relacionado con química o medicina, pero la verdad es que este ingeniero comercial de la UC con estudios de posgrado en Harvard, ingresó cuando tenía 26 años a Recalcine. En esta empresa, que creó en 1921 su abuelo Nicolás Weinstein Rudoy, no ha parado de innovar e investigar.

Weinstein afirma que este tema le apasiona, por lo que se involucra personalmente en cada iniciativa. “Comulgo con lo que predica Steve Jobs, fundador de Apple: ‘Stay hungry…stay foolish’ (sigue hambriento, sigue alocado)”, dice. Con esta máxima se ha impuesto hacer de Recalcine el primer laboratorio con presencia global e investigación propia. “Le gustan los desafíos y siempre juega a ganador”, dice un ejecutivo con amplia trayectoria en la compañía. Weinstein asegura que en el mundo de los negocios no le gusta ser grumete, sino que capitán. Por eso salió de Salcobrand en marzo de este año. Su participación minoritaria no le permitía tener mayor injerencia frente a la familia Yarur, los nuevos dueños de la cadena.

En esta nueva etapa y con US$ 45 millones en los bolsillos enfocará toda su energía a cumplir la aspiración de situar a Recalcine como un referente regional en investigación. “La belleza de un sueño es que uno siempre se aproxima a ellos, pero a la vez siempre queda algo por hacer. A principios de 2007 comenzamos a exportar a Vietnam y luego será Tailandia”, afirma el empresario.

Químicamente innovador

La oficina de Weinstein está plagada de recuerdos. Apenas se abre el ascensor del octavo piso del edificio situado en la calle Pedro de Valdivia, en pleno corazón de Providencia, los visitantes sienten que están en una botica de los años 20. Un gran estante con cientos de cajones, además de frascos de porcelana, peroles, morteros, balanzas y otras herramientas con las que en esos años se preparaban las recetas magistrales, dan cuenta de un tiempo de gran actividad. Fue su abuelo, un inmigrante judío ruso, quien decidió sacarles más partido a sus estudios de química-farmacéutica y transformar su botica italiana en un laboratorio.

Tan acertada fue su decisión que 85 años después, Recalcine disputa punto a punto el liderazgo del mercado de medicamentos en Chile. “A nivel de recetaje médico somos el principal laboratorio con un 13% aproximado de las recetas”, dice Alejandro Weinstein, quien lleva las riendas de la firma desde 1984.

Ese año aceptó la invitación de su padre -Alejandro Weinstein Crenovich a trabajar en la empresa familiar, lo que le implicó empaparse de las especialidades de esta industria. Partió en el área comercial donde -dicen- dejó los zapatos en la calle promocionando productos. Luego asumió la gerencia de ventas y tras diez años llegó a la gerencia general.

El cambio en la gestión del laboratorio fue creciente. “Desde que llegó Alejandro, Recalcine pasó a ocupar un sitial bastante claro entre los líderes del mercado, introdujo muchos productos para las diversas especialidades médicas y abrió las puertas para ir al exterior, en especial a Asia”, dicen los ejecutivos.

Para Weinstein el camino que debe seguir la empresa está muy claro. “Una compañía que está en el campo de la salud no puede sino ser ciudadana del mundo. Estamos en línea con la investigación que se realiza a nivel global. Tenemos contacto con importantes investigadores y empresas de punta y recorremos frecuentemente los países líderes en esas materias”, dice. Y a renglón seguido cita a Einstein: “La imaginación es más importante que el conocimiento, hay que luchar a diario para no estar limitado por nuestras propias ideas”.

Empaparse de nuevos conocimientos es una tarea diaria para el empresario. No sólo pasa casi dos semanas del mes fuera de Chile, sino también tiene establecido un programa de desarrollo de capital humano al interior de la empresa que consiste en subir cerros y cumbres tanto en Chile como en el extranjero.

Los start up

En los últimos años, Weinstein ha liderado 15 start up, como él llama a los emprendimientos que su firma desarrolla con diversas universidades. “Es sin duda el empresario que está involucrado en la mayor cantidad de proyectos de investigación, tanto en los campos farmacéuticos, biotecnológicos y agropecuarios”, reconocen en la competencia.

Recalcine ha liderado trabajos con las universidades de Concepción, De Chile, Católica y Austral. Con científicos y emprendedores de la “U” de la VIII Región no sólo están creando Antares para el desarrollo de la Biopiel, sino también Dextech que posee el know how y patentes para estimular mediante luz artificial a microalgas para la producción de astaxantina (colorante natural del salmón). “Esto permitirá romper un monopolio virtual de oferta que hoy existe y posibilitará a la industria local producir salmón orgánico”, dice el ex dueño de Salcobrand. La meta ahora es instalar fábricas productivas en la X Región.

Con la UC, Recalcine forma parte del primer consorcio tecnológico de biomedicina en Chile, donde se investigarán nuevos tratamientos para el cáncer, vacunas, enfermedades infecciosas, autoinmunidad e hipertensión. Además, con la maternidad del Hospital de Clínico de la UC y la Fundación Genómika Nicolás Weinstein Rudoy, se están recolectando células madre de cordón umbilical para el primer banco público -ya existen privados- de este tipo en Chile. Se llamará Chilean Stem Cell Bank.

“Hace un par de semanas ya se recolectaron las primeras células que (según la compatibilidad) podrán ser usadas en la regeneración de tejido cardíaco, rótula de rodilla y que permitirán que niños con graves enfermedades puedan acceder a tratamiento con este banco público”, adelanta Weinstein.

Con la Universidad de Chile, el empresario está desarrollando proyectos para nuevos medicamentos, estudios clínicos y de bioequivalencia farmacológica.

A la par se suma una larga lista de productos que ya están siendo utilizados: vacunas para salmones, bacterias que se comen una parte de los anillos derivados de la celulosa y hormonas femeninas.

-¿Cómo califica usted el nivel de emprendimiento que hay en Chile?

El emprendimiento con base en la ciencia y la investigación está en sus inicios en nuestro país.

-¿Qué falta para que sea mayor?

Falta el desarrollo de los mercados de capitales de riesgo y una cultura empresarial que separe el éxito individual del éxito del proyecto, tal como en Silicon Valley. A nivel político hay certeza que ello es lo que permitirá a Chile dar el salto al desarrollo, junto a la educación.

-Existen fondos del gobierno…lo que pasa es que al parecer los empresarios los ocupan poco.

Sí los hay y son imprescindibles para el estado embrionario en que se encuentra la investigación y desarrollo en Chile.

-¿Cómo se empapa usted de nuevas ideas y emprendimientos?

Comulgo con lo que predica Steve Jobs, el fundador de Apple: stay hungry?stay foolish.

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