La otra cara de la creatividad y la riqueza que celebramos en todo el mundo es la destrucción ambiental y la pobreza. Hay otros problemas como la inestabilidad política, la corrupción y las tensiones nacionalistas y religiosas, pero es necesario hacer un esfuerzo de mirar lo bueno y lo malo, las diversas aristas de la economía, el ambiente y el desarrollo social, conectados, porque todo lo dice que así lo están. No se puede esperar mucho más de los gobernantes y representates políticos porque su responsabilidad principal es hacer funcionar el gobierno, la llamada ética de la responsabilidad. La ética de la convicción nos queda a los ciudadanos. Nuestra tarea es denunciar, crear conciencia y proponer alternativas radicalmente nuevas. Los políticos instituídos se dan cuenta que el sistema mundial de producción y gobierno hace agua por todos lados, pero como dicen en Chile “es lo que hay”. El esfuerzo de creación es del resto de los ciudadanos. Aquí comparto más antecedentes para hacerse una idea fundada del deterioro ambiental:

Contiúa:

El hombre alienta la peor extinción desde los dinosaurios – ONU

OSLO (Reuters) – Los seres humanos son los responsables de la peor oleada de extinciones desde los dinosaurios y deben realizar esfuerzos sin precedentes para alcanzar el objetivo de reducir esas pérdidas para 2010, según un informe de la ONU publicado el lunes.

Hábitats que van desde los arrecifes de coral a las selvas tropicales se enfrentan cada día a más amenazas, dijo la Convención para la Diversidad Biológica de la ONU en un texto publicado al inicio de la reunión de la ONU en Curitiba (Brasil) que durará hasta final de mes.

“Somos responsables de la sexta mayor extinción de la historia de la Tierra, y la mayor desde que desaparecieron los dinosaurios, hace 65 millones de años”, según el texto, de 92 páginas.

La creciente población humana de 6.500 millones de habitantes está dañando el medio ambiente de animales y plantas a través de la polución, la expansión de las ciudades, la deforestación, la introducción de especies foráneas y el calentamiento global.

El documento estimó que el actual ritmo de extinciones es mil veces más rápido que los niveles históricos, dificultando el objetivo global establecido en la cumbre de la ONU de Johanesburgo en 2002 de “alcanzar, para 2010, una reducción significativa del actual ritmo de pérdida de biodiversidad”.

“Se necesitarán esfuerzos sin precedentes para alcanzar ese objetivo a nivel nacional, regional y global”, dijo.

SIN FRENO

Según una lista de la World Conservation Union, se sabe que 844 animales y plantas se han extinguido en los últimos 500 años, una cifra que se cree está subestimada.

“Las causas directas de la pérdida de biodiversidad – el cambio de hábitat, la sobreexplotación, la introducción de especies foráneas y el cambio climático – no muestran signos de estar frenándose”, dijo el texto.

El documento insta a que se hagan esfuerzos para salvaguardar hábitats como los desiertos y las selvas y a la mejor gestión de recursos acuíferos y madereros. Aproximadamente un 12 por ciento de la superficie de la Tierra está en áreas protegidas, frente a sólo el 0,6 por ciento de los océanos.

También recomendó más recortes de contaminación y reducir las emisiones industriales de gases emitidos de la combustión fósil, considerada una causa del calentamiento global.

El informe señaló, por ejemplo, que de 2000 a 2005 la pérdida neta anual de bosques fue de 7,3 millones de hectáreas – el tamaño de Panamá o Irlanda.

Añadió que las pérdidas medioambientales anuales de la introducción de pesticidas en Estados Unidos, Australia, Reino Unido, Sudáfrica, India y Brasil se ha estimado en más de 100.000 millones de dólares.

Aproximadamente 300 “especies invasivas” – moluscos, crustáceos y peces – se han introducido en el Mediterráneo desde el mar Rojo desde que a finales del siglo XIX se abrió el Canal de Suez.

El texto dijo que hay “progresos razonables” hacia la cooperación global pero “limitados” para asegurar suficientes fondos e investigación y estimó que la ayuda anual para frenar la pérdida de biodiversidad ha caído a 750 millones de dólares desde los 1.000 millones en 1998.

Por Alister Doyle
Reuters