Antes he comentado mi modesta opinión en torno de los claros y obscuros de la globalización. Una característica de este fenómeno es la concentración económica de la propiedad de grandes multinacionales, lo que les da un poder a algunos grupos económicos, muchas veces despersonalizados y sin asiento en un país específico, más grande que gobiernos nacionales democráticos. El riesgo de esto es la vulnerabilidad de los ciudadanos, quienes quedan sin defensa como consumidores, empleados o competidores locales, ante la influencia de estos poderes en sus vidas. Por eso es necesario, como dice Joaquín Estefanía, democratizar la globalización. Aquí les comparto un artículo acerca de las compañías multinacionales más grandes del mundo: Los dueños del Planeta (en Madrid Digital).