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Inversiones

Noticias Agosto 29, 2005

Tecnología en Empresas Emergentes

Antes he expresado mi desacuerdo con llamar a las empresas PYMES o MYPES, es como que me llamaran por mi número de identificación o, lo que sería peor, por lo que alcanza mi estatura o peso. Aglo así como “buenos días don ABC1”, “avanza no más C2 C3”. Es un nombre estigmatizante, especialmente para quienes lo detentan. Prefiero rebautizar a las empresas más pequeñas como empresas emergentes, como proceso más que como fotografía instantánea. Sabemos dónde están, pero quién sabe dónde llegarán… Aquí hay un artículo que me gusta porque desafía a los emprendedores emergentes:


Tecnología en la Pyme: Inversión pendiente

Amilcar Morales
Gerente General de MMM Ingeniería de Software

Chile se encuentra en un crecimiento sostenido. Si a eso se suma la apertura a nuevos mercados como consecuencia de los tratados de libre comercio y los efectos derivados de la globalización, las pequeñas y medianas empresas debieran incorporar soluciones informáticas que les permitan elevar significativamente su productividad en el corto plazo.

Este es un desafío que no puede esperar más, en especial si se considera la rápida evolución del mercado nacional e internacional que demandan empleo creciente de sistemas basados en el uso intensivo de tecnologías de la información y comunicaciones (TIC).

No obstante, a pesar de la drástica disminución del costo del hardware y de la amplísima oferta de software, la tendencia a invertir en tecnología ha disminuido en la pequeña y mediana empresa nacional. A mi juicio, se trata de un fenómeno sumamente curioso, dado que exhibe un verdadero retroceso en materia de la necesaria modernización de los procesos en un entorno donde es clave el incremento de la competitividad.

Este problema, y su posible explicación, radica en que las tecnologías de la información y comunicaciones avanzan con demasiada rapidez, abriendo un enorme abanico de alternativas al instante de tomar la decisión por una u otra oferta. Lo cierto es que se genera un estado de confusión que lleva a inclinarse por lo más económico y no por lo que verdaderamente se requiere para optimizar el negocio. Y si a la confusión reinante se agrega otro y nuevo factor negativo en una cantidad no menor de casos, como es la decepción por resultados muy alejados de las expectativas iniciales, se refuerza la espiral decreciente de inversiones en TIC en el país.

El cuadro es triste: existe un significativo número de computadores con una muy reducida utilización en aplicaciones que favorecen la productividad del negocio central de las pequeñas y medianas empresas. En otras palabras, la sola adquisición de computadores, la contratación de un enlace a Internet o la implementación de un software de bajo costo son componentes insuficientes para el éxito de un proyecto informático, ya que es necesario que estos mismos elementos se encuentren insertos en un cambio estructural de las empresas. Ello, para la oportuna captura y almacenamiento de datos, la correcta administración de la información y su uso eficaz para fines de gestión.

Sólo recién ahí será posible dimensionar que incorporar tecnología en la Pyme es una inversión de altísima rentabilidad y no un gasto sin retorno.

Mundo en Línea

Noticias Agosto 16, 2005

La revolución del stripcenter en el retail

Uno de los proyectos que surgió de los cursos de emprendimiento de Arica fue la organización de una cadena de almacenes de barrio constituyendo una sola marca que compita en servicio personalizado y precios con el supermercado de la ciudad. Aquí presentamos un nuevo tipo de negocio de retail que pude ser una oportunidad para ciudades del tamaño de Arica:

Crecen inversiones
La revolución que traen los stripcenter en el retail
Fuente: INVERTIA

La economía está creciendo. Este puede ser el mejor resumen para analizar el momento que vive Chile y que está despertando que nuevas inversiones inmobiliarias y nuevas oportunidades de negocios comiencen a materializarse.

Este es el caso de los stripcenter o pequeño grupo de tiendas de conveniencia como abarrotes o de servicios, que se ubican en una superficie no superior de una manzana y en las cercanías de un conjunto residencial, al estilo de los antiguos “boliches de barrio”.

Interesados por conocer los detalles de este nueva modalidad que es grito y plata en mercados europeos y de Estados Unidos, y que hoy entra fuertemente en algunos sectores del país, Invertia.cl consultó a los especialistas para precisar cómo funcionan, que interés despiertan y el futuro de ellos en el país.

Si bien a priori podría pensarse se que se tratan de mall más pequeños, lo cierto es que no tienen nada que ver por su origen, objetivos y composición de quienes forman parte de los stripcenter o stripmall.

Así lo explica el analista de retail de Master Consultores Miguel Mayer, quien precisa que hay diferencias sustanciales que no permiten hablar de mall pequeños o de mall vecinal.

Mall pueden haber más pequeños como en ciudades más pequeñas, pero stripcenter es un concepto diferente que abarca una manzana, con forma de ‘U’, donde están todos los servicios básicos, y normalmente hay una farmacia o un almacén. No hay tiendas departamentales o grandes supermercados, salvo que los grandes operadores saquen un formato más chico para la ocasión“, acotó.

Mayer agrega que otra diferencia de relevancia es la cantidad de tiendas y el objetivo que persigue el cliente en estos formatos más pequeños.

Son 15 ó 16 tiendas máximo. Están cerca de donde uno vive y la idea es entrar comprar y a los cinco minutos irse. Por ejemplo, cuando uno va a un hipermercado o a una multitienda uno se programa que se va a demorar 30 ó 40 minutos. En este caso la compra está definida de antes”, finalizó.


Sergio Meza Núñez/Invertia.cl
Copyright 2005 Terra Networks Chile S.A

Noticias Agosto 6, 2005

Capital de Inversión en empresas emergentes

No tengo fundamento para estar de acuerdo o en contra de este artículo, pero ayuda a tener un sentido de las posibilidades que se abren en Chile para las empresas emergentes. Me gusta llamar “empresas emergentes” a las denominadas PYMEs o MYPEs. Lo considero más amigable y optimista.

Opinión: Nueva decepción para la pequeña empresa chilena

Juan José Mac Auliffe, 16 de julio de 2005

Las propuestas de capital de riesgo, contenidas en la dilatada Reforma del Mercado de Capitales II, ha sido absolutamente decepcionantes. No es posible que un país que tiene todos los elementos para desarrollar un mercado nuevo de capital para las pequeñas y medianas empresas (Pymes) no logre concretarlo, cuando en muchos países más avanzados ha sido un gran factor de desarrollo económico, de mayor empleo y más equidad para todos.

Sorprende que en Chile todavía no hayamos logrado una relación sólida de la pyme con el mercado de capitales, siendo que éste ha tenido un desarrollo espectacular en los últimos 25 años.

En el país existen aproximadamente 800 empresas grandes, llamadas en jerga Corfo “corporaciones”; luego viene un nivel intermedio de aproximadamente 80.000 empresas medianas y pequeñas, y finalmente hay un grupo de 250.000 “microempresas” que constituye la base de la pirámide empresarial chilena.

La única teoría de este artículo es que sólo las 800 corporaciones tienen acceso al mercado formal de capital accionario. El resto, las 80.000 empresas chicas y medianas y las 250.000 microempresas, está absolutamente desconectado de las grandes platas del mercado de capitales chileno. Esto no incluye a miles de empresas potenciales que hoy no existen debido a esta lamentable carencia.

¿Endeudamiento barato?

¡Hoy día no es lo más relevante! El costo del crédito en Chile fue artificialmente bajo entre 1930 y 1973, lo cual conducía a un volumen total de préstamos bajísimo y asignaciones de crédito totalmente arbitrarias (había “colas” al igual que en los países comunistas).

Desde 1973 hasta más menos el año 2000 los créditos en Chile fueron muy caros: tasas de créditos hipotecarios a 20 años en 8%-10% sobre UF eran consideradas baratas.

En los últimos años -¡por fin!- los intereses han estado bajos y muy en línea con el costo de capital de los países desarrollados. El “riesgo país” chileno es hoy bajísimo. Muchos expertos coinciden en que la tasa de interés “riesgo Banco Central” no será mayor que un 4% real a 20 años (hoy es 2,9%).

Por esto, el entorno macro de la tasa de interés relevante para el crédito de las Pymes se ve óptimo. Lo anterior, en todo caso, no impide que el costo de crédito sea algo mayor para las empresas emergentes y pequeñas.

Ahora bien, si se quieren canalizar créditos subsidiados y/o financiar perdonazos a los morosos, es posible, pero sólo en casos de emergencia extrema y sin alterar los equilibrios de sanidad y competencia del mercado de capitales.

¿Subsidios tributarios?

Personalmente creo que no debieran existir. Todos sabemos que la tributación óptima debiera ser lo más pareja posible, ojalá sin excepciones.

Si por ejemplo las personas pagan en promedio un 35% de impuesto a la renta, las sociedades normales un 18% y ciertas Pymes un “cero por ciento”, lo único que lograremos es una máquina enorme de evasión tributaria. Un problema práctico es que muchas veces la línea divisoria entre las microempresas y las personas individuales es confusa.

¿Socios en el capital?

¡Aquí está la clave! Lo que falta en Chile es el acceso de las Pymes a fondos de capital provistos por las grandes instituciones del mercado: los bancos comerciales, AFP, compañías de seguros de vida y fondos mutuos.

Si sacamos a estas instituciones, el mercado de capitales prácticamente desaparecería. Para dar una idea del tamaño, sólo los activos de las AFP son aproximadamente US$ 62.000 millones y los de las compañías de seguros de vida son US$ 25.000 millones.

Si se destinara sólo un 1% de los activos de las AFP y compañías de seguros de vida para financiar capital de empresas no listadas, tendríamos US$ 870 millones potencialmente disponibles.

La cifra es relevante comparada con lo actual, pero sigue siendo modesta al lado de los alrededor de US$ 120.000 millones que suma la capitalización bursátil de las empresas listadas. Ahora bien, para listar en Bolsa hay que estar clasificada como empresa top, lo cual es por definición imposible para el 99% de las Pymes.

Causa extrañeza que frente a la proposición de permitir que las compañías de seguros de vida y las AFP destinen hasta un 1% de sus activos a la tenencia de acciones de empresas no listadas, la autoridad se niegue a incluirlo en el proyecto de Reforma del Mercado de Capitales II.

Estas instituciones no sólo tienen inmensos fondos disponibles, sino además la capacidad profesional de evaluar y seleccionar adecuadamente los riesgos involucrados en este tipo de inversiones.

Para evitar los conflictos de interés entre los administradores de fondos de capital y las Pymes, es conveniente aplicar la normativa de “operaciones relacionadas” actualmente vigente en la ley de valores chilena.

Noticias Agosto 6, 2005

Recursos para los emprendedores

Una de las dificultades que los emprendedores encuentran cuando comienzan sus iniciativas de negocios o sociales, es que no cuentan con fuentes de inversiones. Sin embargo, muchas veces esto responde más a desinformación y falta de redes sociales que a la inexistencia total de recursos. Con este artículo del 17 de Julio de 2005 del diario chileno La Tercera y otros que iremos publicando, quiero aportar al mapa de oportunidades de recursos que ya existen. Es bueno y esperanzador conocer estas experiencias de solidaridad de empresarios grandes que deciden que emprender es más que sólo acumular riqueza.

Entregó a un fideicomiso ciego sus compañías, incluida la chilena Masisa, para financiar sus fundaciones

El filántropo que donó sus empresas para impulsar un cambio social en América Latina

A los 29 años este abogado suizo heredó el Grupo Eternit y la crisis del asbesto lo llevó a diversificarse y a predicar el desarrollo sustentable. A Chile llegó a invertir en 1982 y el 2003 decidió donar todas sus empresas para financiar cambios sociales en América Latina.

Catalina Allendes

En 1982 Stephan schmidheiny conocía prácticamente toda América Latina, menos Chile. Por eso decidió venir “algunas semanas”. Pero, como para él “vacaciones no significa ignorar oportunidades”, desde ese momento sentó bases en el país.

Así lo relata en “Mi visión, mi trayectoria”, que escribió como parte de una serie de books que comenzó a publicar la fundación Viva en 2004 para explicar la filosofía de este filántropo suizo dueño de Terranova -hoy fusionada con Masisa- y quien en 2003 entregó sus empresas a un fideicomiso ciego para financiar “el cambio social en América Latina”.

Tres semanas duró ese viaje de 1982, que partió en Santiago y culminó en Puerto Montt: “Chile estaba atravesando una crisis económica muy severa, consecuencia de la política de cambio fijo implementada y defendida por un grupo de economistas conocidos como los Chicago Boys. Las empresas estaban en quiebra o en venta… o ambas cosas (…) Consideré que era el momento oportuno para hacer una inversión estratégica en una nueva área de negocios”. Y así fue. Invirtió en el sector forestal.
A Chile no viene oficialmente desde 2003. “Y si ha venido después lo ha hecho silenciosamente”, dice un ejecutivo que conoce a este suizo “de personalidad magnética”.

A Schmidheiny no le gusta la publicidad o que lo llamen visionario. Prefiere hablar de “visión en mi trabajo. Siempre observé y analicé los movimientos de la sociedad, bucando detectar las primeras señales de cambio en aquello que parecía un contexto estático”.

Su fórmula ha tenido éxito: “En promedio he vendido mis compañías por un valor cinco a siete veces superior al que había pagado por ellas y tuve un fracaso cada siete éxitos”. Invirtió en la industria forestal chilena en plena crisis; compró Swatch cuando los japoneses amenazaban la industria relojera suiza y vendió su firma en Asia antes de la crisis del ’97.

La nube del asbesto

En 1984, cuando su padre decidió dividir el patrimonio entre sus hijos, Schmidheiny se convirtó en dueño del grupo Eternit y su hermano Thomas de Holcim. A los 29 años era el responsable de un conglomerado con fábricas en 20 países. “Cuando comenzó la polémica sobre los efectos nocivos del polvo de asbesto, el descubrimiento fue un shock para mí. Yo mismo había estado peligrosamente expuesto a la inhalación de las fibras de ese material (…) Tomé una decisión radical: sin tener idea cómo íbamos a implementar el cambio, anuncié que el grupo dejaría de fabricar productos que contuvieran asbesto”. Aunque lo tildaron de loco, la decisión motivó la diversificación del grupo y él pasó esos años buscando oportunidades.

Fue también en los ’80 que dio sus primeros pasos hacia la “filantropía organizada”, como define su postura. “En un emprendimiento conjunto con el arzobispo de Panamá creamos Fundes, una organización que promueve a la Pequeña y Mediana Empresa con el propósito de crear puestos de trabajo y generar ingresos para personas de menores recursos”.
Pero su vida cambió radicalmente en 1992, cuando, invitado por la organización de La Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro, se dedicó a reunir a presidentes de grandes firmas del mundo en el Consejo Empresarial para el Desarrollo Sostenible.

Schmidheiny tenía 45 años y tres corporaciones: una con inversiones en tecnología en Europa; otra dedicada al comercio entre Europa y Asia; y Grupo Nueva, que fabricaba tuberías y forestaba en América Latina. “Había experimentado ya todo lo imaginable, había llegado a la cima, había estado a punto de quebrar y había trabajado duro para regresar a la cima (…) Pensaba en mi futuro y sabía que más de lo mismo no sería suficiente desafío para mí (…) Decidí, por lo tanto, vender mis empresas con base en Suiza y trasladar mi base de operaciones a Costa Rica, un país llamado la Suiza de América Latina”.

“Observaba que en los suburbios y los barrios marginales las reformas macroeconómicas por sí solas estaban lejos de resultar suficientes”. Concluyó que “la filantropía tradicional no era la opción” y creó la fundación Avina, que “lleva invertidos US$ 250 millones en líderes que trabajan para conducir sus sociedades hacia el desarrollo”.

En 2003 Schmidheiny creó Viva (Visión y Valores), beneficiaria de los dividendos que obtienen las empresas del Grupo Nueva y encargada de financiar los proyectos de Avina.

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