La revolución digital ha cambiado en casi todo nuestras vidas, en todos los aparatos que apoyan nuestra vida cotidiana, desde el horno micro ondas y la lavadora, hasta el televisor y celural inteligente, en la medicina, en la educación, el entretenimiento, nuestras relaciones personales, en todo. Pero también a nivel macro ha cambiado todo, en las comunicaciones, la producción, la gestión, la economía, la política, también en todo. Sea como aparatos de soposte para nuestra vida, sea para permitir comunicarnos, todo ha cambiado, y con ello la forma de crear riqueza, la forma de relacionarnos y en el fondo, la forma como nos percibimos a nosotros como seres humanos en este planeta hiperconectado.
En esta historia hay verdaderas leyendas líderes en la invención y aceleración de las transformaciones, que no sólo nos hacen admirar y desear tecnologías que cambian cada vez más rápido, sino que sus mismos inventores y precursores se han transformado en ideales de vida para esta sociedad de la información y la hiperconexión.
Entre ellos, un verdadero ícono de este tiempo fue Steve Jobs (1955-2011), el recién fallecido fundador de Apple e inventor de dispositivos memorables como el Macintoch, el iPod, iTunes, iPhone, iPad, Pixar y muchas otras cosas que han revolucionado la industria tecnológica pero sobre todo, nuestra vida cotidiana. Un homenje de admiración y gratitud para un conquistador del Siglo XXI, que nos abandonó demasiado temprano (aquí crónica de El País)