Maria Amelia Lopez.jpg

Y todavía quedan escépticos,
humanistas progresistas, que sospechan de internet como una máquina
deshumanizante – pura pereza mental:  latercera.
Desde una remota aldea de Galicia, a través de su bitácora de internet, esta locuaz sobreviviente de la guerra civil española habla con los cinco continentes. Más de un millón de internautas la siguen, mientras el nieto teclea y teclea el mar de ideas que va vertiendo. Todo empezó hace un año, cuando, en su 95 cumpleaños, este nieto la sorprendió regalándole un blog. Aquí hace para nosotros un recuento de esta experiencia que, según ella,la “devolvió a la vida”. Por: Pía Rajevic

“¿Un blog? Pero para qué quiero yo más libretas de apuntes, si ya tengo bastantes por ahí arrumbadas”, relata María Amelia que le exclamó a su nieto cuando éste le contó cuál iba a ser su regalo de cumpleaños. “Abuela, no es el blog que tú piensas, sino un blog de Internet para que te comuniques con la gente. Pero claro, como a ti te tiemblan las manos mucho y no ves muy bien por tus cataratas, pues no vas a escribir. Tú hablas y te escribo yo”, especifica que le respondió él. “Y desde ese momento, mire, desde Holanda y desde Chile comenzaron a comunicarse conmigo los blogueros”, cuenta María Emilia.

-¿Tiene amigos blogger de Chile?
-¡Ah! Los chilenos fueron los primeros. El primer día que me puse en internet, mil y pico de chilenos ya me hablaron y después los holandeses. Y después, del mundo entero me hablaron. Pero los chilenos, yo creo que son los que más me hablaron en mi blog. ¿Usted lo leyó?

-Claro. Me dio alegría encontrarla en internet. Es notable que a sus años usted esté tan afiatada con la tecnología.
-Si, y yo me digo siempre que no quiero que nadie me manipule. Que mi blog no lo manipule nadie. Yo soy una persona muy independiente. Ya con lo que le estoy hablando, usted puede ver lo independiente que soy.

-Ya veo que así es María Amelia
-No soy una anciana de estar en un sillón tomando una pastillita para dormir toda una tarde. Eso a mí no me va. Yo quiero ver mundo, quiero conocer, quiero estar muy viviendo. Y es lo que hago. Ahora mi nieto me teclea y yo hablo, como hablo ahora con usted. Ahora voy a mirar si tengo algo de mensajes. Tengo blogueros de 13 y 8 años y otros de 90 que me escriben.

Es que la vida de María Amelia López Soliño ha sufrido una metamorfosis rotunda y buena, transformándose en la blogger más anciana del planeta. La hazaña fue premiada recientemente con el galardón alemán BOBs (Best of Blogs), al ser elegido su blog por los internautas de todo el mundo como el mejor en castellano. El sitio (amis95.blogspot.com) superó ya el millón de visitantes.

“Antes estaba muy abatida, porque no tenía con quien comunicarme. Mi nieto se iba a trabajar y yo quedaba sola. Ahora tengo compañeros que me escriben y me cuentan cosas muy bonitas. Yo estoy encantada con este internet. Y tengo más de un millón y pico de amigos que me escriben de todo el mundo. Me ha cambiado la vida completamente. Mi salud está regular, pero cuando estoy con el blog, parece que tengo 15 años”, explica al teléfono desde un pueblo cercano a La Coruña, donde vive junto a su nieto y sus perros regalones, Tolo y Xorxa.

A sus 96 años muestra en su discurso una vitalidad y agudeza que ya quisieran para sí tantos más jóvenes, mientras relata que ella es “una mujer especial”, con sus ideas claras desde muy joven. Y tanto que, de hecho, el haberse transformado en una blogger cuando cumplió los 95 años no es más que la expresión del arrojo con el que ha vivido. Primero, en su niñez, cuando debió sobreponerse a un padre autoritario que le prohibió ir al colegio y, a cambio, trajo profesores a su casa para que estudiara. Luego, en la juventud, superando las amarguras de la guerra civil, como la muerte de amigos y la hambruna. O en esos mismos tiempos, cuando su interés por vivir y conocer el mundo era tan intenso y la idea de casarse le resultaba tan poco atractiva que retardó el matrimonio para pasada su treintena. Simplemente no se enamoraba, según ella. Más tarde, cuando su único hijo enviudó y ella se hizo cargo de sus dos nietos, a los que crió. Y, dos décadas después de ese amargo suceso, cuando tuvo que enfrentar una pena tal vez más dura: la muerte de su único retoño. No es todo, pues en la vejez siguió lidiando y superando barreras, cuando conoció la soledad mientras vivía en un hogar de ancianos y, a su manera, se rebeló buscando salidas.

-¿Qué sabía de internet antes de este regalo?
-Soy una persona que siempre quiso viajar y conocer, y no se imagina lo bien que me ha venido en este sentido el internet. Yo estuve sola, viví sola ya de mayor en un piso que tengo en La Coruña. Luego me fui a una residencia (se refiere a un hogar de ancianos), cogí una habitación que me dieron, la amoblé y estuve ocho años, pero aquello para mí no era vida. Quería estar afuera. Al ver aquel ambiente, que era de viejos, me dije “esto no es para mí”. Y comía afuera, en los restaurantes. Me marchaba a las 10 de la mañana y hasta las 9 de la noche no regresaba. Iba nada más que a dormir. Mis nietos no querían que estuviera allí de ningunísima manera. Fue una lucha, porque yo no les quería dar trabajo, quería que tuvieran libertad. Pero un día fue mi nieto y me vine con él porque, claro, iba a estar más contenta con él, porque es muy triste estar en una residencia.

-¿Conocía algo de los blogs antes de este regalo?
-Eso se lo debo a mi nieto. Un día llego a su casa y me encuentro que tenía este aparato de internet y le dije: “¡Ay, qué es esto!”. Y él me explica que eso es para su negocio y que es muy bueno, porque se comunica con el mundo entero. Enseguida me llamó la atención. “¿Cómo que te comunicas con el mundo entero? Yo nunca supe qué es el internet, explícamelo mejor”, le contesté. Y él me dice: “Como a ti te gustan tanto las biografías y siempre andas comprando libros de esos, cuál biografía quieres ver en internet”. Yo le pedí ver tres, entre ellas la de Felipe (se refiere al ex presidente del gobierno español Felipe González). Me las mostró al momento en la pantalla y me quedé aterrada, impresionadísima. “¡Esto es una cosa rarísima!”, pensé.

Relata que, luego de ese suceso, en otra oportunidad el nieto le jugó una broma: tras un paseo, la hizo entrar al salón de la casa y encontrarse con la pantalla del computador donde un hombre de Uruguay, mediante webcam, le hablaba a ella. “¿Y esto qué cuento es si no es la televisión?, me dije. ?Doña Amelia?, me habló desde la pantalla un señor que creo era de Montevideo y me empezó a contar: ?usted quedó viuda, tiene dos nietos, nada más que vive para sus nietos, sé que los cuida mucho y les cocina platos riquísimos?. Quedé asustada y le grité a mi nieto: ?Ven aquí, que esto es una cosa del diablo, que no acabo de comprender?. Él me explicó que eso también era internet. ?Pues mira, mañana me compras uno de estos, que quiero yo llevármelo conmigo?, le señalé. Y él me contestó: ?No te compro nada, porque tú ya no te vas más. Te quedas conmigo, no me hagas estas cosas, que yo estoy apenadísimo de que estés en la residencia?. Me quedé y ya siempre viendo el internet. Pero cuando ya iba a cumplir 95 años él me regaló un blog. Yo sabía de internet, pero de blog no sabía nada”.

Me adelanta que no puede hablar más del nieto, porque a él no le gusta “brillar” y sólo quiere ayudarla a comunicarse. Y es así de cierto. Escueto en sus mensajes, cuando lo contacto desde Chile para ubicar a su abuela, y le hago algunas consultas sobre ella, se limita a dar las señas para que pueda llamarla y envía algunas fotos sin más comentarios que esta sentencia: “El nieto no corta ni pincha”. Y así sea.

-¿Qué diría que cambió el blog en usted?
-Todo, completamente. Yo estaba muerta. Llegó un momento en que me dije, “pero cómo va a ser esto, si era tan activa, era de tanta amistad y tantas amigas”. Se me murieron todas. Nada más que me quedó una hermana, 18 años menor que yo, pero está peor que yo, y dos primas hermanas

-El blog le ha permitido incluso conocer al Presidente del gobierno, Zapatero.
-¡Hombre, fíjate! Es lo más gordo que he hecho en mi vida. Él me escribió una carta y me entusiasmó. Y lo conocí. Conocí a muchos socialistas nuevos, pero como Zapatero no hay ninguno, porque es elegante y guapísimo y con un talante fantástico. Se acerca mucho al pueblo, a la gente, a los ciudadanos, les da una sonrisa, les pasa la mano por el hombro.

-Qué bonitas las fotos que están en internet, en las que Zapatero la saluda.
-Si, pues tan galante fue, porque él podía haberme recibido en el mitin para hacer propaganda, pero no quiso que yo hiciera esa propaganda. Quiso una cosa íntima, dijo que no me iba a manipular y que quería hablar conmigo en privado. Fue una sorpresa, yo nunca pensé que el señor Zapatero, un Presidente, iba a hacerle a una simple señora un homenaje como el que me hizo. Me trajo una insignia de plata, me abrazó y se puso a mi disposición. A mí lo que más me gusta es su bondad, no es nada presumido, es un hombre que tiene un don de gente especial, es encantador.

-Y la invitó a la Moncloa.
-Sí, me dio un beso y dijo: “¡A la Moncloa!”. Para mí fue una satisfacción grande… Aunque no creo que vaya para allí, porque claro, un Presidente tiene mucho que hacer.

-¿Usted dice ser socialista desde siempre?
-Soy la socialista más antigua que hay en España. Pero no estoy afiliada, porque mi padre me hizo jurar que yo no me habría de meter en ese partido. Desde los 16 años que me gustó el socialismo. Ahí me hice socialista, pensaba en los obreros, que pasaban tanta hambre. Ahora trabajan de otra manera, pero así y todo aún se tienen que hacer muchos adelantos para que el obrero viva mejor.

-Los socialistas la invitaron a sumar su blog a una comunidad virtual de ellos, y usted les dijo que no. ¿Por qué?
-“Usted, en el blog, hace lo que se le dé la gana”, me dijeron mis blogueros cuando supieron de esa invitación, pero yo no quiero hacerlo político mi blog. Mire, el blog para mí supera todo eso. Ahora, que en el blog hable de socialismo, sí. Si hay algo bueno de los socialistas, yo los alabo, pero yo no creo oportuno estar en esa comunidad. Estoy muy encariñada con mis blogueros. ¡Cómo no voy a estarlo, si me hablan, me llaman y me dicen tantas cosas bonitas!

-Usted, que vivió la guerra civil española y tantas vicisitudes durante su vida, ¿hubiera imaginado un cambio tan grande como es internet?
-No. Es mágico. Y yo lo he vivido. Una conocida mía me decía que ella es más que yo, porque estudió historia. Y yo le contesté: “tu la estudiaste, pero yo la viví en vivo”.

-Aparte de todo lo que nos cuenta en su blog sobre su vida y sus opiniones sobre la actualidad del mundo, da mensajes por la paz. Incluso se siente muy dolida por lo que sucede en Irak. ¿Está impactada con la violencia que ve?
-Es que gana la guerra, gana. Y cómo voy a querer yo la guerra, si yo la viví y sé lo que pasó. Yo querría que nos amáramos los unos a los otros y que no hubiera esta disputa por ganar los puestos para mandar, porque ya no hay ideales, no hay un amor que sientan por el mundo entero. Y no hablo por mi país, porque yo también vivo con los otros países y sé de los atropellos. Es un paraíso tan lindo el que tenemos y lo maltratamos. A mí me decían muchos religiosos “usted se va a ir al cielo”. Pero ahora pienso más y les respondo: “Mire padre, a mí déjeme aquí, que este es un cielo”. Fíjese usted qué mundo tenemos, qué mar, qué campo, qué pájaros, qué árboles.

-¿Qué diría que es lo más hermoso que le ha sucedido gracias a su blog?
-El cariño que me demuestran, ¿le parece poco? Y que haya alguno que me insulte y que salgan todos a alabarme, personas que no me conocen… De su país incluso. Hay varios de su país que quiero muchísimo. Chile es precioso, el mar que lo baña es precioso. Ya lo vi por internet, porque ahora mi nieto me regaló la banda ancha y lo primero que le dije fue “ponme a Chile para decirles a mis blogueros que lo he visto”.

-¿Y se imagina la vida sin el blog?
-¡Ay no! No podría ser, porque me moriría de pena