quepasa. ¿Quiere escuchar lo último de Nine Inch Nails, la banda de Trent Reznor? No hay problema, puede descargarlo con su programa de BitTorrent o directamente de la web. Es legal. Y gratis. Al menos una parte. Su último disco, Ghost I-IV, se salta la discográfica y la distribución tradicional para llegar a los fans a través de un medio exclusivamente digital y en varias versiones. El primer disco, con nueve temas, es completamente gratuito. La versión de descarga de toda la obra cuesta cinco dólares y por 10 dólares se consigue una edición grabada en dos discos compactos que se envían por correo. Por último, para los verdaderos fanáticos de NIN, hay un paquete especial de 75 dólares con discos DVD y un Blu-Ray con videos en alta distribución. Por Ángel Jiménez de Luis

La iniciativa sigue la estela de otra banda que también dio que hablar en la red y en los despachos de una marchita industria musical, Radiohead. El grupo británico puso su último álbum en la red a precio libre. Los internautas decidían cuánto querían pagar y ése era todo el trámite necesario para hacerse con In Rainbows. Radiohead consiguió con la iniciativa más de tres millones de dólares y eso que el 60% de los usuarios prefirió no pagar nada por el disco.

La jugada de NIN es más ambiciosa porque su música se distribuye mediante licencia Creative Commons, un marco legal en el que está permitida la copia y distribución entre amigos siempre que se realice sin ánimo de lucro. Pero tanto la jugada de Radiohead como la de NIN son ejemplos de una industria musical que ha descubierto que se puede vivir sin las discográficas o, al menos, sin el modelo tradicional de venta de CD.

La distribución gratuita de música en la red o la venta a bajo precio eran, hasta ahora, el recurso de las bandas más pequeñas y desconocidas para comenzar a hacerse un nombre, la alternativa al ansiado contrato con Sony o Universal. Con la adhesión de los grandes nombres, de grupos consolidados que podrían seguir haciendo dinero al modo tradicional, este canal de distribución se ha reafirmado como la apuesta de más futuro.

Y tiene sentido, porque la venta de CD está cayendo a un ritmo alarmante. En Estados Unidos iTunes, la tienda de música de Apple, se ha convertido ya en el segundo vendedor de música del país. Sólo el gigante Wal-Mart le adelanta. Salvo que ocurra una tragedia, iTunes se colocará en la cabeza de la lista antes de que acabe el año. Incluso si los usuarios de iPod dejan de comprar tantas canciones y se reducen las ventas a la mitad, iTunes cerraría el 2008 como líder.

La mitad de los adolescentes americanos -el 48%, según el periódico LA Times- no compró un solo CD durante el pasado año. Todas su música fue descargada de la red. De forma legal o ilegal, pero descargada. La mitad. Para toda una generación, el CD tiene el mismo valor y atractivo que una cinta magnética o un casete de ocho pistas. Es una pieza de museo. Curiosamente, mientras las ventas de CD bajan, los viejos discos de vinilo mantienen el tipo gracias a los coleccionistas y los DJ más exigentes. Pero, en general, está claro que el único futuro de la distribución de música es el digital, no el físico. La venta a través de la red con fórmulas y precios nuevos, como los que ensayan Radiohead y NIN. Hay que dejar de pensar en el disco como el principal producto de la industria, y concentrar los esfuerzos en, por ejemplo, las actuaciones en directo y la venta de merchandising.

Por otro lado, es cierto que esto ocurre básicamente en Estados Unidos y algunos países de su órbita cercana. En otros aún no es posible comprar en iTunes -pienso en Chile- o el catálogo es mucho más reducido y limitado sólo a ciertas discográficas -pienso en España-. Es curioso cuánto tarda la industria en adoptar un esquema de funcionamiento que, en principio, no debería entender de fronteras. Pero aquí, también, hay que echarles la culpa al pasado analógico y a las viejas leyes de distribución y retribución de derechos, creadas para un mundo en el que comprar un disco era un proceso completamente diferente.

Me voy pero no sin antes recomendar una web: www.jamendo.com. Es la prueba de que hay buena música lista para descargar y disfrutar en la red. Sin pagar.