mouse. Ingenio de aficionados alivia costos de investigación de empresas. Uno de los centros de "crowdsourcing" más conocidos en el mundo científico es InnoCentive.com, que publica los "desafíos" de grandes empresas en busca de soluciones, entre ellas su fundadora, la farmacéutica Eli Lilly, y el gigante Procter & Gamble. (ver crowdsourcing en wikipedia).
EFE.- Un número cada vez mayor de empresas en EEUU recurren a la creatividad e ingenio de aficionados mal pagados o, incluso, no pagados, para aminorar sus costos de publicidad, generación de contenido, investigación y desarrollo.

El conocido como "crowdsourcing" lo aplican desde firmas pequeñas hasta grandes corporaciones como Procter & Gamble para obtener servicios de forma más barata que mediante el "outsourcing" o la contratación de servicios externos en países como la India y China.

El término "crowdsourcing" fue acuñado por el periodista Jeff Howe y el editor Mark Robinson, ambos de la revista especializada en tecnología "Wired", para definir un fenómeno que se ha extendido gracias a la cada vez más accesible y menos compleja tecnología.

"Las compañías están tomando mayor ventaja de una masa global que es más inteligente, más productiva y está más conectada", dice Howe en su artículo, "El ascenso del Crowdsourcing", publicado en la edición de junio de "Wired".

Bajo ese esquema, una compañía o institución traspasa una función que antes cumplían los empleados o subcontratados hacia una amplia red de personas, anónimas, que no se conocen entre ellas y han sido contactadas públicamente, por lo general a través de Internet.

En esa red participan, por ejemplo, científicos "de garaje", trabajadores independientes y vídeo aficionados que utilizan su tiempo libre para resolver problemas, diseñar nuevos productos o crear un contenido nuevo, sea en forma de texto o de imágenes.

Uno de los centros de "crowdsourcing" más conocidos en el mundo científico es InnoCentive.com, que publica los "desafíos" de grandes empresas en busca de soluciones, entre ellas su fundadora, la farmacéutica Eli Lilly, y el gigante Procter & Gamble.

Por la solución de cada desafío, por lo general en el área de investigación y desarrollo, la empresa ofrece un premio que oscila entre los 5.000 y los 100.000 dólares.

Procter & Gamble también trabaja con empresas que ofrecen servicios similares, como NineSigma, YourEncore y Yet2.

Otra fuente de "crowdsourcing" es iStockphoto.com, un archivo fotográfico gigantesco -compuesto por unas 885.000 imágenes- y de bajo costo, confeccionado con la colaboración de miles de fotógrafos aficionados.

Wikipedia.com, una enciclopedia virtual cuyas entradas son editadas de forma gratuita por gente común y corriente, es un ejemplo conocido de "crowdsourcing".

Empresas que han utilizado ese esquema son Lego, que lanzó una convocatoria para descubrir a los inventores de la próxima generación de productos "Lego Robotic", y Zazzle.com, que recompensa el diseño de camisetas, sellos postales y otro tipo de mercancía.

El usuario de Zazzle simplemente crea una galería de diseños, que pueden imprimirse en tazas para café o en tarjetas de cumpleaños, y puede ganar hasta el 17 por ciento de la venta de los productos.

Las instituciones también están recurriendo al "crowdsourcing", entre ellas el laboratorio mediático del Instituto de Tecnología de Massachussets (MIT), para el desarrollo y prueba de software y hardware y la creación de robots.

El "crowdsourcing" es asimismo una tendencia en la industria de los medios de comunicación, sobre todo en la publicidad y en estaciones de televisión que alimentan su contenido con las contribuciones del público y de potenciales usuarios.

Empresas como Sony, MasterCard, Converse y Chevrolet han usado anuncios publicitarios confeccionados por sus propios usuarios.

Renee Hopkins, una periodista que sigue las tendencias en el campo de la mercadotecnia, asegura que si bien el "crowdsourcing" baja los costos de generación de contenido y solución de problemas, por otro lado aumenta el costo y la necesidad de filtrar las opciones disponibles.

"Las empresas deberán no sólo tamizar las propuestas buenas y malas, sino saber escoger la opción que mejor se ajuste a sus estrategias y necesidades", apunta.

A su juicio, el desafío no está en hallar a las personas más inteligentes y trabajar con ellas, ni en encontrar las soluciones más baratas, sino dar con las que sean más "correctas". 30.06.2006, 16:16

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