Quépasa
Palabra de Mossberg

Es el columnista tecnológico más respetado y temido del planeta. Sus críticas en el Wall Street Journal pueden hundir o levantar un producto. Tiene 60 años y es fanático de los computadores y de Star Trek. Señoras y señores, les presento a Walter Mossberg (en TechnoratiWikipedia).

Por Ángel Jiménez de Luis

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El cotilleo de la semana del mundo tecnológico ha sido, sin duda, la conferencia conjunta entre Steve Jobs y Bill Gates. Las dos figuras más importantes de la tecnología se han visto las caras cerca de San Diego en un evento organizado por el Wall Street Journal y que responde al nombre de D: All Things Digital.

El morbo de ver frente a frente a los dos protagonistas de la revolución de la informática en el hogar ha conseguido captar el interés de todos los que nos dedicamos al mundo de la tecnología. No es la primera vez que se sientan juntos en una mesa, ni será la última. La relación entre Gates y Jobs es, por lo que cuentan, bastante cordial y son viejos conocidos. Aun así, es imposible no preguntarse por las confidencias que se harán entre plato y plato. ¿Qué le habrá dicho Gates a Jobs sobre el iPhone?¿Cómo ve Steve el fracaso del Zune, el reproductor de Microsoft que intenta competir contra el iPod?

Para ser sinceros, hay un periodista que lo sabe. Estuvo sentado junto a ellos durante la comida y es considerado la pluma más poderosa del sector de la informática.

Hablo de Walter Mossberg (60 años), columnista tecnológico del diario Wall Street Journal. Sus palabras, desde 1991 cuando escribió el primer artículo en el WSJ, son capaces de hundir productos o llevarlos a lo más alto de las listas de ventas.

En el país que más tecnología consume del planeta -EE.UU.- él es la voz que dice qué hay que comprar, qué funciona y qué no.

Dicen que es también el trabajador mejor pagado del reputado periódico financiero, con un contrato millonario que lo eleva a la categoría de estrella mediática.

Por algo será. Y es que el privilegio de sentarse junto a los fundadores de Apple y Microsoft no es casual.

Mossberg es el organizador de esta jornada en la que sólo hay una regla: Los participantes no pueden utilizar discursos preparados o presentaciones. La frescura, la cordialidad y el tú a tú son requisitos imprescindibles. Conseguir que personajes de la talla de Jobs y Gates acepten entrar en este juego es necesario un nivel extraordinario de influencia. Pero eso es justo lo que le sobra a este periodista de 60 años, cuyas palabras han dado forma a la revolución tecnológica desde la década de los 90.

Su primera columna, en 1991, comenzaba ya con una clara declaración de intenciones: “Los computadores son difíciles de usar, y no es culpa suya”.

Combativo y brutalmente sincero, Mossberg no ha tenido nunca problemas en criticar los aspectos más confusos y complejos de cualquier tecnología. Su estilo es sencillo y didáctico, algo que no siempre es fácil de conseguir cuando se habla de productos que, por lo general, tienden a complicarnos la vida de una forma u otra.

Sus columnas pueden acabar fácilmente con la reputación de una compañía. En un artículo de la revista Wired acerca de la personalidad de Mossberg, por ejemplo, se cita el daño que produjeron sus opiniones a la firma de radio por satélite XM. Tras probar uno de los primeros receptores, Mossberg advirtió a los lectores que la recepción era entrecortada y los controles excesivamente complejos. La mañana en la que esa noticia salió publicada las acciones de la compañía cayeron 8,3% en el mercado. XM tomó cartas en el asunto y rediseñó los receptores para hacer frente a la crisis. Meses más tarde, respiraron tranquilos al ver la crítica positiva que Mossberg realizó de la nueva versión.

Poder para hundir un producto y poder para llevarlo a lo más alto. Mossberg tiene una afinidad por Apple, cuyos productos considera fáciles de usar y bien diseñados. En alguna ocasión ha descrito algunos de sus computadores favoritos como los “más bonitos jamás creados” y asegura que su aprecio por la marca se debe a que es una de las pocas que fabrican tecnología pensando en el usuario.

La afinidad le ha llevado a entablar amistad personal con el fundador y cerebro de la compañía, Jobs, y no es raro que sepa antes que nadie qué va a lanzar Apple al mercado o tenga en su mesa de trabajo un modelo de los nuevos productos antes de que lleguen a la calle.

Los productos de Apple no son los únicos que acaban en su mesa de trabajo.

Junto a él, en el periódico, trabaja Kara Swisher, su ayudante y principal colaboradora en la sección de telefonía: juntos tienen las llaves de lo que se conoce como “el arca”, el almacén donde guardan los productos que cada día llegan a la redacción sin ellos haberlos solicitado para realizar las pruebas de uso. “Es como si fuera Navidad cada día”, ha asegurado Mossberg en alguna ocasión y es que trabajo no le falta a este fan confeso de la serie Star Trek y amante de los computadores, uno de los pocos que consiguen no hacer juicios rápidos de los productos y que puede explicar qué es un MP3 o un ordenador y por qué hay que comprar uno u otro modelo a una audiencia que se cuenta por millones.

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