Refresca y provoca inmensa admiración leer a Mario Montanari, un empresario muy poco convencional entre los empresarios chilenos, porque ha hecho una fortuna a partir de la innovación y el desarrollo de negocios nuevos, desde Chile al mercado global.

Además, es una persona con pasado socialista (MAPU), crítico pero amigo del gobierno de la presidenta Bachelet, y que se niega a ser clasificado como empresario de izquierda (obvio que tampoco de derecha). Tiene una mirada sistémica de la realidad, donde incluye a las empresas y la innovación, que suena lúcida y poderosa para repensar el futuro de los países en América Latina. En esta entrevista (con humor algo fashion) faltó alguna opinión acerca de los conflictos con ecologistas y las críticas a la políticas laborales de la industria chilena del salmón, de la que es uno de los principales líderes. La esperamos para la siguiente entrevista.

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¿Qué está pensando Montanari?

El ex MAPU Mario Montanari (61) es atípico dentro de la tribu empresarial: sociólogo de profesión, concertacionista, de izquierda, fue subsecretario de Allende y estuvo exiliado. Su holding Invertec -uno de los más innovadores del país- tuvo un 2006 brillante: facturó US$ 220 millones y su filial Invermar -que cotiza en Bolsa- no sólo duplicó sus utilidades -de US$ 7,5 millones a US$ 15,3 millones-, sino que aumentó su capitalización a casi US$ 300 millones. Montanari no se cansa de disparar ideas y de innovar. Este es un paseo por su bullente cabeza.

Myriam Mellado y Francisca Skoknic

Invertec, una sorpresa

“Cuando entramos al rubro salmonero -en general en el alimentario- jamás vislumbramos que creceríamos tanto más que en la metalmecánica (Cimet-Sindelen), que fue el rubro histórico del negocio familiar. Este año Invertec logró un récord absoluto en inversión, hemos doblado la planta de alimentos (Salmofood), estamos armando una piscicultura de recirculación, nos estamos yendo a cultivar a la XI Región. La gente de Invertec está haciendo su cartera de proyectos, mirando para el futuro, creando nuevos productos. El directorio está muy tranquilo y seguro. Hoy trabajan 2.700 personas y el 14,8% son profesionales”.

Su ecuación ganadora

“Me dan rabia aquellos que dijeron que los recursos naturales eran la maldición de nuestros países. La ecuación ganadora es: recursos naturales+alta tecnología de innovación+capital humano desarrollado. Con esa ecuación nació Invertec. Es esa ecuación la que hizo que nuestra familia se saliese del rubro de la metalmecánica el día que cumplimos 50 años. Vimos que la sustitución de importaciones se había acabado y que la ecuación ganadora era ésa. Tuvimos la fuerza de ser consecuentes con lo que pensábamos. Yo estaba orgulloso de las empresas metalmecánicas de mi papá, pero con él a la cabeza fuimos capaces de hacer ese acto de humildad, de arrojo y partir de nuevo, en otra área”.

¿Por qué salmones?

“Por dos cosas. Primero porque creemos que Chile es una potencia alimentaria mediterránea: no hay que competir en trigo sino en lechugas, frutas, aceite de oliva, vinos. Hay 5 ó 6 lugares en el mundo que tienen clima mediterráneo y el mundo reclama los alimentos mediterráneos. Quiero proponer que la dieta mediterránea sea declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad. Porque creo que esos alimentos van a resolver parte de la obesidad que ataca a EE.UU. e incluso a Chile. La otra razón es el mar de Chile. A mí me enseñaron cuando chico que Chile tenía 3 mil km, y la verdad es que tiene más de 30 mil km de borde costero: el más grande del mundo por habitante. Somos depositarios del oxígeno del planeta, lo que es un factor de competitividad que no hemos dimensionado. El mar nos ayudará a enfrentar el tema del calentamiento global como siglos atrás ya lo había mencionado Humboldt.

La demanda mundial de peces y mariscos sólo está limitada por la oferta. ¿Entiende qué maravilla es eso? O sea ¡muchachones!, produzcan alimentos del mar porque ya están vendidos antes que salgan al mercado. Yo amo el mar. He navegado y buceado por cuanta parte hay. Nosotros sobre el mar sabemos el 7%, nada más. Por eso que hay que mirar a Chile desde el mar. Un poco por eso nuestra predilección por los productos del mar. Eso no quiere decir que no veamos también otras posibilidades, como los jugos, los congelados o la fruta”.

Enfoque sistémico

“Einstein decía que la locura es: ‘Hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes’. Me pregunto por qué esa locura: porque la manera de percibir la sociedad es lineal, es secuencial, es mecanicista, estrechamente racionalista. Y lo que requerimos es una mirada orgánica, no lineal, sistémica. Yo llevo 25 años en este cuento de lo sistémico. Si ustedes me preguntan cuál es la máxima ventaja de Invertec, es que hemos desarrollado en toda la compañía una visión sistémica. La señora que troza los pescados sabe lo que es el sistema y sabe en qué eslabón está ella”.

Proteína vegetal y algas

“Creo que aparte de los clusters que existen hay que pensar en los clusters latentes. Ahí está una de las misiones de la política actual. Por ejemplo, creo que la IX Región se puede convertir en la capital de la proteína vegetal de Chile. El 2020 producir proteína vegetal va a ser lo mismo que producir dólares. La unidad de proteína se va a transar en el mercado: lo vamos a ver en la pantalla tal como hoy se ven las monedas. Otro cluster latente son las algas: su producción, almacenaje y transformación en productos alimenticios y farmacéuticos, y muchos otros clusters emergentes más”.

El mercado manda

“Hay que conocer al consumidor del siglo XXI. La innovación parte desde el mercado, no hay innovación sin mercado. Yo primero tengo que saber si la gente quiere comer algas, si quiere echarse crema de algas, si sirven para fertilizar la tierra, y desde ahí hacer investigación. Innovar es crear valor para el mercado. Eso implica que hay que ser capaz de responder a lo que necesita y quiere el mercado, con productos más diferenciados. No se trata de partir de cero y crear. Por eso la consigna de Invertec para nuestros clientes es: ‘Imagine lo que quiera y nosotros nos hacemos cargo’. Con eso hemos ganado muchas lucas.
Desgraciadamente en Chile impulsamos muchos proyectos para producir más y no nos preocupamos del mercado. Los proyectos del siglo XXI se hacen desde el mercado hacia la producción”.

Revolución de los consumidores

“Si no estoy cerca de los consumidores no tengo feedback. Hay una revolución del consumidor de alimentos. Creo que hay que crear una teoría general del consumidor de alimentos. Hoy es más diverso, se preocupa de la salud, de dónde proviene el producto. ¿Usted lo va a consumir solo en su departamento o con su marido o con su pololo? Para cada situación hay que presentar el producto de distinta manera. Hay que leer el mercado. Creo que esto es una de las cosas más complejas que tiene la industria. Entender la cultura alimentaria de un japonés, un chino, un americano o un alemán, te puedes imaginar que es bastante difícil. Contratamos a universidades para que nos ayudaran a leer el mercado. Por ejemplo a Wharton en EE.UU., a Koblenz en Europa y fuimos de la manito con ellos para entender lo que el consumidor quería. Ellos nos ayudaron a hacer los primeros focus group y nos trataron de explicar la historia de esos consumidores, sus miedos y sus deseos. Esto no es automático: yo estoy por proponer que en los directorios haya antropólogos y diseñadores”.

Momento crucial

“Yo creo que Chile está en un punto de inflexión. Lo que hagamos o no hagamos va a marcar los próximos 20 años. Esa es mi urgencia. La innovación no es una opción: es un imperativo sistémico de supervivencia. No quiero ser tan dramático como para decir: innovar o morir. Pero se acabó la etapa de producir recursos naturales. Entonces, hasta que no hagamos reformas que nos permitan innovar y también jugarnos no lograremos nada. Muchas veces hay proyectitos chicos para innovar que no sirven para nada. Hoy hay que concentrarse en este cuento, jugarse por algunas áreas y convocar al país. Comparto lo que el Consejo de Innovación dice: es posible duplicar los ingresos por persona al 2015. Tan importante como lo anterior es incorporar banda ancha en todo el país, que hoy cuesta unos $ 25.000 por usuario al mes y por 1MB mientras que en Japón vale $6.000 y son varios gigabyte. Creo que la inversión para conectar en las áreas rurales es de alrededor de US$ 600 por conexión y en el sector urbano, US$ 100; estimo factible gradualmente conectar 1.000.000 de hogares más.

Las erráticas elites

“Me llama positivamente la atención el tremendo apoyo al ministro de Hacienda, Andrés Velasco. Tiene un buen currículum, lo ha hecho muy bien, ha resistido las presiones de los que quieren gastarse la plata a la ligera. Pero lo han puesto en un pedestal y le están haciendo exigencias que en el fondo ocultan la debilidad de nuestro sistema. Lo que digo es que la elite está sacando las castañas con la mano del gato. Lo que hay que hacer es crear un consenso y confianzas para ser capaces de construir un proyecto país. Y no preguntárselo al ministro de Hacienda sino que hacerlo entre todos. Creo que la Alianza tiene miedo de que se malgaste el dinero, mientras en la Concertación hay algunos que temen que se posterguen las soluciones, y otros se dan cuenta de que al país le faltan ideas, no tiene proyectos estratégicos consensuados para invertir estos recursos”.

Diez mil chilenos al extranjero

“Me preocupa mucho el problema de la educación. Hay que ir tomando medidas radicales para educar en el siglo XXI. Con este sistema educacional va a ser difícil que les sigamos ganando a nuestros competidores. La mejor inversión es el conocimiento. Frente a esta bonanza de dólares, si yo pudiera decidir, haría una inversión que es la más rentable: mandaría a 10 mil chilenos al exterior. Y -lo he pensado- partir con diez por comuna. Eso no es caro. Cuesta, cuando tengamos 10 mil, US$ 500 millones al año. Ellos van a traer conocimiento y van a crear más emprendimiento. Es más, yo traería unos 5 mil profesionales y técnicos extranjeros a Chile. Además como se gastaría en dólares, no tendría ninguna repercusión macroeconómica. Para mí es ganancia neta. Y voy a decir otra cosa que se me acaba de ocurrir. Porque mandarlos para afuera parece que uno estuviera mandándolos así al voleo. No, no, hay que aprovechar los TLC: hay que mandarlos a los mejores institutos y que nuestros embajadores sean la punta de lanza para hacer los contactos y también para que sean los tutores de los estudiantes”.

Cobre y dólar

“El marco en que se da la economía chilena ha cambiado mucho. Le pongo un ejemplo: los ciclos del precio del cobre que se produjeron en los últimos 20 años son más o menos parecidos. Sin embargo, yo creo que hoy ha habido un cambio en el contexto mundial que hace que ese registro ya no sea válido: por el fenómeno de China e India -que no terminamos de incorporar en nuestro disco duro-, creo que el ciclo de buen precio va a ser más largo. No va a ser de dos años, sino de cinco o seis. Por ende, el precio del dólar llegó para quedarse. No podemos pensar en los próximos 4 ó 5 años un dólar distinto al de ahora, a $530 o $560”.

Adiós papas y chanchos

“Creo que en Chile todas las variedades agrícolas -el trigo, las papas, el arroz, el lupino- y todas las razas de los animales -la oveja, los chanchos, los vacunos- son variedades poco competitivas. Hay que mejorarlas y rescatar las especies nativas con rapidez. Y tenemos que entender que nuestros científicos tienen que tener los laboratorios y las condiciones para trabajar y que además hay que traer científicos de afuera ¿De dónde? Para mí -desde el punto de Chile Potencia Alimentaria-, de los países que están entre las latitudes 30° y 45° sur y norte porque en estas coordenadas las especies no requieren de una mayor adaptación al clima. Allí están las naciones que fueron capaces de seleccionar 56 variedades desde hace 10.000 años.
Ese puede ser un proyecto estratégico. Yo ahí sí que pondría dinero en serio y me incorporaría con fuerza a las redes de investigación, innovación y tecnología aplicada de esos países, partiendo por Europa, donde está la más grande del mundo en esta materia: IRC (Innovation Relay Centers) y luego siga por California y todos los países donde hay TLC. ¿Y cuál es mi sueño? Que Chile salte a las redes ‘member only’ donde se compra y se vende tecnología y se armen IRC en todas las regiones y universidades del país”.

La burocracia

“Hay que hacer una profunda transformación en el aparato público. No podemos seguir con un aparato público del siglo XIX. Hace un par de semanas estuve en la IX Región y se me ocurrió contar cuántas instituciones y cuántos programas había para atender a las pymes campesinas: 17 instituciones y 72 programas. Tú te puedes imaginar que en la comuna de Puerto Saavedra hay que ser Mandrake para conocerlos todos. ¡Son muchos! Sobre todo programitas chicos que no modifican radicalmente la situación. Yo creo que el futuro se juega en regiones. La tarea fundamental es fortalecer la innovación regional”.

Empresarios poco arriesgados

“Sin sueños no se hace país. Yo trato de que los sueños sean colectivos. Como empresario creo que este país escabulle al riesgo y por lo tanto mi manera de ser me hace topar con esta cosa tan cuidadita que quiere controlarlo todo, que se cuidan más de lo que van a decir que de los riesgos que tiene tomar una política o no. Aquí, lo que no me gusta es que no se hacen apuestas. Es cierto que cuando uno apuesta tiene posibilidades de errores, eso es obvio, pero de lo que se trata es de tener más aciertos que errores. En Invertec damos premios al mejor error del año. ¿Y cuál es? Aquel que ha permitido aprender más como empresa. Creo que hoy los más inhibidos son la elite política y le dan una pésima señal al país. Entonces si la elite no construye confianza y no es capaz de decir claramente para dónde vamos, obviamente que existe un desconcierto”.

Mucha liquidez, pocos proyectos

“A nivel mundial pasa un poco eso. Tú ves las finanzas internacionales: hay mucho más dinero que proyectos. En su época, mi padre y mis tíos -los Simonetti- compraban una máquina un poco por la intuición. O sea jugaban a la ruleta con fichitas de 100 pesos. ¿Qué pasa hoy? Para poder emprender tienes que reunir una gran cantidad de información y conocimiento. Entonces en el casino de ahora ya no se juega con fichitas de 100 sino de 10 lucas, es cada vez más complejo. Los empresarios con sus equipos tienen que estudiar más. Yo lo hago todas las noches: dos horas, aunque llegue de una cena. Generalmente leo cosas de economía, de visión de futuro, leo las publicaciones del Consejo que parten del 2020. Acabo de leer la de diciembre de 2020, que son escenarios. Y leo sobre sistemas complejos. Recomiendo los libros de Jared Diamond “Armas, Gérmenes y Acero” y “Colapso”, que muestran el desarrollo de la humanidad desde hace 10.000 años y los problemas a los que se enfrenta hoy la civilización”.

El miedo a fracasar

“Los países se califican por el número de emprendimientos. Este es un país que sanciona el error. Cuando uno lanza 10 proyectos estratégicos por lo menos dos o tres van a fracasar. Y cuando así sea no podemos sancionar a esa gente porque inhibimos la innovación. ¿Cuántas veces quebró Henry Ford? Tres. No hay que castigar ni sancionar a quien quiebra”.

Bachelet

“Ella es holística, es sistémica. Estoy seguro de eso. Se ve esta cosa relacionada. Lo veo en que es una mujer que no oculta las emociones. No es Ricardo Lagos que es un presidente del siglo XX donde los hombres no lloran. Puedo intuir que ella ha leído a Maturana. No soy su amigo y esto lo veo desde afuera. Creo que le duele la desintegración del país: sabe que si no somos capaces de incorporar a la gente, de recomponer relaciones, no se termina con la pobreza. Creo que no es casualidad que tengamos una mujer como presidenta. Sus valores son muy propios del siglo XXI porque ellas tienen una mejor percepción de las imágenes y tienden a ver las cosas en su contexto. Además porque expresa un cambio cultural. Simboliza lo que está pasando y la gente sin racionalizarlo lo siente. Uno siente que ella te habla a ti y no al pueblo en general. Tiene esas cosas de las mujeres que son más decididas en sus acciones. Más radicales. No tengo una relación de cercanía con ella. A lo mejor hay cierta cercanía porque a mí no me gusta reprimir las emociones. De hecho, no hemos conversado desde que asumió”.

Pornografía política

“Echo de menos una reflexión seria, una disciplina. O sea una coherencia entre lo que uno piensa y lo que uno hace. Es el drama del Chile actual. Tenemos una oportunidad histórica que se está perdiendo por la pornografía política. Los chilenos, los ciudadanos, no estamos contentos, porque vemos los intereses del país subordinados a los intereses personales y eso me cuesta aceptarlo. Afortunadamente existe una reserva de políticos, de ciudadanos y de instituciones que se sienten interpelados por la necesidad de recuperar la vocación de servicio y de revalorizar la política. ¿Cómo? Un buen ejemplo es la Constitución de EE.UU. cuya primera frase es ‘We the people’; esto quiere decir que los partidos y las diversas instituciones deben acudir al soberano, a todos los chilenos, para volver a encantar”.

“Caballo loco”

“Así me decían. Fue por el problema de la pasión y he pagado duro por eso. No creas que fue fácil porque para un muchacho de 25 años cuando lo llaman así después de ser nombrado subsecretario, produce un horror. Me encantaría que me llamaran así ahora porque para mí es símbolo de vitalidad y trayectoria y no profeta alimentario. Me gustaría a largo plazo que construyéramos un Nosotros los chilenos”.

Montanari rebelde

-¿Fue alumno destacado en el colegio o del montón?
-Nací en Santiago un 14 de julio, imagínate lo que eso significa. Estudié en el Verbo Divino donde siempre fui buen alumno, pero tres meses antes de egresar, a los 16 años, se me ocurrió presentarle al padre From, el rector del colegio, una pintura de mujeres desnudas. En mi familia había pintores y artistas y me dio por hacer ese cuadro. Me dijo que era inaceptable y por tanto debía retractarme. Le dije que no. Me señaló una vez más que si no me retractaba me expulsaría. Volví a decirle que la pintura era aceptable porque era arte. Entonces, me echó. Terminé esos tres meses con exámenes libres. Pinté el cuadro para hacer algo crítico, era un colegio muy conservador en esa época.

-Luego entró a la Universidad de Chile…
-Saqué un muy buen puntaje para entrar a la universidad y opté por Sociología en la Chile. Entremedio igual hice algunos ramos de Ingeniería Comercial. Más tarde, bajo el gobierno de Allende, me nombraron subsecretario de Agricultura. Tenía 25 años. Ya había sido director del Indap porque el problema campesino es fundamentalmente sociológico y antropológico: la burocracia, aún no entienden cuando le dicen a alguien que cambie sus cultivos, que eso es muy difícil. Yo les digo son locos o imprudentes o realmente desconocedores de la racionalidad sociológica de la economía rural.

-¿Cómo fueron los años en el exilio?
-Llegué a México sin conocer a nadie. Comencé como todos: vendiendo libros. Tuve la suerte de ir a la casa del pintor José de Rokha, hijo del escritor Pablo de Rokha, quien me dio alojamiento porque el dinero que llevaba apenas me duraba para ocho días. Ahí trabajé haciendo los fondos de los cuadros, hice muchos y con ello pagaba parte del arriendo. Luego, hice un MBA en Economía gracias a una beca de la fundación alemana Friederich Ebert y más tarde un doctorado. Finalmente, terminé como asesor económico del presidente López Portillo.

-De estudiante a asesor del presidente. ¿Cómo lo hizo?
-He tenido éxito y suerte en la vida porque ese período me duró 14 años, casi como una vida. La tesis del MBA se llamaba “Plan, Producción, Participación” y llegó a manos del Presidente de la República. Me llamó y le dije que yo podía hacer el estudio de un sistema y ahí se creó el Sistema Alimentario Mexicano del que fui director general. Ese plan pasó a la historia del país.

-¿Desde ahí cree usted que comienza a desarrollar todo el concepto de sistemas?
-Comienza con la historia de que no puedo entender la realidad, los efectos de la polarización, del movimiento social. No podía entender la familia, a las mujeres, el mar???estaba en una situación que me contradecía. Debo haber tenido 27 ó 28 años.

-¿Cuándo vuelve a Chile?
-En 1987 voy a Chiloé y se crea Invertec. Recuerdo que el capital fue lo que tenía proyectado para comprarme un departamento en La Reina. Ya en los ’90 comienza mi involucramiento con la innovación. Formé IGT, luego me ligo a las universidades -en especial a la Adolfo Ibáñez- con la cual se creó una sociedad para ver este tema, liderada por mi amigo Mario Waissbluth???y así he seguido metido en este tema a través de distintas instancias.

“Estoy enamorado del MAPU”

-¿Cómo llega un ex alumno del Verbo Divino, de familia de derecha, a convertirse en MAPU?
-Yo creo que se debe en parte a la influencia de los movimientos estudiantiles de los años ’60 que se dan en Europa y que de alguna manera tuvieron un reflejo en Chile. En mi casa fui educado en la diversidad. Mi papá siempre me enseñó a respetar a los trabajadores, a conocerlos, y en el Verbo Divino -ahí está el caso de Viera-Gallo, Gazmuri, Eyzaguirre- existió un grupo que se comprometió primero con la Iglesia -yo soy católico- y es ella la que nos lanza al compromiso con las cuestiones sociales. De ahí formamos una orgánica, un partido, el Movimiento de Acción Unitaria…Yo echo de menos el MAPU.

-¿Y qué aprendió de su paso por el MAPU?
-(Se ríe) ¿Qué aprendí? Mira, aprendí a respetar a las personas y a ser crítico con las ideas. Hoy tenemos poca capacidad crítica. En la universidad yo no vi a nadie que se parara y le dijera al profesor: “Eso no es así sino que es asá”. Eso es normal en las universidades americanas. Estoy preocupado porque con la educación actual, mis hijos no son formados en una posición crítica. La segunda cosa que aprendí -aparte de respetar y querer a las mujeres, que no es un desafío menor- es que el mundo se movía por los contrarios. O sea aprendí lo que es el yin y el yang.

-¿Le molesta que le recuerden su pasado MAPU?
-Nada que ver, estoy enamorado del MAPU. En los viejos amores uno es responsable de los afectos que ha generado, entonces no voy a renegar ni del MAPU ni de ningún amor de mi vida.

-¿Cómo era la relación con su papá, que era un hombre de derecha?
-Yo provengo de una familia donde había dos tipos de hombres: los italianos y los que querían ser italianos. Esto ha atravesado mi vida. Cuando fue el Mundial del ’62, mi papá alegaba contra Leonel Sánchez y yo contra esos jugadores italianos millonarios. Después, en la revolución estudiantil, obviamente quedamos en posiciones distintas. Luego vino el movimiento social y la polarización. Con mi padre siempre hubo un respeto por la diversidad, pese a que éramos muy distintos.

-Tener un hijo subsecretario a los 25 años, aunque sea de otro gobierno, me imagino que de alguna manera era un orgullo.
-Esa es la contradicción: en esa época le expropiaron a mi padre Cimet-Sindelen. Pero entendía que éramos distintos y dijo: “De acuerdo, yo he trabajado toda la vida” y partió a trabajar en una empresa que hacía ventanas venecianas.

“Encasillar políticamente a los empresarios es pueblerino”

“Encasillar políticamente a los empresarios es pueblerino”

-Se dice que hace algunos años pensó en escribir un libro con su amigo ??scar Guillermo Garretón con el título “Qué significa ser empresario de izquierda”.
-No, nunca pensamos escribir un libro. Lo que nos ofreció el director de The Clinic fue escribir una columna. No hay empresarios de izquierda y de derecha, no me gusta eso de izquierda o derecha, es una división antigua, del siglo XVIII. Hay empresarios no más. Algunos votan por la Concertación y otros por la Alianza. Es como un pianista: no hay de derechas ni de izquierdas. Yo creo que la diferencia está en que algunos empresarios creían que se debían sólo a sus accionistas y después se dio un tremendo paso con el tema de la responsabilidad social. Creo más en la división entre empresario moderno y antiguo. Los primeros creen que la comunidad es parte endógena de la competitividad. Si quiere ponerlo en otras palabras: lean las especificaciones que la Coca Cola les pide a sus proveedores donde los obliga a respetar los derechos de sus trabajadores y de la comunidad.

-¿Se considera un empresario exitoso?
-Sí, cómo no me voy a considerar exitoso.

-Y en la cultura concertacionista, ¿cómo cree que se ve esto, donde no es habitual un empresario exitoso?
-Hemos incorporado el emprendimiento a nuestra forma de ver la sociedad del siglo XXI: también queremos ser buenos y exitosos. Y si lo somos, perdonen la vanidad, estoy orgulloso de serlo y trato que la gente de nuestra cultura -cosa que se ha ido logrando de manera importante- valore el emprendimiento como una de las cuestiones importantes de este siglo. Es cierto que los partidos de la Concertación tenían una visión negativa del empresario. No crea que es fácil cambiarla. Cuando digo que soy presidente de una empresa que gana mucha plata, no falta el huevón que me critica como vendido al sistema, pero la cultura evoluciona.

-En Chile los empresarios tradicionalmente han sido de derecha.
-Cuando me encuentro con los empresarios europeos hay de todo. Cuando me encuentro con los japoneses hay budistas y no budistas. Vean ustedes lo que pasa en el Silicon Valley, en la Bolsa norteamericana: los más exitosos son tipos que en los 60 eran hippies. Entonces esto de encasillar a los empresarios es una cosa pueblerina de Chile.

-César Barros escribió una columna llamada El Mito de la Izquierda Empresarial. Decía que no existía como tal, que eran casi todos ejecutivos, no emprendedores. Usted es la excepción a esa regla???
-Yo cuando me refiero a este tipo de cosas soy cuidadoso con las personas. Creer que los que trabajan en las empresas o los empresarios no son de la Concertación es no entender que la mitad del país, al menos, es de la Concertación. Entonces hay “ene” gente que es de esta sensibilidad.

“Invertec será exitosa a nivel mundial”

-¿Cómo proyecta a Invertec en un par de años más?
-Está programado que crezca todos los años entre 20% y 25% en ventas. La veo como una empresa que puede tener un éxito mundial. En 2006 la salmonera ganó US$ 15 millones y para el 2007 se incrementarán. El nuevo producto de Invertec – porciones marinadas con distintas recetas por país- ya incursionó en los mercados, con ventas por US$ 2 millones. Si la primera vez vendes eso, es importante. Invertec tendrá un programa de presupuesto que se duplica para 2009.
Salmofood, nuestra planta de alimentos para peces, doblará su capacidad de producción, fortaleciendo también su entrada al mercado chino.

-¿Cuáles son las claves de su éxito?
-El holding Invertec vende US$ 220 millones y jugamos en un segmento muy especializado y por eso somos la número uno en porciones exactas. Ya tenemos los productos de 2008. Hacer una receta cuesta años. Lo que le gusta a un alemán no le gusta a un francés.

-¿Los analistas entienden que el nicho de Invertec es el valor agregado y por ende no se ajusta a los ciclos del precio del salmón?
-Sí porque tenemos el margen más alto por kilo de la industria. Cuando cae el precio internacional del salmón no nos afecta tanto. Cosechamos pescado de 4,2 kilos para mayor eficiencia. Y esto en Invertec significa que cuando los clientes dan vuelta a la izquierda hasta los pescados lo hacen.

-¿Si se abre otra salmonera podría tener el éxito de Invermar?
-Sí, porque el sector vale mucho. Vamos a ser como país el productor número uno en 2008. Como empresa entraremos a la XI Región, compramos una planta de proceso en Coquimbo. Si se dan oportunidades para comprar empresas estamos abiertos a analizar.

-¿Cómo interpretan el exitoso comportamiento en Bolsa?
-Invertec es estable, porque la estrategia comercial es correcta.

-¿El resto de las sociedades de holding como Inverfood se abren a la Bolsa?
-Sí, hacia 2008. Compramos una planta para hacer jugos naturales de uva en Rengo cuyo principal cliente es Coca Cola Company. Chile tiene ventaja comparativa con las uvas. Lo que hemos visto es que estos tipos de jugos tienen alta demanda. El 28 de febrero se inaugura esa planta.

-¿Cuánto invierten en I&D?
-Cambiamos la estrategia de una manera radical. En vez de tener un área de I&D jugamos con el mismo equipo de Invertec al C&D (Conectar y Desarrollar). Eso nos ha salido más barato y para nosotros más productivo. Eso fue hace 7 u 8 años y recién hace unos meses Procter & Gamble comenzó a hacer lo mismo. IBM lo mismo.

Mi consigna es “Quiero sacar a callejear a la innovación”. En Invertec eso se llama perrear. “Este individuo tiene mucho perreo, lo vamos a mandar a perrear”. Hemos visto que la tecnología e innovación surgen en la interacción, en la calle, en la oficina del profesor de la Universidad de Wharton. Por eso quiero ir a callejear a los países de 30°-45° grados sur.

-¿Sus hijos participan en la empresa?
-No porque tienen que hacer el camino propio. Más les interesa “Un Techo para Chile” que esto. La diversidad juega y los proyectos pueden ser tan distintos. Yo miro y trato de hacer lo que mi padre no hizo: un diálogo más frecuente pero definitivamente no???a mi hijo chico le gusta pintar cuadros. Pero la vida tiene muchas vueltas.

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