Comentaba antes que YouTube representa dos fenómenos característicos de la era digital en que una compañía en menos de un año, se empina a ser una de las preferidas de cientos de millones de usuarios en el planeta inventando una nueva práctica de intercambiar videos aficionados en la red, pero abriendo un nuevo panorama para la industria televisiva mundial: su democratización, como le ocurrió al periodismo con los blogs. Pero además, la consecuencia de este fenómeno en el mundo de los negocios: una compañía con un año de vida fundada por jóvenes de treinta es comprada en 1.600 millones de dólares por una compañía de jóvenes de treinta, valorada en 100 mil millones de dólares y con diez años de antigüedad. Afectando a otro fenómeno de la industria Yahoo, con un historial casi calcado. Microsoft comenzó con condiciones similares hace veinticinco años, hoy es la más grande, pero se especula mucho de su suerte futura. Algo más para conocer a YouTube:

Quépasa
Luz, cámara… YouTube

A comienzos de esta semana, Google desembolsó US$ 1.650 millones por YouTube, el más popular sitio de internet para compartir videos gratuitamente. De la mano de sus creadores, Steve Chen y Chad Hurley, en menos de un año y medio el sitio ha producido una verdadera revolución que promete cambiar el mercado audiovisual: hoy YouTube emite más de 100 millones de clips diarios y recibe 34 millones de visitas individuales cada mes.

Por Josefina Ríos

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Tal como lo hicieron Bill Gates con Microsoft, Steve Jobs en Apple y los cerebros detrás de Google, Larry Page y Sergey Brin, la joven dupla conformada por Steve Chen (27) y Chad Hurley (29) también dio sus primeros pasos empresariales en un pequeño garaje en el estado de California. Inscrita el 15 de febrero de 2005, la compañía fue bautizada como YouTube, hoy el más popular y exitoso sitio en internet para compartir videos en forma gratuita.

El vertiginoso crecimiento de YouTube -ya recibe más de 34 millones de visitantes individuales al mes-, y las grandes posibilidades que ofrece para la publicidad, hicieron que los ojos del gigante Google se fijaran en él. En julio se escucharon los primeros rumores sobre una posible compra, pero no fue hasta el pasado lunes que se concretó la más grande transacción que ha concretado el buscador en sus ocho años de historia: desembolsó US$ 1.650 millones en acciones por una empresa que no lleva más de un año y medio de operaciones, que tiene apenas 67 empleados y que funciona en una oficina ubicada arriba de una pizzería en el condado de San Mateo, California.

Pero no sólo eso: con esta jugada, Google espera convertirse en el líder de una nueva revolución en internet que tiene como protagonistas a los videos, muchos de ellos hechos en casa por los propios cibernautas. Una revolución cuyo ícono es YouTube, sitio que domina el 46% de este nuevo mercado y en el cual cada día se descargan 100 millones de clips.

El fenómeno

Chad Hurley, diseñador de la Universidad de Pensilvania, y Steve Chen, cientista en computación de la Universidad de Illinois, se conocieron a comienzos de esta década cuando ambos trabajaban en PayPal, un sitio de pagos online, adquirido en 2002 por Ebay en US$ 1.500 millones.

Sin embargo, no fue hasta 2005 que los jóvenes se asociaron para crear YouTube. La idea nació de la frustración que sintieron al no lograr intercambiar en línea los videoclips de una fiesta a la que habían asistido. “Mandar las grabaciones por e-mail era imposible, pues los mensajes eran siempre rechazados por su peso. Poner los videos en línea también era un dolor de cabeza”, recordaba hace algunos meses Hurley en un blog.

Así nació la idea de un sitio que permitiera subir y observar videos con absoluta libertad, que fuera apto para principiantes, que no requiriera ningún tipo de software especial y, lo más importante, que no tuviera avisos publicitarios o banners que molestaran a los cibernautas. El sitio www.youtube.com apareció en la red en febrero de 2005 y tres meses más tarde, sin bombos ni platillos, entró en funcionamiento.

En los meses siguientes, “ejércitos” de jóvenes lo saturaron, viendo y subiendo miles de videos al día. Para financiar el costo de almacenar y transmitir las grabaciones, sus dueños utilizaron sus propias tarjetas de crédito. Aunque contentos por el verdadero fenómeno en que se había convertido el sitio, temían terminar quebrados: entre más éxito tenía YouTube, más dinero perdían.

El tráfico de usuarios se duplicaba todas las semanas. Para frenar los costos, Chen y Hurley pensaron incluso en violar una de sus propias reglas y vender avisos, estrategia implementada por sus competidores. “El dinero de la publicidad era muy tentador”, rememora Chen. Sin embargo, ello podía significar que sus espectadores se alejaran definitivamente, rebelándose ante todo aquello que se interpusiera entre ellos y su Web TV.

Este diagnóstico llevó a la dupla a tomar un camino arriesgado: evitarían los avisos el mayor tiempo posible, confiados en que los decrecientes costos de la banda ancha, que caía velozmente -30% al año-, los consolidaría por sobre sus rivales sobrepasados de publicidad. Luego de seducir a los seguidores tendrían mayor libertad para crear nuevas fórmulas de promoción. La audaz estrategia recibió un espaldarazo en noviembre de 2005, cuando el fondo de capitales de riesgo Sequoia -el mismo que financió en sus comienzos a Google y Yahoo!- entregó a la joven firma US$ 3,5 millones, monto que el mismo fondo reforzó en abril de 2006 con otros US$ 8 millones.

Lo que parecía un simple sitio de moda se transformó en un verdadero fenómeno. En diciembre de 2005, los cibernautas veían cerca de tres millones de clips diarios; en enero de este año, 10 millones. Para abril la cifra alcanzaba los 50 millones al día. El golpe de Hurley y Chen fue redondo. Hoy el atractivo y fácil sitio de YouTube emite más de 100 millones de videos y capta hasta 65.000 nuevos cortos cada 24 horas. Además, está entre los 15 sitios más visitados del mundo. Con la fama llegó también la prensa: primero fueron pequeñas menciones en medios especializados. Después tres mil artículos por semana y varias notas en televisión. Incluso la semana pasada, antes de que se concretara la venta a Google, la historia de la dupla Chen – Hurley fue portada de la prestigiosa revista Forbes.

La nueva revolución

El nacimiento de YouTube coincide con un momento especial en la historia de internet: el instante en que el video en línea se volvió lo suficientemente barato como para masificarse. Hoy los videos representan el 60% del tráfico por internet y, según los expertos, las cifras se dispararán. Esto marca un nuevo tipo de red de video, distinta a la televisión abierta que tiene más de medio siglo, y diferente también de la televisión por cable, pronta a cumplir las tres décadas. Esta nueva revolución del video en la red promete transformar radicalmente las reglas de qué se puede ver, quién puede crear y quiénes serán los que perciban las ganancias.

Una revolución liderada por YouTube, pero que tiene a lo largo de toda la red a cientos de sitios que ofrecen videos. En la actualidad tanto los canales de televisión como los grandes estudios cinematográficos utilizan cortos de videos para promocionar sus filmes. El clip de la última película de la saga de James Bond, Casino Royale, ya está disponible en YouTube.

Asimismo, los gigantes de internet como Google, Amazon y Yahoo! también han lanzado sitios dedicados a los videos, y que conviven con decenas de “boutiques” que recién empiezan.

Pero esta vasta oferta responde, desde luego, a una creciente demanda. La idea, según Hurley, es “proporcionar un escenario donde todo el mundo pueda participar y ser visto”. Así, desde matrimonios, bautizos, fiestas e incluso ecografías pululan por el universo de YouTube… cualquier cosa que ocurra, local o universal, importante o intrascendente. Los videos duran desde cinco segundos a más de 20 minutos y su temática es variada: situaciones domésticas, parodias, cortos, avisos, remezclas de filmes, videos de música y cortos informativos, entre otros miles de tópicos.

El desafío ahora es transformar el fenómeno en un negocio rentable, sin que sus fanáticos emigren a otros sitios. Para Steve Chen la clave está en crear un modelo de ingresos que sea un complemento del sitio, en vez de un elemento discordante. Esta estrategia podría encontrar eco en los auspiciadores y/o avisadores, algunos de los cuales ven en esta revolución un nuevo espacio de publicidad que ya no se orienta a hablarles a los consumidores, sino a interactuar con ellos.

El reenfoque

Con su proyecto ya consolidado, en el segundo semestre de 2006 la dupla Chen-Hurley comenzó a buscar nuevos enfoques que les permitieran darle cabida a la publicidad sin que eso significara perder audiencia. Por ello, en junio permitieron que Walt Disney Co. comprara los banners del sitio para la apertura de la secuela de Piratas del Caribe.

Asimismo, a comienzos de agosto los jóvenes socios se reunieron con un equipo de Digitas, una importante agencia de publicidad de Estados Unidos. Y aunque evitaron hacer una presentación formal y optaron por usar un laptop para mostrar el sitio, los creativos y ejecutivos de la agencia quedaron encantados y les ofrecieron posibilidades de cerrar negocios con American Express y Cingular, la empresa de servicios de telefonía móvil más grande de Estados Unidos.

El 22 de agosto, YouTube dio su primer gran paso en publicidad en video: creó “canales de marca” especiales para atraer a los usuarios hacia material promocional. Por ejemplo, el canal de Paris Hilton muestra una emisión original, en la que la célebre “socialité” aparece promocionando su álbum de Warner Bros.

Además, lanzó en su página de inicio un “aviso de video participativo” de carácter diario. NBC y ESPN firmaron rápidamente para tratar de vender su nueva programación. El espacio se ha vendido totalmente, lo que se tradujo en 400 mil espectadores al día e ingresos por US$ 175 mil. Por eso en YouTube creen que pronto no necesitarán más financiamiento de capitales de riesgo.

Pero las iniciativas en esta dirección no paran. Empresas como Nestlé y Cingular han firmado para auspiciar concursos que premien a los videos de amateurs. Tanto fue el revuelo del acuerdo entre YouTube y Cingular, publicitado el 20 de septiembre pasado, que llenó la prensa escrita y la TV.

??ltimo anuncio

Pero en los últimos meses el tema de las ganancias por publicidad no ha sido lo único que ha ocupado la atención de Hurley y Chen. Además, se han abocado a tratar de solucionar su propio talón de Aquiles: los conflictos por la propiedad intelectual. Para esto, el lunes pasado anunciaron la firma de alianzas estratégicas con Universal Music Group, Sony BMG Music Entertainment y CBS, las que se suman a los acuerdos firmados hace algunas semanas con General Electric, NBC Universal y Warner Music Group.

En ellos, YouTube aseguró que sus usuarios puedan utilizar algunos materiales de esas empresas en sus propios videos domésticos, al tiempo que se comprometió a entregarles a esas compañías más poder para controlar el uso de su música y para recaudar algún tipo de royalty en el futuro.

El anuncio de estos acuerdos fue hecho pocas horas antes de que se publicitara la compra del sitio por Google. Para los analistas ello habría sido una suerte de luz verde para que el gigante de internet se convenciera de hacer la transacción.

Fieles a su estilo y al espíritu que, dicen, anima a YouTube, Chen y Hurley se encargaron de anunciarles el negocio a los cibernautas personalmente a través de un video de 1:36 minuto de duración que subieron el mismo día. En él se los ve sonrientes y bromeando sobre la revolucionaria alianza entre “dos reyes”, an alusión a YouTube y Google. Tenían razones de sobra para estar contentos: según han especulado algunos analistas, Hurley y Chen recibirán unos US$ 250 millones cada uno.

Cifras y desafíos

YouTube v/s Google Video

De acuerdo a las estadísticas de Hitwise, una sesión promedio de YouTube dura 18 minutos 33 segundos, mientras que en Google Video alcanzan la mitad: sólo 9 minutos con 9 segundos. De hecho, el buscador de Google direcciona muchas más visitas hacia YouTube que a su propio sitio de videos y es la segunda fuente de visitas de su nueva adquisición (10,7%), mientras que My Space es la fuente principal (16,2%).

Otro traspié para Yahoo!

La reciente venta de YouTube “está haciendo parecer a Yahoo! aún más fuera de tranco en el cambiante mercado del avisaje en internet”, sentenció Saul Hansell del New York Times, quien recuerda el fracaso de Yahoo! en su intento por comprar YouTube hace algunas semanas como otra muestra de que siempre llega tarde a las negociaciones. Aunque Yahoo! sigue en la punta como el sitio web más popular con 400 millones de usuarios mensuales y líder en web e-mail, el periódico destaca que ha perdido iniciativa en tópicos que hoy son ineludibles, como las redes sociales que coronaron a YouTube.

Primero sin segundo

Aunque tiene muchos pequeños competidores en el nicho de los videos online, ninguno se acerca siquiera al 46% de participación de mercado de YouTube. Según un ranking de la consultora Light Reading, hay tres sitios que obtienen mejor evaluación considerando factores como facilidad de uso, capacidad, flexibilidad y privacidad: Blip.Tv, VideoEgg y el francés Dailymotion. Otras publicaciones especializadas destacan al israelí Metacafe, Break.com, Revver, Blinkx, Veoh, iFilm o Movielink.

El riesgo de la propiedad intelectual

Las posibles demandas por los derechos de los videos siguen siendo uno de los flancos más riesgosos para YouTube. Muchos creen que los derechos de autor obligarán a bajar videos, como sucedió con un avance de la película de Los Simpsons a petición de Fox. Pero el sitio ya ha avanzado en convenios con los propietarios de derechos de imágenes, como NBC, CBS, Sony BMG y Universal. En todo caso el nuevo dueño, Google, tiene experiencia porque lidia constantemente con este tema en otros de sus sitios y eso no ha detenido su explosivo crecimiento.

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