En Chile somos expertos mundiales para opinar en muchas cosas, una de las principales es la educación. Es cierto que la educación ha mejorado durante los últimos quince años, pero también es cierto que no ha mejorado suficientemente. Como otro opinante nacional, para mi la educación no mejora porque aún predomina en los diseñadores de política el paradigma de transmisión de conocimiento y no de creación de espacios, sensibilidades y destrezas ???esto último predomina en el discurso pero está lejos de la práctica y mentalidad de las autoridades y técnicos???. Pero tampoco mejora porque no han querido ponerle el cascabel al gato político llamado gremio de profesores, los que se han quedado en una mentalidad del siglo XIX, cosa que no niega la honorabilidad, la inteligencia y el esfuerzo de la mayoría de los maestros. Esto es un problema de mentalidad. Les ofrezco una entrevista de quien sabe porque lo ha demostrado con experiencias exitosas. Finlandia (ver mapa) debiera ser un modelo a seguir en muchas cosas, por cierto que en educación es una principal.

Quépasa
Demoramos 10 años en cambiar la educación

Tarja Halonen, la presidenta de Finlandia, el país con los mejores índices educativos del mundo, cuenta cómo fue la reconversión de su modelo escolar y cuáles son las claves en las que se ha sustentado el éxito.

Desde Helsinki Ursula O´kuinghttons

Tarja Halonen (62) gobierna un país de 5,2 millones de habitantes, catapultado por rankings internacionales, como el que posee la mejor educación del mundo y uno de los menos corruptos del planeta. Para llegar a esto, el camino que debieron recorrer se asentó en una gran apertura comercial. Tras la fuerte crisis económica de principios de los 90, el gobierno tomó el toro por las astas y realizó drásticas reformas. Cuando cayó el Muro de Berlín, también decayó su fuerte dependencia mercantil con la ex URSS. En 15 años el país pasó de ser una nación agricultora cerrada -con una economía muy regulada y de poca inversión- a un lugar abierto al mundo. Y exitoso.

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Esta mujer, abogada, quien pertenece a las filas del Partido Social Demócrata, fue la primera fémina que accedió a la presidencia de su país, en el 2000. Este año se repostuló y ganó, en segunda vuelta, con el 51,8%. En su andadura política, ha tenido un recorrido paralelo con Michelle Bachelet. Antes de ser mandataria, trabajó como jurista de la Central Obrera (SAK). Luego fue ministra de Salud, Justicia y de Asuntos Exteriores. Su popularidad se basa en una gran identificación con sus compatriotas: su hablar es directo y viste muy sencillo, como cualquier mujer trabajadora finlandesa. Se divorció joven, con una hija pequeña, y fue jefa de hogar. Ya como presidenta se casó con Pentti Arajaervi, con quien convivió durante diez años. El matrimonio fue un alivio para los encargados del protocolo.

Halonen recibe a Qué Pasa para hablar del modelo educativo de su país y también sobre Michelle Bachelet.

-El Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA) determinó que los chicos finlandeses obtuvieron los mejores resultados del mundo en matemáticas, lectura y ciencias. Para conseguir esto ¿cómo reconvirtieron su sistema educacional?

-Nuestra Constitución, vigente desde hace 100 años, dice que todas las personas tienen derecho a acceder a una educación básica -no importando el nivel social y cultural del cual provengan- y ésta debe ser absolutamente gratis. Bajo esa premisa, hemos puesto bastante hincapié en la educación preescolar, porque sabemos que hay algunos pequeños que tienen serias dificultades de atención: a ellos los ayudamos desde temprana edad. Allí están las raíces de nuestro éxito. Con los resultados del PISA, estamos contentos, pero no podemos bajar la guardia. Para ser un país competitivo la clave es “educación, educación, educación”.

-¿Cuándo cambiaron su educación?

-Hemos tenido constantes cambios, pero uno de los más importantes se realizó a principios de los 70, cuando el Parlamento aprobó el actual plan de educación. A éste lo llamamos “sistema comprensivo”. En él se estipularon 9 años de educación básica -se ingresa a los 7 años- porque nos dimos cuenta de que nuestros niños requerían una formación más completa. Luego de la básica se pasa al Lukio (corresponde a la media y dura tres años) o al colegio vocacional, donde se aprenden profesiones técnicas, porque no a todos les interesa llegar a la universidad. Una de las cosas que buscamos es que sean los propios jóvenes quienes tengan claro lo que les gustaría ser: si abogado, si chofer, si profesor, etc.

-En Chile existe una comisión que está estudiando las reformas, para proponérselas a la presidenta ¿Cómo consensuaron ustedes su modelo y quién decidió: el gobierno, los parlamentarios o los expertos?

-Tuvimos varias comisiones. En el Parlamento se consensuó el actual sistema. Notamos en ese tiempo que los niños necesitaban más educación básica. ??sa fue una de las principales razones de la reforma. La persona que lideró el proceso fue Erkki Aho, un ex director general del Consejo Nacional de Educación (1972-92), quien jugó un importante papel durante esos años. Diseñó nuestro sistema y también lo ha hecho para otros países, como Letonia, Rusia y Palestina.

-¿Cuánto tiempo demoró Finlandia en instaurar su actual sistema educativo?

-En lo sustancial, diez años. Ese fue el período cuando se produjeron los cambios más significativos, que hemos profundizado. En un principio, no implementamos las reformas en Helsinki, la capital, sino que empezamos por el norte, en Laponia. Nuestra idea era lograr una educación más igualitaria y notamos que ésas eran las regiones menos desarrolladas y con mayores necesidades. Helsinki fue la última ciudad donde llegó la reforma.

-El problema de la mala calidad docente en Chile se ve agravado porque existe un estatuto muy rígido que dificulta el despido de los malos profesores. A eso se añade que sus sueldos son bajos. ¿Cómo se mejoró la calidad del profesorado finlandés?

-Los profesores en Finlandia no están bien pagados, aunque, bueno, sus sueldos tampoco son tan bajos como en Latinoamérica. Pero si tú quieres ganar dinero, no eres profesor (ganan 2.500 euros al mes: tras impuestos, son casi 1.800). Aquí las municipalidades son las responsables de organizar la educación. Esto es un beneficio y una dificultad. Lo bueno es que si la gente quiere información puede ir a la municipalidad y preguntar por la calidad de los colegios y de sus profesores. Lo malo es que si vives en una ciudad pequeña, no hay muchas posibilidades dónde escoger. El gobierno subsidia a las ciudades con menos recursos y a las más apartadas. Así los educadores pueden capacitarse gratuitamente, sin importar el lugar donde hagan clases (la mayoría de ellos en Finlandia tiene cursos de posgrado).

-¿Solucionar este problema es sólo un asunto económico?

-Sí y no. Es verdad que el Estado de Finlandia invierte más en educación que otros países, pero no es un asunto sólo de dinero. Para lograr un buen sistema educativo hay que involucrar a las familias. Es un trabajo dividido entre éstas y el colegio. Aquí tuvimos serias dificultades, porque los padres nunca iban a las escuelas de sus hijos. En la actualidad, tratamos de que haya mejor comunicación con los apoderados. Yo tengo una hija propia y otros tres por parte de mi esposo y me he tenido que involucrar en su educación.

-¿Cuál es la clave del éxito de su modelo?

-Educación para todos. En muchos países puedes encontrar buenos colegios; la diferencia es que en Finlandia todos son públicos y de buena calidad, incluso la universidad.

“No soy la madre del país”

El primer viaje como presidenta de Tarja Halonen, el 2000, fue a Chile. La recibió Ricardo Lagos. En 1978 había estado en Santiago, con un grupo de observadores, y también en 1990 cuando asumió Patricio Aylwin. Con Bachelet aún no tiene un encuentro oficial.

-En Chile la premisa fue que el liderazgo femenino es distinto. Sin embargo, a poco andar, las encuestas han dado a conocer que la población ha sancionado la falta de autoridad de la presidenta Bachelet. Muchos analistas han atribuido esto a que ella es mujer.

-No hay un sólo modelo técnico para ser una buena líder. Mis colegas europeos dicen que cuando hay un hombre dirigente tú escuchas lo que él dice, pero cuando una mujer es líder, sólo miras lo que ella dice. A las mujeres no nos ha sido fácil entrar en este mundo, porque nos critican mucho más: de cómo nos vestimos, nos comportamos, etc.

-Uno de los dirigentes de las históricas protestas estudiantiles de este año comentó que admiraba a Lagos porque éste era una figura paterna y fuerte, mientras que la actual presidenta gobernaba como mamá, lo que no le agradaba. ¿Las presidentas cómo evitan esta imagen?

-En Finlandia, las mujeres trabajan duro y poco a poco nos hemos ganado un fuerte rol en las familias. Cuando me eligieron presidenta, el 2000, la gente pensaba que sería “la madre del país”. Eso cambió con el tiempo. De hecho, he recibido críticas por ser muy dura. Y si no fuera así, recibiría criticas por blanda. Nunca se puede dejar contenta a la gente. Hay que ser como uno es, nada más.

-Políticamente detrás de usted está el primer ministro Matti Vanhanen, ¿siente que los políticos tradicionales -la mayoría hombres- la miran con recelo por ser mujer?

-En un principio sí. Durante los primeros años de mi primer mandato fue muy difícil para mí. Con el andar, las cosas cambiaron. La gente espera mucho de nosotras, pero las mujeres no somos unas máquinas de hacer milagros, somos humanas.

-¿Le gusta el sistema paritario?

-En Finlandia, el el 40% de los parlamentarios son mujeres. En el gobierno, las ministras superan ese porcentaje, porque los partidos han tratado el tema de la igualdad de manera muy seria. El único problema que tenemos es que en las empresas privadas aún no hay muchas mujeres en altos cargos directivos. Hoy, éste es un tema de discusión en nuestra sociedad.

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