Eugenio Tironi continúa colaborando a proveer de sentido humano al desarrollo chileno, demasiado centrado en lo económico y el consumo:

El Mercurio
Cosas importantes
Eugenio Tironi

???Hablemos más de las cosas importantes: del amor, de las mujeres y de los niños, de la familia???. ¿Es Benedicto XVI el que habla? ¿O George Bush, acaso? No; es el líder ruso, Vladimir Putin, en su último discurso anual a la nación, en el que declaró que ???el más grave problema del país??? es la pérdida, desde 1993, de 700 mil habitantes por año. Para mitigar esta crisis demográfica ???que de una u otra forma se reproduce en toda Europa???, Putin anunció una serie de medidas de apoyo a la mujer y a la familia.
¿Cómo andamos por casa? Si en Chile nos limitáramos sólo a los hijos que nacen de las mujeres casadas, estaríamos acercándonos rápidamente a la situación rusa. La diferencia está en que aquí la natalidad fuera del matrimonio (generalmente, de mujeres muy jóvenes) se mantiene alta, al punto de que su peso en el total de nacimientos ha pasado del 16 al 54 por ciento entre los años 60 y ahora.

Continúa:

??sta es una de las constataciones que contiene un libro que publicáramos recientemente con un grupo de colegas sobre la situación de la familia en Chile. ??l da cuenta de profundos cambios, que no son en absoluto transitorios: son el reflejo del proceso de modernización que ha tenido lugar en Chile durante las últimas cuatro décadas.

Frente a estos cambios se habla mucho y con grandes hipérboles sobre la ???crisis??? de la familia chilena. Sin embargo, a diferencia de lo que sucede en los países más desarrollados, donde el tema suscita una vasta literatura especializada, es sorprendente lo escaso de la investigación sistemática en ciencias sociales sobre este tema en Chile. En efecto, entre nosotros se destinan más recursos públicos a conocer las audiencias de televisión, por ejemplo, que a conocer lo que ocurre con las familias.
Esa misma indolencia no se reproduce en la mente de los chilenos. Si se mira a las encuestas, una inmensa mayoría estima que la familia es muy importante en su vida, otorgándole mucha más relevancia que a ???los amigos???, ???el trabajo??? e, incluso, ???la religión???. En esta ???sociedad del riesgo??? la familia se ha transformado en un refugio emocional, económico y hasta físico. Esto va en contra de la idea según la cual el individuo moderno se encumbraría sobre las ruinas de la familia. Esta noción ???que viene de la Revolución Francesa??? es la que ha inspirado a la ideología progresista, que se ha interesado más en promover la emancipación del individuo de la familia que en comprender su participación en la familia.
Las sociedades siempre sienten que sus formas de familia están en crisis, especialmente cuando viven acelerados procesos de cambio. surgen entonces las voces conservadoras que se niegan a comprender sus cambios en tanto institución social, y se limitan sólo a condenarlos desde una óptica normativa y moralizante, al tiempo que idealizan un tipo de familia del pasado que, en realidad, nunca fue predominante. A principios del siglo XX, por ejemplo, la situación de la familia en Chile era horrorosa: altos índices de ilegitimidad y de mujeres jefas de hogar, abandono de niños, infanticidio, mortalidad infantil. No fueron los discursos normativos ni moralizantes, sino la política pública, con sus programas de vivienda, de salud y de relaciones laborales, lo que revirtió esa situación, creando en Chile la familia nuclear moderna.
En otros países, la familia está en el centro de los debates sobre cómo reformar los sistemas de bienestar. En Chile, sin embargo, todavía no está entre las ???cosas importantes???. Es, hasta ahora, el eslabón perdido en los estudios sobre la modernización.