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Septiembre 2005

Noticias Septiembre 28, 2005

Más empleo para los jóvenes (3)

Un luto asumido

Hace más de tres años que David, Ingeniero Forestal de la Universidad Mayor, busca empleo. En su época de estudiante pudo notar que en el rubro existía un problema importante de cesantía. Sin embargo, los mismos profesores los incentivaban a seguir, pues según ellos, pasada la Crisis Asiática, el inconveniente desaparecería.

Esperanzado con un mejor panorama, una vez egresado, hizo una lista con todas las empresas forestales que hay en el país, sus respectivos teléfonos y contactos. “En ese momento existían como 190 empresas a las cuales postulé. Yo creo que no debo haber recibido más de 15 respuestas, y todas eran un ???no???, pero que me iban a tener en la base de datos por cualquier cosa”, explica.

Desde ese momento su idea de entrar a trabajar, mantenerse solo e independizarse, comenzó a derrumbarse. Luego de un tiempo cedió a su idea original, buscando empleo en ámbitos alejados de su profesión: “Trabajé vendiendo seguros, tarjetas de crédito, participé en un proyecto agrícola y una que otra asesoría temporal, pero nada estable”. Frente a este escenario y luego de haber pasado por un importante cuestionamiento vocacional, David tomó una decisión: dejar de buscar empleo, estudiar una carrera técnica e impulsar su propio negocio.

Hoy es nuevamente estudiante, esta vez vespertino y de Ingeniería Ejecución Informática en Ucinf. Está más tranquilo, pero no resignado: “Uno llega a un punto en que asume que no saca nada con seguir buscando, ni seguir toda la vida trabajando en otra cosa. Pasas por un luto, tocas fondo y dices, bueno, son seis años perdidos en que podría haber hecho otra cosa”.

Pero David está agradecido, pues a pesar de todo hoy tiene una posibilidad a la que muy pocos jóvenes pueden optar: “Gracias a mis viejos puedo seguir estudiando y voy a salir adelante. Me gustaría que la empresa que estoy creando saliera y si la vida me da la oportunidad de darle una vuelta, contrataría a puros estudiantes, porque vienen con otra mentalidad y más ganas”, asegura.

Lucha contra el tiempo
María Soledad Corti (24), periodista

Esta joven periodista de la Universidad Diego Portales comenzó a buscar trabajo apenas egresó, hace poco más de un año. “Aunque no estaba titulada, para mí era muy importante encontrar trabajo para ganar experiencia. Nunca fui de esas personas que piensan en tomarse un tiempo para descansar o viajar. No, yo quería trabajar y dejar de pedirle plata a mi papá todo el tiempo”, explica.

Soledad cuenta que, a pesar de haber sido una buena alumna, “es súper decepcionante no encontrar trabajo, porque uno se esfuerza para que le vaya bien, se saca buenas notas y al final no te sirve. A nadie le importa cuando estás en una entrevista, no saben quién eres ni te dan la oportunidad de demostrarlo. Tus buenos resultados en la universidad quedan para el orgullo personal, nada más”.

Al igual que la mayoría de sus pares, Soledad ha buscado trabajo de todas las maneras posibles: se inscribió en las bolsas de empleo que hay en internet, mandó su currículum a una gran cantidad de empresas y ha postulado a cada aviso que sale publicado en los diarios. “Supongo que mis datos circulan por todo Chile”, ironiza.
Soledad no entiende de dónde vienen las buenas cifras macroeconómicas que tanto se publican en la prensa: “Me da rabia, porque yo veo mi realidad y no hay cambio. El mercado está saturado y no creo que cambie por muy bien que le vaya a la economía”.

Con la venta de alfajores ha logrado juntar algo para sus gastos. “Hasta el momento me he resistido a la idea de trabajar en algo que no se relacione con lo que estudié. Porque no se trata sólo de ganar plata, sino ejercer tu carrera”, enfatiza con cierta decepción.

Ella supone que la falta de experiencia le ha jugado en contra. “A pesar de que me considero una muy buena profesional, con el paso del tiempo empiezas a dudar hasta de tus capacidades. Inevitablemente pierdes las esperanzas, por eso, reconozco que ahora cuando voy a las entrevistas ya no espero mucho. Sientes el fracaso, que pasa el tiempo y no eres ni la mitad de lo que planeaste”.

Esperanza Latente

Vanessa Valenzuela (25), asistente social

“Como asistente social puedes trabajar en cualquier parte, porque el campo laboral es inmenso”, esa frase Vanessa la escuchó una y otra vez mientras estudiaba Trabajo Social en la Universidad Santo Tomás. “Te cuentan una maravilla espectacular, entonces piensas que vas a salir y encontrar pega al tiro. Pero la realidad no es así y terminas frustrándote”, afirma.

A pesar de egresar a comienzos de 2004 y haber realizado una buena práctica profesional, no ha logrado desempeñarse en lo que con tanto gusto estudió. Su búsqueda laboral comenzó en el sector público, pero asegura que ya perdió la cuenta de cuántos currículos ha mandado, incluso a áreas en las cuales no habría optado. Hoy sus antecedentes forman parte de todos los portales de búsqueda de empleo en Chile.

Vanessa soñaba con trabajar un tiempo, juntar su plata y salir de la casa de sus papás. “Como es el sueño de la mayoría, quería surgir y demostrar que me la podía”, señala. Para esto comenzó a realizar actividades fuera del ámbito de su carrera. A veces Vanessa cree que vive en una realidad alejada de las cifras que aparecen en la prensa: “Ellos no dicen la verdad, pues la mayoría de los jóvenes está cesante, tanto en mi carrera como en las otras. De mi generación salimos como 60 personas, hoy no más de 15 están trabajando como asistente social, y la mayoría es gracias al pituto”, reconoce.

Este año optó por estudiar una nueva carrera técnica: Prevención de Riesgos en AIEP motivada por una promesa de empleo. Está feliz, pero no deja de lado la esperanza de encontrar un trabajo como asistente social. Lo único que pide es que los empleadores den más oportunidades a los jóvenes, y que “no se cieguen tanto con los años de experiencia. Por ahí parte la solución, pues las ganas están”, concluye.

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Noticias Septiembre 28, 2005

Más empleo para los jóvenes (2)


Mito o realidad

Para el doctor en economía y director del Departamento de Economía de la Universidad de Chile, Dante Contreras, el desempleo juvenil no es más que un problema particular de la edad, que ocurre en todo el mundo y a lo largo de los ciclos económicos de recesión e incluso de expansión. “Básicamente es un tema de experiencia, pues el empleador prefiere contratar a alguien con el mismo nivel de conocimiento, pero con mayor práctica laboral. Y en segundo lugar son los mismos jóvenes los que en esa edad están buscando un trabajo de acuerdo con sus gustos y potencialidades, lo que aumenta fuertemente la rotación e inestabilidad”, explica.

A lo anterior se suma la dificultad que enfrentan las empresas para identificar variables que permitan distinguir entre un egresado y otro. Según Isabel Millán, Investigadora Asociada al Departamento de Economía de la Universidad de Chile y Master en Administración Pública de Harvard, esto trae como consecuencia que “los que contratan se toman un tiempo mayor en buscar gente de ciertas universidades o con características que no tienen relación con la experiencia. No tienen otros indicadores, lo que produce situaciones anecdóticas, como que en entrevistas laborales, a recién egresados, les preguntan de qué colegio salieron”.

Esta situación genera sentimientos de discriminación en ciertos grupos, generalmente egresados de universidades privadas, que ven cómo al momento de postular a un trabajo ya no miden su buen desempeño profesional, sino otras variables. El colegio, apellidos y la familia pasan a ser relevantes para algunas empresas al momento de entrevistar a sus candidatos y seleccionar al “perfil deseado” por el empleador. Lo que buscan, en definitiva, es que el profesional tenga buenas redes de contacto.

Dante Contreras aclara que “en Chile efectivamente hay un par de universidades tradicionales que son capaces de generar profesionales con una mayor productividad, desde el punto de vista económico, por lo tanto, son más empleables y acceden a salarios más altos. Pero esta situación no es estable en el tiempo, de hecho en Estados Unidos muy buenas universidades son privadas. Tienen más recursos y flexibilidad, sólo necesitan tiempo”.

Una opinión diferente respecto del desempleo juvenil tiene el sociólogo y director del Programa de Educación de la Fundación Chile, José Joaquín Brunner, quien es taxativo: “No hay evidencia de que estemos ante un problema de amplia cesantía de jóvenes profesionales”. Por el contrario, “hay suficientes estudios que muestran que los graduados universitarios están obteniendo altas tasas de retorno a su inversión en estudios superiores”.

A juicio de este investigador, la dificultad de los jóvenes para incorporarse al mercado laboral es real, pero no dramática, y las razones pueden ser tan variadas como “expectativas de remuneración por encima del mercado, búsqueda de una ocupación en un área específica donde la oferta es débil, desalineación entre las competencias ofrecidas y los requerimientos del mundo ocupacional, falta de redes sociales y mala información acerca de la demanda laboral.”


Totalmente pesimistas

La IV Encuesta Nacional de la Juventud (Injuv), aplicada en noviembre de 2003 en todo el país, demostró, más allá del tema económico, la existencia de una percepción muy negativa en los jóvenes respecto del mercado laboral chileno. Un 78% cree que no hay suficientes oportunidades de trabajo; un 80% asegura que las remuneraciones que reciben no son adecuadas; un 76% piensa que el mercado laboral prefiere contratar a personas con más experiencia; y finalmente un 55% de ellos dice no recibir un buen trato cuando, por fin, realiza una actividad remunerada.

Los jóvenes están convencidos de que parte del problema radica en la sobreoferta de profesionales de las mismas carreras, cuestión que rebaten los especialistas. “Efectivamente hay algunas carreras que están sobrepobladas, pero desde el punto de vista del mercado eso no es tan grave, ya que en algún punto va a tener que discriminar. Es decir, pueden haber muchos periodistas o ingenieros, pero buenos muy pocos. Al más competitivo siempre le va a ir bien. El problema es para el individuo medio, que lo puede pasar muy mal”, explica Contreras.

El economista plantea que en estos últimos casos “uno esperaría que la gente vaya viendo que hay carreras que ya no son tan rentables y empiecen a mirar para otro lado”, haciendo alusión directa a las de formación técnica.

Brunner aporta otro punto de vista: “Vivimos en una continua contradicción: todos propugnamos un mayor y más amplio acceso a la enseñanza superior, pero luego nos preocupa que se incremente el número anual de graduados profesionales y técnicos. ¡Esto carece de toda lógica! No podemos tener más estudiantes y, al mismo tiempo, tener menos profesionales en estas ocupaciones. Además no es cierto que Chile esté ???saturado??? de personas con formación profesional o técnica. Más bien la densidad de conocimiento de su fuerza laboral es todavía baja y su capital humano avanzado escaso”.

A la luz de los hechos, los expertos plantean que a medida que la calidad en la educación de estos jóvenes mejore, sus perspectivas laborales también lo harán. Brunner asegura: “La oferta de recursos humanos para mercados altamente cambiantes debe ajustarse por sí sola. Por esto la decisión país debe ser exigir calidad a las instituciones de educación superior, pertinencia laboral de las carreras, transparencia y orientación vocacional para los jóvenes que se aprestan a entrar al mundo laboral”.


¿Cuánto Vales?

Si la brecha salarial es un problema que cruza todo el espectro económico chileno, para los que recién comienzan, la situación es aún más frustrante. “Justificadamente, muchos jóvenes no están satisfechos con los niveles de remuneración que obtienen en el mercado. Somos un país cuyo ingreso per cápita es todavía relativamente bajo y cuyas desigualdades de ingreso son exageradamente altas”, analiza Brunner.

El argumento que los economistas entregan frente a la insatisfacción salarial, responde a la simple ecuación de “oferta y demanda”. “Durante el último tiempo, los institutos profesionales y universidades se ha expandido bastante, y por lo tanto, un pronóstico posible de hacer es que el premio salarial va a ir disminuyendo en el tiempo, lo que es bastante sensato”, explica Contreras.

De esta forma, se espera que en Chile, al igual que ha sucedido en los países desarrollados, más personas dejen de escoger carreras universitarias, y opten por profesiones técnicas, por ser más rentables, “???Estudio menos, pago menos y empiezo a trabajar antes???, lo que modificará la composición de jóvenes con educación terciaria en un futuro cercano”, aclara el economista.

Buscar una solución al problema de la cesantía ilustrada es la principal demanda que hacen los jóvenes involucrados. Isabel Millán y Dante Contreras proponen identificar las responsabilidades que les caben a quienes participan directamente en ella, más allá de la economía en sí. “Actores relevantes son los centros de formación profesional, que deben revisar con responsabilidad las necesidades reales del mercado. Porque no saco nada con estar educando a alguien en un área donde no exista demanda”, detalla Contreras.

En segundo lugar, se menciona al Estado, pero no como un ente interventor, sino como aquel que ofrezca información certera a las personas. Es decir, que los estudiantes cuenten con los datos necesarios para optar por una u otra carrera, con responsabilidad.

En este sentido, destaca la iniciativa del sitio web www.futurolaboral.cl creado en 2003 por el Ministerio de Educación. Isabel Millán comenta que esta página “es bastante informativa, pues te da una idea de cuál es la situación de ingresos que está enfrentando un grupo de profesionales, e incluso la distribución de salarios en un período determinado. Pero dentro de todo es súper estático, porque sólo da cuenta del mercado actual y no de las perspectivas de su evolución futura”.

¿Qué espera el mercado del profesional recién titulado? Las exigencias son crecientes. Según Brunner, deben demostrar, además de una sólida formación general, gran capacidad de aprender, aplicar conocimientos, análisis y síntesis, adaptación a nuevas situaciones y equipos, exhibir habilidades interpersonales, ser creativos y autocríticos, dominar las nuevas tecnologías de la información y usar lenguas extranjeras de manera instrumental, fundamentalmente el inglés.

Contreras enumera las ventajas de contratar profesionales sin experiencia, pero con iniciativa: “Tener gente joven es contar con nuevas ideas e intereses. Personas mucho más dinámicas, menos prejuiciadas y más tolerantes. Cuando sumas a ello la creatividad, te das cuenta de que pueden instalarse en distintos puestos y lugares de trabajo, lo que en definitiva es una ventaja para la economía”.

Isabel Millán destaca un factor que puede corregirse: el desconocimiento de los mismos empleadores acerca de las ventajas de entrenar y contar con gente que esté partiendo. “Es una etapa súper rica, porque no vienen con prejuicios de su historia laboral pasada, sino que están con toda la motivación y agradecimiento hacia quien les da la oportunidad de demostrar lo que quieren entregar”, concluye.

Precisamente es eso, una simple oportunidad, lo que pide este 19,7% de jóvenes que aún no ha logrado demostrar a la sociedad lo aprendido durante los años de esfuerzos académicos y monetarios.

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Noticias Septiembre 22, 2005

Malas Palabras

Malas palabras

En mi andar por el mundo conversando y escuchando a mucha gente, me sorprendo mucho con la transformación de frases del sentido común y cómo las personas las utilizan así seriamente, aunque en el trasfondo queda un dejo de mucho humor.

Como muestra, algunos ejemplos:

– Prefiero ser antiséptico con mis palabras ??? Aséptico

Inequitatividad ??? inequidad (periodista)

Piadosidad ??? piedad (periodista)

– Eso es estigmación de los pobres ??? estigmatización (candidato a Diputado)

– La de moda: “Tiene que ver con”
(sirve para apuntalar todo tipo de rollo, chamullo o cantinfleo y es utilizado hasta por personas muy inteligentes: puede ser relaciones causales, vínculos, funciones o alguna idea al respecto).

– En ópticas condiciones – óptimas

– Te falta visualidad – visibilidad

– Permíteme increpar – discrepar

– Me he rebanado los sesos – devanado

– Esta situación brama por un cambio – clama

– Fue tentativo para mi- tentador

– No me cego a eso – ciego

– No tengo la mayor idea – menor

– hay mucha conglomeración de gente – aglomeración

– Sólo hablaba en voz alta – pensaba

Concadenando ??? Concatenando

Suptacialmente – Substancialmente

“aprox”, “más menos” – aproximadamente


Si tienes más ejemplos, inclúyelos en el comentario disponible de esta página.
Salud y felicidad para todos,
Ricardo