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Noticias Agosto 2, 2009

Desde el hobby al emprendimiento

Para escuchar a todo volumen: Esperanza, Kiko Veneno

1).- Un hobby
es una actividad que realiza una persona como afición, sin mayor expectativa
que distraerse o divertirse, como una forma alternativa a su trabajo. Un hobby
no tiene más cliente que su propio cultor. No busca conseguir recursos ni
aportar valor. Hay personas que viven su trabajo o su negocio como hobby, sin
cliente y sin cuidado por atraer y acumular recursos.

2).- El oficio de artesano es una vocación más seria que un hobby, en el sentido que
compromete la identidad de una persona y todas sus aspiraciones laborales y
económicas. Normalmente, un artesano aspira a ganarse la vida con su oficio,
pero siempre cuidando ser fiel y genuino con su inspiración en la realización
de sus creaciones. Un artesano no aspira a desarrollar un negocio, sino a poder
producir el fruto de su inspiración y ganarse mínimamente la vida con ello, no
busca industrializar ni masificar su producción, ni tampoco tiene disponible
diseñar su trabajo como un negocio rentable ni escalable. Su punto en la vida
es satisfacer su vocación creadora.

3).- Un innovador
es similar al artesano, en el sentido que se compromete con un oficio por
vocación y se apasiona por buscar nuevas alternativas. Es un inventor
centralmente, y se satisface en inventar. Necesita trabajar para propósitos de
otros, como universidades o I+D, pero su foco está en pasar de un proyecto a
otro, sin transformarlo en un espacio de acumulación.

4).- Un comerciante
se enfoca a ganarse la vida vendiendo, buscando oportunidades entre lo que
necesitan las personas en su entorno y lo que puede conseguir para proveerlo,
ganando un diferencial entre lo que le cobra el productor y el precio que
aplica a los clientes finales. El comerciante, en general, no se pregunta por
su vocación como la pasión creativa, aunque puede ser un apasionado de vender y
hacer negocios de oportunidades, manejando la necesidad/escasez de los
clientes. Pero tiene la libertad de comerciar lo que considere oportuno y de
posibilidad para sí. Tiene, por cierto, más sentido de rentabilidad y
acumulación que hobbistas y artesanos.

5).- Un empresario
se enfoca en crear una corporación, una entidad, una marca, un espacio de
producción de una oferta continuada y masiva. Bien pude contratar artesanos
para crear, innovadores para inventar y comerciantes para vender, pero su
inspiración es crear espacios sociales de negocio, de producción, de
acumulación de capital (social, simbólico, pragmático y financiero). Ser
empresario implica un salto grande existencial en la capacidad de comprometerse
con dar continuidad a una identidad, a relaciones de contrato con proveedores,
socios, empleados y clientes. Implica tomar riesgo, poner en riesgo el
patrimonio, tomar créditos, compromisos, y exponerse a fracasos grandes, quizás
totales. La pasión está con la oferta, pero sobre todo con tomar riesgo y
acumular capital, en un ciclo interminable, en un mismo negocio o creando
otros.

6).- Un emprendedor
es quizás quien mejor sintetiza estas cuatro habilidades y vocaciones
anteriores. Un emprendedor sigue una vocación al comprometerse con un ámbito de
intereses humanos no satisfecho, el cual lo inspira, le hace investigar y
experimentar, tomar riesgos para buscar soluciones o ofertas que sean
sati
sfactorias para las personas. Un empresario todavía puede ser parecido a un
comerciante, pero un emprendedor es una persona que crea una empresa, vende,
desarrolla un negocio, pero lo hace en la pasión por hacerse cargo de algún
interés humano insatisfecho. Fernando Flores en
Abrir Nuevos Mundos caracteriza al emprendedor como esa persona que hace
historia al traer una oferta original que cambia el modo de vivir, de pensar y
de actuar de los clientes, como lo hicieron los automóviles, los computadores
personales, el teléfono móvil, la oferta de desarrollo emocional al interior de
la empresa, la comida orgánica, todas ellas llevan el germen de cambiar el modo
de vivir y de autocomprenderse a sí mismas a las personas.

Un emprendedor es un poco “hobista” en
la medida que hace lo que más le gusta, es artesano porque se apasiona con un
oficio, es innovador porque está buscando nuevos modos de satisfacer las
inquietudes humanas, es comerciante porque reasegura de vender sus creaciones e
inventos, es empresario porque crea entidades, insituciones, identidades y
marca, le importa acumular capital. Pero es una síntesis nueva, en el sentido
de aspirar a hacer historia con sus ofertas en el mundo, a cambiar el modo de
vivir, no sólo a “satisfacer necesidades” como manda el marketing antiguo, sino
a descubrir las inquietudes más profundas, escondidas y resignadas de los seres
humanos y a ellas responder con nuevas ofertas.

 

Saludo final

La ambición del Programa de Empresarias de América
Latina ha sido crear una sensibilidad inicial con lo que significa en la
experiencia ser innovadoras y emprendedoras. El estilo ha buscado ser
consistente con este compromiso. No quisimos hacer un e-learning típico con tutoriales, textos pdf para bajar, tampoco
quisimos hacer un curso de revisión de definiciones teóricas, sino que el corto
tiempo que tuvimos, nos enfocamos a producir las experiencias de riesgo,
invención y confrontación de la idenidad, y no definimos que es importante
hacer redes sociales, las creamos, ni que es valioso utilizar internet, nos
sumergimos en la web 2.0.

Esperamos sinceramente haber sido un aporte con esta
alianza con cestas.org a las empresarias que participaron, pero especialmente
una esperanza para nuestros países y comunidades que se puede hacer
aprendizaje, cambio social, redes de negocio y afectos, de forma tan económica
si se cuida el estilo de enseñar, el aprecio por las participantes, y la
convicción que las personas pueden. Como lo impuso esta nueva esperanza que
tenemos en Amércia “nosotros podemos”.

Un abrazo para las amigas empresarias y
gracias a la Universidad Diego Portales, a Cestas, a la Cooperación Italiana al
Desarrollo del Gobierno de Italia
, a los monitores Javiera
Flores
, Fernando Román y Susana Tagle
, a Mario Valdivia, Alvaro Portugal y al equipo de la oficina Cestas en
Santiago.

Un abrazo a todos y todas.

Ricardo Román

 

Noticias Agosto 2, 2009

Ambición y gestión

Mis conversaciones en consultoría y en emprendimientos de las últimas semanas me traen esta reflexión que comparto con ustedes:

El capitán
Pantaleón Pantoja es una maravilla del compromiso objetivo, racional, honesto y
organizado. No importa la misión, Pantaleón sabrá ponerla en un plan, con
procedimientos claros, indicadores precisos y lo acometerá con toda su
disciplina.

Es importante
la prudencia que se desarrolla con el tiempo para no cometer errores obvios ni
repetirlos, y también importa cuidar la gestión del negocio, su crecimiento y
supervivencia. Pero igual o más importante es permitirse soñar con horizontes
lejanos, complejos, riesgosos. Así como hay muchos emprendedores fantasiosos
que viven de sueños que no realizan o que fracasan por intentar realizarlos, también
la obsesión por controlar todo, por las formas administrativas y los
procedimientos puede transformarse en un gran problema para el crecimiento y
supervivencia de un negocio y de toda organización.

La gestión
es un medio y no un fin. El fin es el horizonte de realización que tiene una
empresa o una organización, eso que en el plan estratégico llaman misión, pero
no en el papel sino en el corazón de los integrantes, los jugadores de ese empeño.
Y es un problema porque si no crece o no crece a una velocidad razonable, la
organización pierde vitalidad, el entorno cambia, los competidores se toman el
espacio, y especialmente, no encanta, no llena de energía de vida a sus
participantes.

El obseso de
la organización, el plan y el control, es un apasionado de ver el plan
publicado, la carta gantt cumplida sin cambios, las cuentas al día. Pero no ve
que la pasión en el equipo es un componente básico a considerar en la gestión
de un negocio. Nadie, o muy poca gente, se apasiona con un plan o con un
reglamento. Lo que apasiona son las posibilidades, los desafíos de invención,
de posicionamiento, de transformación de la realidad personal y colectiva, las
gestas, las grandes aventuras, la ambición.

Es necesario
tener un negocio y un horizonte antes que pensar en organizarlo, planearlo,
controlarlo, evaluarlo. Hay espacios de innovación en la administración del
negocio, pero la energía vital del negocio nace de la convicción en que su
horizonte es bueno, es necesario y factible. Y esa convicción es necesario
cultivarla y contagiarla en todo el equipo.

Vivir
apasionado con la invención permite imaginar horizontes abiertos, realidades
que medidas por factibilidad en el presente parecen fantasías ridículas. No hay
proyecto, inversión que no nazca de una pasión libre por imaginar un futuro
desafiante, aunque lejano, difícil y hasta imposible de cumplir en el momento
que lo sueño.

Pero vivir
apasionado con la invención también permite contagiar ese entusiasmo a
colaboradores, socios e inversionistas. Si quiero vivir y ser visto como
emprendedor es básico transmitir esa disposición por la invención de horizontes
y el compromiso incondicional con su realización. No se puede ser emprendedor y
andar por la vida con el freno de mano activado.

La ambición
no responde a circunstancias objetivas, la ambición es una disposición a mirar
la vida con apertura y gusto por posibilidades desafiantes previa a las
circunstancias objetivas, que de hecho permite ver el mundo como posibilidades
desafiantes. Porque ando ambicioso, abierto a las posibilidades, es que la realidad
objetiva se me aparece como circunstancias positivas para mi.

No se trata de ser fantasioso y saltar al vacío sin paracaídas, ya vendrá
el momento de poner orden, diseño y gestión, pero sin perder de vista el
horizonte que nos llama y nos convoca. Eso es lo que le da vitalidad a un
negocio, eso es lo que le da vitalidad a una organización, eso es lo que mueve
a un emprendedor y a su entorno.

Noticias Agosto 2, 2009

Hacer e inventar (lo pragmático y lo visionario)

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… o qué
hemos estado haciendo durante estos meses

Una de las
principales fortalezas que se destacan en los empresarios es la capacidad para
concretar las cosas, para ejecutar tareas, para realizar sueños. La capacidad
de reunir recursos y organizarlos en función de objetivos. La capacidad de no
quedarse en las intenciones y pasar a la acción. La organización, la
planificación, la eficacia, la rentabilidad y la creación de riqueza. En muchos
sentidos, los empresarios se han vuelto el modelo de vida, el ideal social, en
el tiempo en que vivimos, un mundo de necesidades y urgencias, en que las
instituciones públicas y de la cultura no son capaces de responder a los
ciudadanos.

Sin embargo,
ser empresario grande o pequeño, ser emprendedor como la suma de la capacidad
de innovar, construir empresas, acumular dinero, es mucho más que la capacidad
de gestionar un negocio. Realmente, un empresario para desarrollarse y
sobrevivir no puede ser sino una persona abierta a posibilidades, maestra en
relaciones, plástica ante los cambios y apasionado por la invención.

Quizás una
de
las capacidades más características
de los empresarios es la capacidad de inventar posibilidades en la
incertidumbre no reglada del futuro
. Antes de iniciar el negocio, antes de
invertir y tomar riesgo, nada ni nadie le dice que es lo que debe hacer ni le
garantiza que lo que haga valdrá la pena. En eso está solo en la soledad de su
irrenunciable libertad y responsabilidad de hacerse cargo de su futuro. La más
radical invención está en inventar un espacio, unas fronteras, siempre móviles,
y un horizonte de sentido que se transforma en objetivo, planes, expectativas y
energía de vida para muchos otros.

La materia
prima de ese invento está en su curiosidad, en la apertura a mundos diversos
, a
lo marginal de sus inquietudes, en la atención a lo que ocurre en mundos
paralelos al propio. En la capacidad de poner toda su energía en sus propios
proyectos, pero sin perder la curiosidad por otros mundos, otras energías,
otros sueños y juegos que movilizan otras voluntades. En ellas aparecen las
oportunidades, las anomalías, lo que falta, o respuestas a lo que en su propio
mundo no tenía respuesta. Esos mundos diversos están en la propia ciudad, en
otras regiones lejanas, y ahora en el universo de internet.

Ser
empresario y buscar lo seguro no es una buena combinación. Los empresarios
saben realizar sueños, transformarlos en proyectos autosustentados, pero ahí no
termina la ambición del empresario. El empresario se divierte más en el proceso
que en la meta. De hecho, muchos amplían sus empresas, las transforman, las
venden o comienzan otras paralelas, a poco de consolidar sus proyectos. Tienen
un gusto genuino por la aventura y el riesgo
, por desafiarse poniendo metas
difíciles y hasta imposibles.

La plasticidad
de la curiosidad y la aventura, producen un ser flexible, adaptable, atento a
los cambios
, con capacidad y gusto por adaptarse y adaptar su negocio, su
organización y sus planes. Desde la revolución tecnológica, la interconexión
global de negocios a la crisis financiera, hacen imprescindible construir
planes, organizaciones y ofertas en permanente modificación. Mirarlas como
conversaciones abiertas entre personas y no como edictos sagrados, ayuda a aceptar
y disfrutarlas como un trabajo que nunca se termina.

Un
inversionista financiero en un teórico estado puro podría mirar solamente los
indicadores de rentabilidad y riesgo ante una empresa en posibilidad de
invertir. Un empresario no decide por lo rentable, hace que su proyecto se
transforme en rentable
. El empresario no sólo evalúa, sino que actúa y
transforma los contextos y sus condiciones. Un empresario se enamora de sus
inventos, se apasiona con sus proyectos. No existe una verdadera diferencia
entre su propia identidad personal y la identidad de su empresa. A veces, puede
parecer un poco loco, pegado en un solo tema, pero ese es el costo de
apasionarse, cuidar, madurar una posibilidad imaginada y transformarla en una
realidad social.

La
disposición a colaborar, asociarse y moverse en redes. Los empresarios no son
seres aislados
, que maquinan sus proyectos en un cubículo silencioso para luego
actuar. Sus inventos y sus decisiones emergen en medio de las conversaciones
sociales, en la opinión, en el dato, la viñeta del periódico, ahora en el twitteo
de sus amigos. Las redes son otra fuente de apertura, de oportunidades, alertas
ante dificultades, de socios y patrocinadores. Las redes no le impiden
trabajar, son el trabajo. Las redes son conversaciones de compromisos, de
afectos, de futuro. La mente del empresario no está en su cabeza, ni siquiera
en su pc. Está distribuida en la mente de su red social, en la inteligencia repartida
y fortalecida en la suma de contactos con otras personas comprometidas y
competentes cada una en lo suyo.

Nuevas Aperturas

Los últimos
treinta años han acelerado el fenómeno de las empresas como redes flexibles
globales en transformación permanente, desde clientes repartidos por todo el
mundo, a plantas de producción distribuidas, al diseño y las finanzas muchas
veces también repartidos por el mundo. Al mismo tiempo, fenómenos como la
energía como costo crítico o como contamínate ya inaceptable, como el
sometimiento creciente al escrutinio público, o como ahora la complejidad de la
red financiera, con efectos mariposa instantáneos, como la crisis que sumerge al
mundo. El las tecnologías, el medio ambiente, los grupos de interés, la
energía, los mercados gigantes emergentes en Asia, la diversidad de gustos y la
exigencia de los consumidores. Todo urge a los empresarios a una sensibilidad
profunda por su entorno cambiante y su adaptación.

Aquí unos
breves ejemplos de nuevas aperturas de los empresarios:

Va quedando
claro que los empresarios de verdad no sólo ni principalmente se mueven por
egoísmo
por intereses inmediatos, sino que saben mediar su propio interés con
el interés de los otros actores, pero como una pulsión constitutiva de servir,
de aportar valor a otros seres humanos.

Los
empresarios han descubierto que colaborar en redes puede ser un muy buen
negocio
. Hoy IBM, BMW, P&G, DELL, por sólo nombrar mínimos ejemplos de
grandes empresas, generan sus nuevos negocios a partir de redes libres y
abiertas de clientes y desarrolladores repartidos por el mundo.

Los
empresarios se dan cuenta que cuidar el medio ambiente y la cultura es una inversión
ineludible
. La evidencia de las consecuencias medio ambientales del desarrollo
basado en el consumo creciente de producción, energía y consumo se va
transformando en una demanda de clientes y ciudadanos ante las empresas. Pero,
también descubren que hay oportunidades en la identidad cultural y el cuidado
del ambiente para hacer nuevos negocios y atraer nuevos clientes.

En el fondo
de las capacidades y sensibilidades de los empresarios están desarrolladas
dimensiones constitutivas de los seres humanos, que por cultura e ideología, se
esconden en el discurso liberal individualista y en la mirada burocrática
estatista, quedando una caricatura de máquina egoísta de acumulación en función
de intereses individuales e inmediatos.

Ser
empresario, ser emprendedor consiste en asumir la apertura ineludible del
futuro, de no tener plan preestablecido
, de estar obligados a literalmente
inventar horizontes de posibilidades que nos movilicen sin promesa ni garantía
que nos asegure. Donde la única garantía y mitigación del riesgo está en la
capacidad de colaborar y sumar a otros, en la red como relaciones y contactos
pero también red de circo que nos contiene cuando nos caemos del trapecio.

Emprender no
es principalmente un asunto de cálculo
, antes es necesario inventar
una oferta y el compromiso con realizarla. Eso lo da la imaginación y la
pasión. El empresario no es un ser racional que toma decisiones a partir de sus
intereses y el procesamiento de información. Eso quizás, aunque tampoco, lo
hacen el encargado de contabilidad o compras. El empresario es ante todo un ser
sensible a las posibilidades, y por lo tanto a otros seres humanos, a capturar
las conversaciones, a escuchar las preocupaciones de otros. De ahí viene su
fuerza, la originalidad de sus ofertas, su fortaleza para lidiar con el riesgo
y la incertidumbre.
Importa también saber gestionar finanzas y recursos, hacer
planes y modelos, pero eso se puede contratar. La imaginación, la apertura, la
pasión y el arrojo para emprender no son reemplazables.

Ese es el
espíritu que nos interesa dejar en el centro de nuestra relación con las
empresarias de América Latina. Un proceso que no se agota en cinco ni diez
semanas. Esa es la invitación de lo que importa continuar cultivando como
comunidad de afectos y como red de oportunidades y aprendizaje. Pero ahí está la
esperanza fundada para transformar nuestros países en pueblos más ricos, más
solidarios y más democráticos, donde tener un orgullo genuino de habitarlos y
compartir.

Gracias
amigas, continuamos encontrándonos en la web desde el 13 de Abril,

También
gracias a cestas.org por la invitación a participar en este hermoso proceso.

Ricardo Román

 

Noticias Julio 27, 2009

Celebración Presentación Red Empresarias América Latina

Red Empresarias América Latina
Emprendimiento – Tecnologías Web Social – Redes Sociales
Identidad – Marca – Redes – Coaching – Blogging
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Ricardo Roman

¡Mia Brutta! Mi fea

Lucio Dalla – Pablo Neruda
Cien Sonetos de Amor – Soneto XX

Mi fea, eres una castaña despeinada,
mi bella, eres hermosa como el viento,
mi fea, de tu boca se pueden hacer dos,
mi bella, son tus besos frescos como sandías.
Mi fea, dónde están escondidos tus senos?
Son mínimos como dos copas de trigo.
Me gustaría verte dos lunas en el pecho:
las gigantescas torres de tu soberanía.
Mi fea, el mar no tiene tus uñas en su tienda,
mi bella, flor a flor, estrella por estrella,
ola por ola, amor, he contado tu cuerpo:
mi fea, te amo por tu cintura de oro,
mi bella, te amo por una arruga en tu frente,
amor, te amo por clara y por oscura.