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Noticias Febrero 13, 2006

iPod: la manía del iPod

iPodmanía

Es la estrella high tech del momento y su nacimiento en 2001 le dio un segundo aire a Apple y a Steve Jobs. Hoy más de 42 millones de personas en el mundo poseen uno. En el último Halloween no fueron pocos los que se disfrazaron de iPod y ya hay jeans especialmente diseñados para portar el reproductor. En esta crónica, Cristóbal García, investigador chileno del MIT, cuenta la historia de este aparato y las razones de que algo en apariencia tan simple genere tamaña -e incondicional- devoción.

Por Cristóbal García

En noviembre de 2001, Steve Jobs, fundador y CEO de Apple, mostró al mundo por primera vez un reproductor de música portátil MP3 (formato de compresión digital), el que pasaría a la historia como una gran innovación en la llamada “electrónica de consumo personal”: era la presentación en sociedad del hoy célebre iPod.

Este aparato algo fetiche, de diseño único, mínimo y exquisito, no es sólo un fenómeno comercial que le ha dado nuevos bríos a Apple, tanto en marca como en números, al reportar ingresos récord en 2005 con 32 millones de unidades vendidas (sólo en el período navideño pasado se comercializaron 14 millones, casi 200% más que igual fecha de 2004), sino que también se ha convertido en un nuevo ícono de la cultura popular-digital y en todo un fenómeno social.

Ejemplos sobran: personas disfrazadas de iPod en la última fiesta de Halloween; demandas judiciales varias que no hacen más que confirmar su estrellato (por supuesta pérdida de audición, porque las pantallas se rompen con mucha facilidad o por la corta duración de las baterías); un reciente asesinato en Brooklyn debido al robo -y la fallida resistencia- de uno de estos aparatos; jóvenes que “ofrecen su cuerpo o parte de él” a cambio de un iPod; automóviles que ya lo incluyen dentro de sus full equipo (los Golf de Volkswagen, por nombrar uno); jeans con dispositivos en los bolsillos que permiten operar el reproductor (Levi Strauss los comenzará a vender por US$ 200) y las 42 millones de personas (incluido yo mismo) que ya poseen uno.

La fiebre iPod reditúa suculentos beneficios: las acciones de Apple se han empinado en el mercado bursátil y la marca se ha fortalecido debido a su capacidad innovativa y de atraer a muchísimos usuarios del sistema operativo Windows hacia el universo “Mac” gracias a iTunes, el software que sincroniza el reproductor y el computador, solucionando de paso el problema del manejo de los derechos digitales de la música, que tantos dolores de cabeza le trajo a Napster y “otras instituciones cómplices”. Desde abril del 2003, Apple ha vendido, a través de iTunes, casi mil millones de canciones.

Tony Fadell es el hombre

Como muchas veces en la historia de la tecnología no fue un “genio loco y solitario” el que concibió, diseñó y desarrolló este reproductor de música portátil. No fue tampoco el propio Jobs ni algún empleado ingenioso de Apple. El gestor fue alguien que rondaba por la “periferia”, quien fue escuchado en un terreno fértil y abierto de mente como el que se da en Apple, situada en la ciudad de Cupertino en pleno Silicon Valley.

De hecho, antes que apareciera el iPod, ya había reproductores portátiles de MP3 y softwares que tocaban este formato comprimido de música (como Winamp, Jukebox o el propio Windows Media Player). Sin embargo, lo que no existía era un aparato que hiciera las dos cosas: que permitiera llevar la música de mi computador a cualquier parte sin infringir la ley. Tampoco había ningún diseño que cautivara y sedujera.

La idea original de juntar las dos cosas fue de Tony Fadell, un experto en hardware que trabajó en Philips y General Magic y que, hacia el año 2000, decidió correr por cuenta propia. Intentó vender su idea a diferentes firmas, pero nadie lo escuchó, salvo Apple, que ya en ese entonces había desarrollado FireWire, una herramienta para traspasar información de gran volumen y entre diferentes aparatos digitales de manera rápida. Esto fue la base para el desarrollo de iMovie (software para traspasar y editar información desde videocámaras), iPhoto (para transferir fotos desde cámaras), y finalmente iTunes (para traspasar archivos de música desde reproductores externos), siendo el computador el “conector central”.

Apple contrató a Fadell a principios del 2001. Puso a su entera disposición a un equipo de 30 personas, incluyendo diseñadores, programadores e ingenieros electrónicos. Fadell hizo de intermediador con PortalPlayer, una firma que trabajaba en una idea similar para clientes de la talla de IBM. Tenían listo el 70% del producto, pero el diseño del prototipo era un desastre. Cuando en PortalPlayer supieron que Apple estaba interesado en sacar el prototipo adelante, dejaron de lado a los otros posibles clientes y se la jugaron por una relación monógama. Por los siguientes 8 meses, los 280 empleados de PortalPlayer en EE.UU. e India trabajaron para y con Apple. Aquí la mano de Steve Jobs fue crucial. Se involucró 100% en buena parte del proceso de diseño: él fue quien le dio la forma, la apariencia y la sensación asociadas al iPod.

No más de tres click

Uno de los principios que explica el notable diseño del iPod y el goce de su uso es aquel de “menos es más.” En lugar de aparatos llenos de botones y pantalla saturadas -que necesitan no sólo una guía enciclopédica para el usuario, sino un curso especializado-, éste es simple de usar táctilmente con una mano y un dedo. Además presenta una interfase continua, sin interrupciones, permitiendo la navegación por las alternativas musicales de manera directa y eficiente.

El desafío no fue cómo añadir funcionalidades, sino cómo evitarlas, focalizándose en un reducido set de operaciones. Esto parece trivial, pero en la historia de la tecnología abundan ejemplos donde los técnicos han “malinterpretado” los reales requerimientos y placeres de los usuarios.

Aquí se interpretó y anticipó correctamente: Steve Jobs estuvo de cabeza exigiendo a sus cerebros de Apple que mediante dos o tres click con el pulgar se pudiese llegar a la canción o lista favorita. Si eran más click, no servía. Se cuenta también que el volumen estándar de reproducción fue mas alto de lo común pues Jobs es medio sordo y no escuchaba bien en parámetros más bajos.

La complejidad técnica miniaturizada (una batería recargable Sony, el disco duro con capacidad de 2 ó 4 GB, el circuito y el chip que permite el uso de FireWire como transmisor de data y cargador, además del procesador central) era clave para el buen funcionamiento, apariencia y vida útil del aparato, pero no debía estar a la vista ni al tacto del usuario. Mientras más simple, más funcional y atractivo.

El éxito del iPod justamente radica en su diseño simple y emotivo que omite esos detalles técnicos al no “fanfarronear tecnológicamente”, produciendo una experiencia continua con el cuerpo, la ropa, los accesorios y los gustos musicales. En fin: con el estilo de vida flexible y móvil del consumidor/ciudadano contemporáneo. Es desde esta continuidad y desde su atrayente apariencia y sensación (“look and feel”) de donde surge su “aura”.

Nadie le es infiel

Además de traer goce, placer auditivo y estilo a las personas, Apple, obviamente, quiere hacer mucho dinero con este dispositivo.

Le ha ido bien hasta el momento, pese a que los competidores acechan. Si bien iTunes -el software y solución de manejo de derechos digitales que permite la comunicación entre computador y iPod- no ha sido un éxito de ventas ni se ha constituido como el software predominante (esto porque hay que comprar las canciones a 99 centavos de dólar, compitiendo todavía con el software ilegal de la free-music), sí ha logrado introducirse en el mundo de los usuarios Windows y de ciertos teléfonos celulares y operadores como Motorola y Cingular. Con ello, ha facilitado uno de los objetivos de Apple: vender la mayor cantidad de iPods posible.

Y vaya que se cumplió esta meta en el 2005. Esto también se debió, en parte, a los nuevos tipos de iPod que salieron al mercado: el Nano (que como su nombre lo indica es increíblemente pequeño) y el Video (que permite ver ídem y también programas y series de TV). Además, alianzas estratégicas con gigantes del audio como Bose y otros, han permitido que el iPod se conecte con sistemas de audio de mayor envergadura en casas, restaurantes y clubes. Así, la música puede viajar no sólo desde el computador personal al iPod, sino que también a cualquier equipo compatible y, de este modo, facilitar el tránsito desde la mera entretención individual a la navegación colectiva de los productos audiovisuales de nuestra cultura global.

Como ya tiene marca, diseño, funcionalidad y “aura”, el modelo de negocios en lo que viene es transformarlo en una vía portátil de distribución de nuevos y viejos contenidos audiovisuales, transportables a cualquier contexto de actividad personal y social. El modelo será más robusto en la medida que tenga exclusividades con proveedores de contenido para ofrecer acceso “premium” a través del iPod/iTunes, al tiempo de alianzas con manufacturadores de equipos audiovisuales compatibles de mayor escala.

Claro que hay competidores (cada vez menos, por cierto: Dell esta semana anunció que dejará de fabricar reproductores MP3 de disco duro. Sí hay que estar atento con los chinos) ofreciendo un reproductor similar, con mayor capacidad y a menor precio, pero con menos estilo, diseño y marca. Es decir, sin “aura” o apariencia que cautiva los sentidos y esa funcionalidad con otros aparatos.

El propio Jobs, que se encuentra frente a esta competencia feroz, confía en las expectativas de aquellos usuarios: “Nosotros no subestimamos a la gente. Ellos quieren algo así de bueno, pues ven ese valor agregado. En lugar de hacer un producto inferior por cien dólares menos preferimos hacer el producto que ellos realmente quieren y que les durará por años, aunque sea más caro. La gente es inteligente, se da cuenta”.

Los consumidores/usuarios, como muchas veces en la historia de la tecnología, tendrán la última palabra. Seremos testigos.

¿Revolución?

Lo del iPod es un fenómeno, pero no una revolución. Se inserta en una de las sucesivas olas de la revolución de la microelectrónica y de las tecnologías de la información, específicamente, en la asociada a lo móvil, a los aparatos personalizados y la computación ubicua (capacidad de procesamiento de información que tiende a distribuirse y a estar omnipresente).

Pero las tecnologías -y el iPod en este caso- le deben su éxito a las condiciones histórico-culturales-estéticas en las que emergen. Es por ello que el iPod ha empalmado exitosamente con los deseos de expresividad, goce sensual de la música y estilo móvil de los nuevos consumidores por un lado, y con las nuevas claves del diseño industrial asociadas a la simplicidad, al diseño-centrado-en-el-usuario y al “aura emocional” de los objetos, por el otro. Larga vida, dear iPod.

Noticias Febrero 10, 2006

Web 2.0

¿Qué es la Web 2.0?
Maestros del Web

El Web 2.0 no es precisamente una tecnología, sino es la actitud con la que debemos trabajar para desarrollar en Internet.

por Christian Van Der Henst S.

La Web 2.0 es la representación de la evolución de las aplicaciones tradicionales hacia aplicaciones web enfocadas al usuario final. El Web 2.0 es una actitud y no precisamente una tecnología.

Cuando el web inició, nos encontrábamos en un entorno estático, con páginas en HTML que sufrían pocas actualizaciones y no tenían interacción con el usuario.

La Web 2.0 es la transición que se ha dado de aplicaciones tradicionales hacia aplicaciones que funcionan a través del web enfocadas al usuario final. Se trata de aplicaciones que generen colaboración y de servicios que reemplacen las aplicaciones de escritorio.

Todo inició cuando Dale Dougherty de O’Reilly Media utilizó este término en una conferencia en la que compartió una lluvia de ideas junto a Craig Cline de MediaLive en la que hablaba del renacimiento y evolución de la web. Constantemente estaban surgiendo nuevas aplicaciones y sitios con sorprendentes funcionalidades. Y así se dio la pauta para la Web 2.0 conference de 2004. Esta conferencia no solo fue exitosa sino que ya tuvo seguimiento en la Web 2.0 Conference del 2005 celebrada en Octubre.

En la charla inicial del Web Conference se habló de los principios que tenían las aplicaciones Web 2.0:
1.La web es la plataforma
2.La información es el procesador
3.Efectos de la red movidos por una arquitectura de participación.
4.La innovación surge de características distribuidas por desarrolladores independientes.
5.El fin del círculo de adopción de software (“Servicios en beta perpetuo”)

La Web 2.0 con ejemplos

La forma más fácil de comprender lo que significa la Web 2.0 es a través de ejemplos. Podemos comparar servicios web que marcan claramente la evolución hacia el Web 2.0:

Web 1.0 –> Web 2.0
Doubleclick –> Google AdSense (Servicios Publicidad)
Ofoto –> Flickr (Comunidades fotográficas)
Akamai –> BitTorrent (Distribución de contenidos)
mp3.com –> Napster (Descargas de música)
Britannica Online –> Wikipedia (Enciclopedias)
Sitios personales –> Blogs (Páginas personales)
Especulación con dominios –> Optimización en motores de búsqueda
Page views –> Cost per click
CMSs –> Wikis (Manejo de contenidos)
Categorías/Directorios –> Tagging

¿Qué tecnologías apoyan a la Web 2.0?

El Web 2.0 no significa precisamente que existe una receta para que todas nuestras aplicaciones web entren en este esquema. Sin embargo, existen varias tecnologías que están utilizándose actualmente y que deberíamos de examinar con más cuidado en busca de seguir evolucionando junto al web.

Algunas tecnologías que dan vida a un proyecto Web 2.0:
1.Transformar software de escritorio hacia la plataforma del web.
2.Respeto a los estándares del XHTML.
3.Separación de contenido del diseño con uso de hojas de estilo.
4.Sindicación de contenidos.
5.Ajax (Asincronical javascript and xml).
6.Uso de Flash, Flex o Lazlo.
7.Uso de Ruby on Rails para programar páginas dinámicas.
8.Utilización de redes sociales al manejar usuarios y comunidades.
9.Dar control total a los usuarios en el manejo de su información.
10.Proveer APis o XML para que las aplicaciones puedan ser manipuladas por otros.
11.Facilitar el posicionamiento con URL sencillos.

¿En qué nos sirve la Web 2.0?

El uso de el término de Web 2.0 está de moda, dándole mucho peso a una tendencia que ha estado presente desde hace algún tiempo. En Internet las especulaciones han sido causantes de grandes burbujas tecnológicas y han hecho fracasar a muchos proyectos.

Además, nuestros proyectos tienen que renovarse y evolucionar. El Web 2.0 no es precisamente una tecnología, sino es la actitud con la que debemos trabajar para desarrollar en Internet.

Tal vez allí está la reflexión más importante del Web 2.0 y como los webmasters deberían de prepararse. Yo ya estoy trabajando en renovar y mejorar algunos proyectos, no por que busque etiquetarlos con nuevas versiones, sino por que creo firmemente que la única constante debe ser el cambio, y en Internet, el cambio debe de estar presente más frecuentemente.

Más información del Web 2.0

???What is Web 2.0 en O’reilly
???Web 2.0 en la Wikipedia
???Plataforma Web 2.0 : ¿Que Es?
???Web 2.0 for designers
???Lo que el Web 2.0 no es en Alt1040.
???Are you ready for Web 2.0? en Wired.

Volver a ricardoroman.cl

Noticias Febrero 9, 2006

Venture Capital

¿Qué es venture capital (capital de riesgo)?

Para telefonica Capital de Riesgo es el capital que se dedica a inversiones realizadas en pequeñas compañías, durante las fases de vida iniciales de las mismas, cuando es muy difícil evaluar qué comportamiento tendrá la empresa a medio y largo plazo.

Para CEO, Capital de Riesgo es una inversión de capital hecha para el lanzamiento, desarrollo inicial o expansión de un negocio. Provee capital accionario a empresas que no están listadas en bolsa. Puede ser usado para desarrollar nuevos productos o tecnologías, expandir capital de trabajo, hacer adquisiciones o fortalecer el balance de una compañía. Los fondos pueden ser suministrados por instituciones inversoras institucionales o por particulares que están preparados para arriesgarse en una empresa. Es corriente que los inversionistas jueguen un rol importante en el directorio de las compañías en las cuales invierten, desempeñándose en diversas actividades, desde ayuda en la definición de la estrategia del negocio hasta el reclutamiento de empleados clave. En el modelo de capital de riesgo no sólo se provee el capital, sino que también se intenta generar sinergias que permitan mejorar las ya escasas probabilidades de éxito de la nueva compañía.

Los enlaces (links) que aparecen en la columna Venture Capital muestran una pequeña parte de la inmensidad de oportunidades, fondos y entidades (públicas y privadas) en América y Europa destinadas a financiar empresas que se encuentran en la etapa de inicio. El desafío del empresario emergente es conseguir la confianza de los inversionistas y articular su negocio como una oportunidad seductora. Pero, antes que nada, aceptar y reconocer que crecer es una necesidad imperiosa de la empresa y que este crecimiento implica conseguir dinero de inversiones, sea que vengan de fondos privados o públicos.

Ver: Artículo Venture Capital

Noticias Enero 28, 2006

Transformar la gestión de políticas públicas

Honrar valores progresistas exige transformar la gestión de políticas públicas, adoptando la cultura de compromiso, flexibilidad, innovación y excelencia de las compañías de estándar mundial.

Desde mi personal experiencia de la gestión y el emprendimiento, valorando los muchos avances valiosos que ha habido en Chile durante quince años, y como conocedor, usuario y ???algunas veces??? víctima de la cultura de gestión pública de mi país, propongo seis dimensiones que es necesario poner en el centro en las políticas públicas, sobre todo en áreas ???intangibles??? como promoción de empresas nuevas, creación de empleo, reforma de educación, participación ciudadana, servicios de salud, políticas de vivienda, ???disminución??? (sustantivo más que modesto) de la pobreza:

1. Mantener vivo un compromiso con horizontes ambiciosos de transformación que impliquen emocional y existencialmente a todos los actores. Se trata antes que nada de poner en valor la identidad del país, la región o la ciudad en la experiencia de sus habitantes. En mi experiencia a los equipos que ejecutan las políticas y ???muchas veces??? también a los destinatarios se les olvida el horizonte de hacia dónde se mueve un país, una región, ciudad o comuna que se está transformando, a partir de grandes esfuerzos políticos, sociales y económicos. Al mismo tiempo se les olvida desde dónde vienen: se burocratiza el espacio de cambio, se torna aburrido y ???bajan las defensas??? para sostener una política de desafío.

2. Establecer promesas de resultados y ???productos??? finales de cada política. Salvo las promesas de infraestructura, las políticas en las áreas ???intangibles??? tienen promesas de inversiones, intervenciones como las reformas, capacitaciones y seminarios, pero no establecen los ???productos??? o resultados de los programas. En Chile hay una queja porque los resultados de educación no mejoran en las mediciones en primaria y secundaria, pero tampoco hay una promesa de cuáles debieran ser los resultados luego de una década de reforma. Pero tampoco hay una promesa de qué debiera producir la educación luego de doce, quince, y hasta veinte años de formación en muchos estudiantes. En desarrollo económico los programas de promoción de empresas tienen sesudas teorías de desarrollo, programas complejos de postulación, gastos en tecnologías, asesorías, mercadotecnia, viajes, de todo, pero no establecen cuántas empresas nuevas, cuánto crecimiento de empresas emergentes, ni cuánto empleo adicionales crearán.

3. Establecer indicadores de medición y estándares de evaluación exigentes. Si bien es mejor vivir bajo techo, con agua potable y electricidad, como le ocurre a casi la totalidad de la población chilena, los indicadores de medición de políticas de vivienda y de eliminación de la pobreza son, por lo menos, complacientes desde el punto de vista de la experiencia de los afectados. He escuchado patéticas discusiones entre los vecinos de poblaciones pobres en torno de si les toca o no ???el puente??? que es un programa de ayuda a las personas en pobreza extrema, donde una persona que tiene casa con televisor ???no es pobre???, aunque viva con más de cinco personas en 30 metros cuadrados y estén todos desempleados. Comparado con África de seguro que en Chile y América Latina hay menos pobreza relativa, pero eso no da para celebrar.

4. Compromiso legal y de honor de medir, declarar y asumir consecuencias de las mediciones. Los programas terminan y no hay evaluación de los resultados producidos, sino informes de la transparencia en los recursos y medición de las intervenciones. Pero no hay autocrítica, no hay disculpas, no hay sancionados por todos los estropicios que de seguro toda política nacional masiva tiene en el camino. Los ciudadanos (las microexperiencias que no cuentan en las estadísticas) simplemente deben quedar agradecidos de lo que alcanzaron a percibir. Muchas veces por ???razón de estado??? es más importante que las cosas parezcan bien hechas, aunque no lo estén.

5. Considerar a los actores implicados (destinatarios, organizaciones gremiales, privados que ???concesionan??? servicios de transporte, infraestructura o educación) como clientes de las oficinas del gobierno. Los inversionistas y emprendedores pequeños que se embarcan en proyectos asociados al gobierno sufren todas las consecuencias de los ???tiempos institucionales???, la pérdida de documentos, la firma que no salió, los limbos de responsabilidad entre oficinas diversas (pase a la otra oficina), los plazos perentorios de recepción pero indefinidos de respuesta. Muchos empresarios terminan quebrados, con sus vidas destruidas y los beneficiarios perjudicados. El papel del ministerio de educación en el proceso de jornada extensa de los colegios es buen ejemplo de este tormento.

6. Incorporarse a la revolución de las tecnologías de comunicación. Salvo excepciones valiosas de gestión por internet como Impuestos Internos en Chile, todavía queda mucho por salvar la ???brecha digital??? al interior de las entidades públicas, pero no una brecha material sino ???mental??? (Castells), de pensar ???en digital??? al diseñar los resultados, mediciones, gestión, interacciones y difusión de lo programas. Como nota de folklore persiste la ideología de ???la tecnología deshumaniza??? y algunas autoridades y funcionarios no promueven el cambio tecnológico, por ilusoria ???rebeldía???. Es necesario pasar del tópico sitio web a herramientas electrónicas de interacción social que producen por sí mismas, además de productividad, nuevas realidades de autonomía, participación y creatividad en los ciudadanos.

Cómo se hace todo esto, es la más desafiante invención. Lo técnico está resuelto hace años en disciplinas de gestión y tecnologías estándar, falta ahora el liderazgo político para comenzar a arriesgar experiencias de innovación social y de gestión pública.