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Durante las últimas semanas me encuentro con muchas personas
que me preguntan, sea en mi sitio, en twitter @ricardorman facebook ricardoroman o presencialmente ¿Qué es esto del coaching? Bueno,
aquí les propongo algunas notas, lo más concretas posible para hacerse una
idea, aunque como casi todo lo importante, el coaching es de las cosas que no
se comprenden hasta que se experimentan.

Qué es el coaching

Es una práctica de educación no convencional, de aprendizaje
de habilidades para desenvolverse más efectiva y satisfactoriamente en el mundo
profesional, laboral y empresarial actual.

No es una terapia ni traspaso de técnicas, tampoco un
estudio de teorías, sino un entrenamiento práctico para producir mayor
capacidad práctica, mejores interacciones sociales, fortaleza emocional y focos
de desarrollo que orienten, provean de sentido y de satisfacción a la vida
laboral o profesional.

La práctica de coaching puede ocurrir como un proceso
individual entre un ?coach? y un cliente, puede ser en el contexto de un equipo
de trabajo o de un grupo diverso que se integra en un taller. En todos los
casos, se establecen objetivos personalizados para cada participante, para
orientar y evaluar su avance.

El proceso de coaching puede tener objetivos prácticos específicos,
como mejorar la comunicación en el equipo, la capacidad de cerrar ventas o
enfrentar entrevistas de trabajo, puede tener un horizonte más amplio como el
desarrollo de habilidades de comunicación o liderazgo en el entorno de trabajo
o negocios, o también puede tener objetivos más ambiciosos como realizar
cambios de fondo en la identidad de los participantes.

En todos los casos, pasa por un compromiso de
autoconocimiento, diseño y adopción de nuevas prácticas de los clientes. Es un
proceso práctico de reflexión, diseño y experimentación en la acción concreta y
real. Cambia el énfasis y profundidad de la reflexión y la exposición a nuevas prácticas,
pero mantiene siempre esta orientación a la exposición práctica a situaciones
reales de los clientes.

Porqué las personas
necesitan coaching

La práctica del coaching se ha hecho necesaria porque la
velocidad y complejidad en que evoluciona el mundo del trabajo y los negocios nos
exige cambiar, anticipar, adaptarnos y (re)orientarnos a un ritmo para el cual
no estamos preparados. Estas habilidades no se aprenden en los estudios
profesionales tradicionales y desarrollarlas sin diseño demora mucho más tiempo
que del que disponemos.

Qué aporta el coaching

El coaching aporta habilidades y sensibilidades para enfrentar
la incertidumbre, la confusión, el agobio y la pérdida de foco en el trabajo. Aporta
capacidades prácticas para gestionar el trabajo, dirigir equipos o trabajar
colaborativamente; capacidad de diseño y orientación para enfocar el trabajo
personal y del equipo; apertura, comprensión y adopción de los contextos en que
nos toca desenvolvernos en el trabajo; fortaleza emocional para enfrentar
riesgos, confusión y dificultades. Provee competencias prácticas de diseño y
focalización de un proyecto específico, los objetivos de un equipo o negocio, y
también de desarrollo de carrera profesional al interior de una empresa, como
profesional independiente o como emprendedor.

En qué consiste un
proceso de coaching

Un proceso de coaching siempre consiste en conversaciones
sinceras de autoconocimiento, reflexión, diseño, puesta en práctica y apertura
a entornos más amplios que los cotidianos. Se trata de hacerse sensible a las
propias disposiciones, patrones de conducta o acostumbramientos; determinar qué
disposiciones y prácticas puede ser necesario modificar; abrirse a adoptar
nuevas prácticas; abrirse a conocer y comprender otros entornos más amplios de
experiencias, los contextos que permiten que funcione el nuestro mundo
inmediato (básicamente, ubicarse dónde estamos parados); pero sobre todo,
exponerse a prácticas nuevas, experiencias, relaciones y culturas. Actuar en
modo experimental, de proyecto piloto o versión beta (como se dice hoy en la
web). Desafiarse y tensionar los hábitos antiguos cultivando nuevos hábitos.

Según la ambición de los objetivos, el proceso puede durar
desde un par de meses hasta un año, más intenso en tiempo de dedicación al
inicio. Con un formato de charlas, diálogos, ejercicios, lecturas y reportes
escritos breves. Y ahora, con la disponibilidad y efectos positivos de internet,
algunas de las interacciones ocurren en la web también.

Cuánto tiempo y
esfuerzo dedicarle

El tiempo de dedicación también depende de los objetivos y
compromiso del cliente. Como todas las cosas, más dedicación puede permitir
avances y profundidad mayor, sobre todo al inicio. Pero en concreto, debiera considerar
unas 3 o 5 horas por semanas, incluido conversaciones, lecturas y reportes. El
resto del trabajo debe ser incluido en el tiempo normal de trabajo, porque se
trata de prácticas en el contexto real de trabajo, que deben ayudar desde el
inicio a cumplir los objetivos cotidianos del cliente.

En qué se basa el
coaching

En tecnología en la web se dice que toda la complejidad de
un sistema debe estar por dentro, para que la experiencia del usuario sea lo más
fácil y fluida posible. Mientras más simple por fuera, es más complejo por
dentro. El coaching debe ser igual: requiere fundamentos sólidos teóricos,
filosóficos y científicos, pero la experiencia del usuario debe ser accesible y
amigable. Pero al mismo tiempo, cuidar que no sea una mera superficialidad de
trucos, técnicas, apariencias de sensibilidad o profundidad ni sentimentalismo
sin objeto. Lo simple no es igual a los superficial, ni lo complicado igual a
profundo.

En mi experiencia, el coaching se basa en la adopción de
disciplinas filosóficas, científicas, prácticas educativas, tradiciones de
gestión y estrategia, experiencias de trabajo corporal de tradiciones asiáticas
y de la actuación, todo lo cual ha sido organizado en una disciplina de educación
o transformación personal y colectiva, en el ámbito de las interacciones
humanas de trabajo, profesionales o negocio. Mi formación personal se la debo principalmente
a la disciplina de Fernando Flores y a trabajar como parte del equipo de Mario
Valdivia
. Aunque, resultado del mismo entrenamiento, pone la exigencia de
profundización, renovación y experimentación permanentes.

El nombre más conocido es coaching ontológico, pero la disciplina de fondo es hermenéutica-pragmática, que alude a
dos escuelas de filosofía en que se funda (fenomenología, pragmática del
lenguaje) pero especialmente a a la comprensión, diseño y puesta en práctica de
un modo de ser más auténtico, más efectivo y satisfactorio en el mundo
globalizado y tecnológico en que vivimos.

Qué cambia con el
coaching

El objetivo del coaching es que las personas observen un
mejor desempeño en el plano profesional o de negocios, y al mismo tiempo
experimenten mayor bienestar en su experiencia laboral. En resumen, les vaya
mejor y se sientan mejor.

El coaching se enfoca fundamentalmente a desarrollar nuevos
hábitos, reemplazar los hábitos que no aportan o impiden trabajar y sentirse
mejor. Los hábitos se observan en prácticas asentadas en las personas, a un
nivel que quienes los poseen no son conscientes de ellas. Los hábitos pueden
ser prácticos, en las tareas que realizan cotidianamente; pueden ser mentales o
narrativos, en las narrativas o explicaciones automáticas que nos damos sobre
lo que nos ocurre; los hábitos también son emocionales, en el modo como
reaccionamos emocionalmente ante las situaciones de la vida.

Dependiendo de la profundidad de un proceso de coaching, cambian
las prácticas de trabajo, cambian los ?rollos? automáticos que nos dominan para
explicar a otros o a nosotros mismo lo que ocurre entre las personas. También
cambian las actitudes o predisposiciones emocionales, no como control de
emociones que no es posible, sino como una disposición de fondo a emociones
positivas como serenidad, confianza, autoconfianza, tolerancia, aceptación,
valor para tomar riesgos, etc.

Pero qué se puede esperar
en la práctica con el coaching

El coaching es un proceso de avance permanente, que incluye
posibles retrocesos, pero fundamentalmente y dependiendo de la continuidad del
proceso, las personas se sienten más orientadas y conformes con sus horizontes
y objetivos de carrera profesional o proyectos de negocio, sienten que van y
avanzan en una dirección interesante y razonable; tienen mejores habilidades de
comunicación, gestión e influencia para lograr objetivos; emocionalmente, se
sienten más seguros, serenos y con ganas para afrontar sus desafíos, pero al
mismo tiempo, inspiran emociones positivas en su entorno; Lo anterior, termina
por producir una sensación de vida satisfactoria, en que las personas tienen
objetivos desafiantes, compiten y colaboran, a veces ganan y a veces pierden,
mantienen un equilibrio básico entre su vida profesional y su vida familiar y
afectiva.

Una persona que realiza seriamente un proceso de coaching
logrará un sentido de su vida más íntegro, más pleno, será más responsable y se
sentirá a cargo de todo lo que tenga que ver con su vida, estará abierto a lo
desconocido y apropiando posibilidades para inventar su futuro, anticipando lo que
pueda ayudar a disminuir el riesgo y el temor, pero aceptando la incertidumbre
del azar de vivir, perseverando en sus compromisos de vida, pero aceptando que
algunos perderán toda justificación. Su entorno de personas, más que recursos
que utilizar o amenazas que controlar, se transforman en co-inventores socios
en la construcción de horizontes comunes.

Debiera ser evidente, que una persona con este perfil tendrá
mayor capacidad para lograr objetivos concretos de trabajo o de negocio, mejorar
sus ingresos, su posicionamiento en su trabajo, cumplimiento de metas e invención
de metas nuevas. Pero al mismo tiempo, ocurre que estos objetivos toman un
lugar mas equilibrado en la integralidad de sus vidas.

A qué nos referimos
con sentido común histórico que debe cambiar

Una etapa importante del proceso de coaching es descubrir el
sentido común en que vivimos cuando pensamos en la conducta de las personas, la
mente o la inteligencia. Estamos convencidos, al punto de tomarlo por obvio, que
somos una especie de computador con radar, que captura información, la procesa
y con ella tomamos decisiones, que aprender es una mezcla de capturar
información y adoptar reglas de acción que aplicamos para actuar. Donde las
emociones son un resabio animal que debemos controlar para que no perturbe el
pensamiento y la acción. Lo complicado de esta historia es que no sólo la hemos
creído por siglos, sino que nos hemos entrenado para vivir en ella, con ciertas
tragedias periódicas de todo orden humano, pero que no atribuimos a las
limitaciones propias de esta interpretación, sino que intentamos solucionarlas profundizando
en lo mismo que las produce. Quiero decir, reunir más información, planificar y
controlar más rigurosamente, controlar las emociones, ser más claro al
transmitir información, establecer categorías más detalladas. Toda la vida está
organizada sobre este supuesto, la gestión, el diseño de las organizaciones,
los sistemas de comunicación, la educación, varias tendencias de salud mental e
incluso el modo como desarrollamos relaciones familiares y sentimentales. Las
personas deambulan entre este sentido común arraigado de la ciencia exacta y el
control, y el mundo paralelo esotérico mágico del azar, la astrología y una
creciente cantidad de


Un solo
ejemplo para mostrar cómo este sentido común impregnado en nosotros nos afecta
en la vida práctica es que la mayoría las personas son incompetentes para
manejarse con sus emociones y las emociones de otros. Los grupos que trabajan
juntos o que pretenden aprender juntos tienen tensiones y conflictos con
manifestaciones emocionales, pero que las consideran añadidos a los reales
componentes del trabajo o del aprendizaje. Algo así como que si no fuera por
las emociones, todo iría tranquilo y ordenado. Pues no, las emociones no sólo
no perturban siempre las percepciones de las personas, sino que
fundamentalmente las posibilitan. En la raíz del conocimiento, el aprendizaje y
la comunicación están las emociones condicionando lo posible.

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