Cambio Climático

Todo dice que este año 2007 nos tendrá ocupados como planeta en los cambios climáticos provocados por el calentamiento global. Los costos humanos, económicos y naturales que tendrán ???y están teniendo- las catástrofes de lluvias, inundaciones, sequías, incendios, obligan a tomar acción para corregir las causas que se centran en la contaminación de la atmósfera. Puede haber dudas todavía acerca del origen del cambio climático, pero no hay tiempo para seguir estudiando. Aquí un artículo que sintetiza los alcances de la amenaza:

Continúa:

Quépasa
2007: El año del calentamiento global

Recientes estudios de la Universidad de East Anglia, en Inglaterra, indican que éste será el año más caluroso desde que comenzaron los registros, en 1860, en un adelanto del que promete ser el gran debate de 2007: el calentamiento global. Líderes de todo el mundo, como Al Gore y David Cameron, han hecho del cambio climático su bandera de lucha, e incluso el ex presidente Ricardo Lagos se refirió a un problema que la gran mayoría de la comunidad científica atribuye al uso de combustibles fósiles como el carbón y el petróleo. Si bien las consecuencias del calentamiento aún no han sido determinadas con exactitud y abundan los diagnósticos alarmistas, es un hecho que la actividad humana está influyendo en el clima como nunca antes y podría tener devastadoras consecuencias. Este reportaje ofrece una perspectiva del que emerge como uno de los grandes desafíos del siglo XXI: sus causas y efectos, el debate político, el lobby empresarial, los protagonistas y la realidad de Chile, donde los efectos, aunque menores, ya se están percibiendo.

Por Claudia Giner y Verónica Jadue

La Tierra se calienta

En 1896 el científico sueco Svante Arrhenius fue el primero en establecer una relación entre la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera y la temperatura al afirmar que los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural) podrían causar el calentamiento de la Tierra.

Este fenómeno -que viene acelerándose desde la revolución industrial- se produce por la agudización, debido a la actividad humana, del “efecto invernadero” mediante el cual una fracción de la energía solar que llega a la superficie terrestre se retiene en el planeta debido a la presencia de los denominados “gases invernadero”: dióxido de carbono, metano, vapor de agua, óxidos de nitrógeno, ozono y clorofluorocarburos (gases artificiales). La presencia excesiva de estos gases en la atmósfera provoca que el calor se quede atrapado y que aumente la temperatura global del planeta.

Debido al incremento de estos gases, según el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) de la ONU, la temperatura mundial aumentó entre 1960 y 1990 en 0,6 ºC y, si la tasa de emisión se mantiene al ritmo actual, entre el 2030 y 2050 el calentamiento subiría entre 1,5 y 4,5 ºC.

Diagnóstico de alto riesgo

Si bien no existe un consenso sobre las consecuencias específicas que el calentamiento global pueda tener en el futuro, ya que dependerán del lugar y las condiciones del mismo, se sabe de algunas generales que afectarán al planeta. Las más importantes serán los potenciales cambios en la distribución térmica y de lluvias, el deterioro de los ecosistemas marinos y terrestres, el derretimiento de los hielos marinos y el ascenso del nivel de mar.

Ejemplos más concretos son las proyecciones que presagian que corrientes de aguas calientes plagarán el Atlántico, que Groenlandia reducirá su tamaño e incluso, según la Organización Meteorológica Mundial, que habrá un aumento de los huracanes de categoría 5, la más dañina.

Pese a que la mayoría de estos efectos no se encuentran científicamente comprobados, para poder presagiar con mayor precisión, el IPCC ha elaborado algunas proyecciones en base a cálculos matemáticos. En su informe del 2001, por ejemplo, el panel advirtió un alza global de la temperatura mundial promedio de entre 1,4 a 5,8 ºC para el 2100 y estimó que 150 millones de “refugiados ambientales” existirán el año 2050, debido principalmente a los efectos de inundaciones costeras, de la erosión del litoral y de crisis agrícolas producto del calentamiento global. El IPCC también hace proyecciones sobre el agua, afirmando que si en el 2001 1.700 millones de personas, un tercio de la población mundial, vivían en países sometidos a tensiones de escasez de agua, ese número aumentará a casi 5 mil para el año 2025.

El Protocolo de Kyoto: ¿letra muerta?

En 1988 la Organización Meteorológica Mundial y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente crearon el IPCC para evaluar el “riesgo de los cambios climáticos inducidos por los humanos” en el planeta. Su principal tarea es procesar toda la información sobre éstos y elaborar documentos técnicos e informes sobre algún tema en particular. Hasta la actualidad han publicado tres (1992, 1996 y 2001) y se espera uno nuevo para el 2007.

Otra tarea del IPCC es respaldar la labor de la Convención Marco de las Naciones Unidas (CMNU) sobre el Cambio Climático. Compuesta por un panel interdisciplinario mundial, la CMNU entró en funcionamiento en 1994 y se creó con el objetivo de ser una “estructura general para los esfuerzos intergubernamentales encaminados a resolver el desafío del cambio climático”.

Un año después de su creación los países de la Convención firmaron el “Mandato de Berlín” mediante el cual se comprometían a efectuar una ronda de conversaciones que llevaran a la adopción de medidas más estrictas para países industrializados. De esta manera, en 1997, se firmó el “Protocolo de Kyoto”: primer acuerdo que impuso objetivos obligatorios a los países para que disminuyeran la emisión de los seis “gases invernadero”.

El objetivo del Protocolo es que en el período 2008 – 2012 el total de las emisiones de los países que se adhieran a él, se reduzca en un 5% en relación al nivel observado en 1990. Por lo mismo, cada país presenta metas diferentes para cumplir con esta cifra global.

Este mandato sólo entraría en vigencia si los países industrializados que emiten, como mínimo, el 55% de las emisiones de dióxido de carbono lo ratifican. Por esta razón es que el Protocolo sólo se activó en febrero de 2005 tras la adhesión de Rusia. En la actualidad 189 países lo han ratificado. Sin embargo, muchos dudan de su efectividad mientras naciones como Australia y Estados Unidos -que emite el 25% de todos los “gases invernadero” del mundo- se nieguen a hacerlo.

El lobby ambiental

No a todos los sectores, desde luego, les interesa que se extienda la alarma sobre el calentamiento global. Detrás de las dos principales causas del efecto invernadero -el uso de combustibles fósiles en la generación de energía y de la combustión de gasolina en automóviles- hay poderosos intereses industriales y una amplia red de lobby que opera a nivel mundial y se concentra sobre todo en Washington.

En su libro “Heat: how to stop the planet burning”, el periodista británico George Monbiot apunta a la petrolera Exxon como la gran responsable de la campaña mundial para cuestionar la existencia del efecto invernadero y poner en duda sus consecuencias. Monbiot investigó las fuentes de decenas de papers y supuestas investigaciones que desmitificaban el calentamiento global y descubrió que casi todas ellas eran financiadas, directa o indirectamente, por Exxon. Aunque Monbiot dice que los think tanks y organismos detrás de esta campaña no inventan información, seleccionan la que les conviene -aunque después sea contradicha- y le dan un carácter de verdad absoluta que diseminan por el mundo.

“No existen pruebas convincentes de que la emisión humana de dióxido, metano y otros gases invernadero esté causando o vaya a causar en un futuro próximo ningún calentamiento catastrófico de la atmósfera terrestre, con el consiguiente trastorno del clima de la Tierra. Además, existen sólidas pruebas científicas de que el aumento del dióxido de carbono atmosférico produce muchos efectos beneficiosos en los entornos naturales, tanto vegetales como animales”, señala un informe de una de las organización ligadas a Exxon y publicado en 1998.

De acuerdo a Monbiot, en este campo la petrolera ha seguido los pasos de otra industria con fuertes redes de lobby: Phillip Morris, la mayor tabacalera del mundo. En su estrategia para desacreditar los estudios sobre los efectos del cigarrillo, Phillip Morris incluso creó un supuesto movimiento nacional destinado a desechar las investigaciones científicas críticas del tabaquismo y promover una “ciencia responsable”. El grupo se llamó Coalición para el Avance Responsable de la Ciencia (TASCC, por sus siglas en inglés).

Entre 2000 y 2003, dice Monbion, TASCC recibió recursos de Exxon y se convirtió en la “primera y más importante organización subvencionada por empresas en negar que hubiera cambio climático”. El sitio web junkscience.com (ciencia basura), uno de los principales centros de distribución de información sobre el supuesto mito del cambio climático, depende de TASCC.

El caso de Chile

Las distintas investigaciones que se han realizado en Chile determinan que el calentamiento global ha tenido un impacto moderado en el país. Si bien la temperatura promedio se ha elevado en el mundo, no es así en todas partes. A diferencia del Hemisferio Norte, en Chile no se advierten alzas de temperatura significativas. Según los estudios que ha realizado Patricio Aceituno, del Departamento de Geofísica de la U. de Chile, en los últimos 30 años la temperatura ha estado estacionaria o ligeramente descendente. “En Chile el efecto del calentamiento de la Tierra será más lento porque en él colabora la gran masa oceánica que está frente a Chile. ??sta, de cuatro kilómetros de espesor, evita que el continente se caliente, lo que finalmente influye en las temperaturas”, dice el científico.

Para Gino Cassasa, del Centro de Estudios Científicos de Valdivia (CECS), en Chile ha habido un calentamiento en los sectores altos de la cordillera de los Andes. “Aunque esta situación no es tan evidente en algunos registros climáticos de la zona costera ni en los valles, es muy evidente a partir de las observaciones del comportamiento de los glaciares. En el último siglo, se ha demostrado que éstos han retrocedido en manera importante y ello obviamente se explica por el calentamiento atmosférico. Más del 90 % de los glaciares en Chile está en franco retroceso”, dice el científico radicado en Valdivia.

Según el investigador, dos son los casos más dramáticos: el glaciar O’ Higgins, en Campos de Hielo Sur, que se está monitoreando desde 1995, ha retrocedido 15 kilómetros en los últimos cien años. El otro récord es el glaciar Marinelli, en la cordillera de Darwin, en la región de Magallanes. Este glaciar ha tenido un retroceso a una tasa de 787 metros por año en los últimos 15 años. Un aumento del efecto invernadero, explica Cassasa, aceleraría el retroceso y pérdida de masa de los glaciares, lo que, agrega, podría afectar a futuro los recursos hídricos.

Otro de los efectos que se están sintiendo en Chile, a juicio de oceanógrafo Silvio Pantoja, investigador de la Universidad de Concepción, es que el océano está experimentando una disminución en la producción del fitoplancton (fotosíntesis). “Eso tiene repercusiones claras en Chile, e incide en la disminución de la fauna marina y recursos pesqueros. Al calentarse el agua, se impide la entrada de nutrientes desde el fondo marino y, por lo tanto, baja la fotosíntesis”, explica.

Recientemente concluyó el primer estudio integral de cambio climático en Chile, que se enmarca en los proyectos de los Anillos de Investigación y Ciencia Tecnológica del Conicyt. En la iniciativa participaron investigadores del Centro de Oceanografía de la Universidad de Concepción, de Climatología de la Universidad de Chile y del Centro Climatológico de Chile. El informe, que ya fue enviado a las autoridades de la Conama, responde tres preguntas básicas: qué está pasando con el clima en Chile hoy; por qué está ocurriendo este cambio; y qué va a suceder en las próximas décadas. Si bien los resultados del estudio se darán a conocer en marzo, ha trascendido que el área más afectada será la agricultura.

Bibliografía ambiental

Una verdad incómoda, de Al Gore (ver)

El mayor best seller ambiental de todos los tiempos, el libro del ex vicepresidente de Estados Unidos Al Gore está inspirado en las conferencias ambientales que viene dando desde que se alejó de la política tras perder en la carrera presidencial.

En el texto Gore hace un exhaustivo diagnóstico de las causas y consecuencias del calentamiento global -que mezcla con su propia historia-, así como de los mecanismos para reducirlo. Gore cree que el desarrollo económico es compatible con el cuidado del ecosistema, siempre que se den, dice, los pasos en la dirección correcta.

El libro también dio lugar a un exitoso documental -el tercero con mayores ingresos de la historia- homónimo disponible en DVD en Amazon.com.

The weather makers, por Tim Flannery

Destacado biólogo y paleontólogo australiano, Flannery es un referente mundial en el campo y fue uno de los precursores en la investigación del cambio climático. Ampliamente documentado y a la vez didáctico, el libro repasa los principales conceptos del tema -deteniéndose en el significado de efecto invernadero, calentamiento global, etc.- y su relación con eventos catastróficos como los huracanes, las sequías y ciclones. Ante todo, la investigación de Flannery -considerada excesivamente alarmista por algunos- constituye una advertencia sobre los riesgos derivados de la alta polución de dióxido de carbono en la atmósfera.

Field notes from a catastrophe, por Elizabeth Kolbert

El libro de la periodista Elizabeth Kolbert es considerado una visión desapasionada, clara y profunda sobre las consecuencias del cambio climático. El libro es parte de su larga investigación sobre el tema para la revista The New Yorker, que la publicó en tres largos capítulos. Con un amplio reporteo en terreno y un énfasis político y social, Kolbert aventura, por ejemplo, los efectos concretos del calentamiento global en las vidas de ciertos grupos de esquimales de Alaska o en la desaparición de determinadas especies.

Tres expertos chilenos

Gino Casassa

Ingeniero hidráulico de la Universidad de Chile, realizó un M.Sc. en Geofísica y Glaciología en 1989 en la Universidad de Hokkaido, en Japón, especializándose en las avalanchas de nieve. En 1993 obtuvo su PhD en la Universidad de Ohio, EE.UU. Actualmente es investigador de glaciología y cambio climático del CECS de Valdivia.

Entre sus investigaciones figuran los sobrevuelos en la Península Antártica y en la Antártica Occidental, en el Mar de Amundsen al sur de Isla de Pascua.

Patricio Aceituno

Miembro del Departamento de Geofísica de la U. de Chile, ingeniero civil eléctrico y PhD en Meteorología. Ha realizado trabajos sobre dinámica del clima en Chile y Sudamérica. También ha investigado el fenómeno del Niño y sus efectos.

“Me ubico en un punto intermedio entre las posiciones más catastrofistas -ya que en este tema hay mucho sesgo- y entre los que señalan que la Tierra tiene una capacidad infinita de autorregularse. No hay duda de que la tierra se está calentando y que es un proceso irreversible, pero todavía hay mucha incertidumbre al respecto”.

Silvio Pantoja

Integrante del Departamento de Oceanografía de la Universidad de Concepción. PhD de la Universidad de New York, hizo un posdoctorado en el Departamento de Química Marina y Geoquímica del Instituto de Oceanografía de Woods Hole.

Actualmente está estudiando el registro químico del sedimento marino para interpretar cambios de temperatura en el pasado en el océano del norte de Chile, frente a Concepción y en los fiordos del sur del país. Además, realiza investigaciones sobre el intercambio de dióxido de carbono entre el océano y la atmósfera.

Los referentes mundiales

Al Gore

Después haber sido vicepresidente de Bill Clinton entre 1993 y 2001 y candidato presidencial, Al Gore lanzó su cruzada internacional contra el cambio climático. Aunque Gore viene siguiendo el tema ambiental desde los ’70 y en los ’90 fue un fuerte promotor del Protocolo de Kyoto, a partir de 2001 -después de perder su candidatura presidencial- se ha dedicado a dar charlas por el mundo advirtiendo sobre el avance del deterioro ambiental mundial. En total, en los más de diez años que lleva en esta campaña, ha dado más de mil conferencias en el mundo. Esas conferencias dieron pie a Una verdad incómoda, cuyo éxito como libro y documental ha sido arrollador.

James Lovelock

Destacado científico y ambientalista inglés, James Lovelock se hizo conocido por su célebre “hipótesis Gaia”, según la cual el mundo funciona como un superorganismo. Ha colaborado con la Nasa en el desarrollo de numerosos modelos e instrumentos utilizados para medir la atmósfea en el espacio. Referente mundial de los movimientos ambientales, en 2004 produjo una gran polémica al declararse partidario de la energía nuclear como única alternativa a los combustibles fósiles que elevan el efecto invernadero. Su declaración le significó romper con muchos ecologistas. “Sólo la energía nuclear puede detener el calentamiento global”, dijo entonces.

David Cameron

El líder del Partido Conservador británico es uno de los granes impulsores de la lucha contra el cambio climático en su país. Cameron -quien suele referirse al tema en sus discursos- ha dicho que enfrentar este problema “es una responsabilidad hacia la próxima generación”, e incluso armó un comité para contribuir a que Gran Bretaña logre la reducción de emisiones de Kyoto en 2010. También ha anunciado que si llega al gobierno cambiará el actual “arancel del cambio climático” -que debe pagarse al contaminar- por un impuesto al uso del carbón.

Volver inicio ricardoroman.cl