En Quépasa aparece esta semana esta buena semblanza de la vida del Senador chileno Fernando Flores, un gran amigo y mentor, quien ha liderado durante estas semanas la indignación nacional en contra de la corrupción, que aunque controlada, amenaza con instalarse en la cultura de la coalición de gobierno. Es interesante el artículo porque muestra la figura intelectual y empresarial que es Flores en el mundo, lo cual a nuestro país le cuesta tanto comprender y más reconocer. Quizás con Humberto Maturana y el fallecido biólogo Francisco Varela deben ser los chilenos que más han trascendido con sus aportes intelectuales fuera de Chile. Felicidad, salud y suerte para el senador:
FernandoFlores: Perfil de un outsider
Desconcertó a la clase política y a la propia presidenta Bachelet al revelar que recibió en privado a la mandataria en su casa. Y de paso sepultó su vieja amistad con el jefe de su partido, Sergio Bitar. Todo en medio del escándalo de corrupción que sacude al PPD. Considerado un político arrogante por algunos y un gurú de la tecnología por otros, el senador Fernando Flores ha recorrido un largo camino desde el revolucionario ministro de Salvador Allende hasta el millonario hombre de negocios que quiso ser presidente. Por Claudia Farfán y Sebastián Minay Continúa: I: El precoz ministro
Tenía apenas 28 años, pertenecía a la elite del MAPU, era gerente general de la Corfo en el gobierno de Salvador Allende y ya debutaba con su primera excentricidad. En 1971, Fernando Flores Labra contactó al ingeniero británico Stafford Beer para diseñar una red que sistematizara la producción en las empresas estatales. Allende se entusiasmó con el plan y le dio luz verde a Flores para instalar un sofisticado terminal llamado Cybersyn en La Moneda que, vía télex, debía recibir informes diarios de cada punto productivo. Aunque no llegó a operar del todo, hoy se le conoce como “la internet de Allende”, y es citada por los conocidos de Flores como un ejemplo de su obsesión por el desarrollo tecnológico y sus aplicaciones sociales. Su perfil y juventud le permitieron ingresar al entorno de Allende, y convertirse en 1972 -con sólo 29 años- en ministro de Economía.
En el gabinete conoció al general Carlos Prats -quien había asumido en Interior-, con quien llegarían a ser grandes amigos. Cuando el gobierno entró en crisis, Flores se trasladó a la cartera de Hacienda y luego fue ungido ministro secretario general de Gobierno. Para entonces el golpe militar ya era inminente y, según el senador PS Jaime Gazmuri, hasta en eso Flores fue un adelantado: en su libro “El Sol y la Bruma”, el entonces jefe del ministro en el MAPU relata que poco antes del “Once” Flores llegó a su casa de madrugada a decirle que estaba convencido de que Pinochet estaba detrás del golpe y que debía pedirle a Allende que lo llamara a retiro. Pero Gazmuri le dijo que, si no tenía pruebas, no bastaba. Gazmuri se dio cuenta que Flores tenía razón el mismo 11 de septiembre.
El senador recuerda que esa mañana Flores se cuadró ante su superior en el MAPU, esperando instrucciones:
– Bueno, jefe. ¿Qué hago yo?
– Te vái a La Moneda, poh. A estar con el presidente.
– Pero nos van a matar -retrucó Flores.
– Es altamente probable, pero estás jodido. Lo tienes que hacer- para Gazmuri era claro que un ministro del MAPU no podía dejar botado al mandatario en ese momento..
– ¿Y tú? ¿Qué vas a hacer?- despachó Flores de vuelta.
– No, yo no voy a ir a La Moneda. Me voy a quedar dirigiendo el partido, y si nos ganan, paso a la clandestinidad.
– Ah, tu pasái a la clandestinidad- apuntó el hoy senador PPD.
– Sí, no te preocupís. Me voy a quedar aquí.
Esa misma tarde de martes, Gazmuri se refugió y Flores cayó preso junto con el resto de los defensores de La Moneda. Años después, ambos se mandaron “recados de que estábamos en paz, de que cada uno hizo lo suyo”, dice Gazmuri.
II: Prisión en Isla Dawson
Aunque cuatro días después del golpe Prats envió una carta a Pinochet donde le pidió revisar el caso de Flores con el argumento de que “contribuyó a frenar ímpetus de otros con sus francos consejos al presidente”, el ex ministro fue enviado por los militares al campo de prisioneros de Isla Dawson, junto a muchos integrantes del gabinete, entre ellos Sergio Bitar. En Dawson se hizo íntimo amigo de este último. “Fernando desarrolló una amistad profunda con Sergio Bitar, también con Luis Corvalán, Carlos Matus y Hugo Miranda”, recuerda el ex titular de Educación Aníbal Palma.
En su libro “Isla Diez”, Bitar recuerda que los oficiales de la Armada que controlaban la isla les permitían a los prisioneros hacer seminarios sobre diversos temas, en los que Flores solía hablar de cibernética. Según el texto, también preparó un programa sobre física: “Tenía varios libros sobre el tema y propuso materias elementales relacionadas con electricidad y magnetismo. Después pasó a la física cuántica y de partículas. Entonces, Weidenlaufer (el comandante a cargo del campo) lo puso a prueba sobre el significado de esto y aquello, hasta que se dio cuenta que sus conocimientos basados en un par de años en la Escuela Naval no le permitían ir más lejos”.
Flores después fue trasladado con otros prisioneros a un recinto en Ritoque. Aníbal Palma recuerda que allí pasaba por períodos de reflexión e introspección “en que era capaz de leer cinco libros en una semana”. “También jugaba dominó”, dice el ex ministro de Educación de Allende, quien precisa que si bien Flores resulta una persona “hosca y retraída en público, en la intimidad es un tipo amistoso, simpático y con sentido del humor”.
Flores fue finalmente llevado al centro de detención de Tres Álamos, en Santiago, donde lo visitó varias veces Tomás Moulián, quien le llevaba libros. Flores también conoció allí al biólogo y Premio Nacional de Ciencias Humberto Maturana, a quien le pidió que lo visitara para que le explicara lo esencial de la teoría sobre la biología del conocimiento y del lenguaje. Durante ocho meses Maturana lo visitó en Tres Álamos, generándose entre ambos una relación de respeto y de amistad.
Aunque Maturana viajó a Estados Unidos en un par de oportunidades a dictar cursos junto a Flores, ambos se distanciaron durante un seminario en 1989. “Nos separamos debido a mi intransigencia de afirmar que uno no puede hablar del quehacer empresarial sin poner a la ética como el centro de ese quehacer, de modo que todo lo demás estaría subordinado a eso. Y sigo pensando así”, dice Maturana.
III: Exilio y renovación
Flores pudo salir libre en 1976 gracias a intensas gestiones en las que terció hasta Amnistía Internacional. Otros recuerdan que también intervino Jaime Guzmán, quien, a pedido del hoy ejecutivo Guillermo Agüero -amigo y alumno de Flores-, recurrió al secretario del Tesoro de Estados Unidos, George Schultz, para ayudar a su liberación y salida del país.
Con 33 años, Flores aterrizó en San Francisco en agosto de 1976, junto a su esposa Gloria Letelier y sus cinco hijos. Aunque hablaba mal inglés, bajo el brazo llevaba un contrato por un año para hacer clases en la Universidad de Stanford. Los Flores Letelier se instalaron en una pequeña casa en el sector de Cupertino, conducían un viejo “Escarabajo”, y el hoy senador repartía su tiempo entre las clases y un doctorado en Filosofía Analítica del Lenguaje y Filosofía de la Ciencia en Berkeley.
Mientras el ex ministro trabajaba y estudiaba, su mujer envolvía sándwiches en una aerolínea y sus hijos repartían diarios y atendían en locales de comida rápida. Aunque algunas fuentes dicen que su proceso de renovación ideológica comenzó al llegar a Estados Unidos, quienes conocen a Flores señalan que nunca fue muy ortodoxo durante la UP, y una vez instalado en el extranjero, estaba decidido a poner en práctica las reflexiones sobre comunicación y teoría lingüística que había craneado en Dawson.
En ese tiempo, sus nexos con sus ex compañeros del MAPU se redujeron al mínimo, hasta desvincularse. “Andaba en otra, muy en su asunto académico. No tuvo una participación activa en la política en el exilio”, resume Gazmuri.
Más preocupado de su vertiente profesional que de la política, Flores dio su primer golpe con Terry Winogard, uno de los gurús de la informática de Stanford. Ambos escribieron el libro “La comprensión y el conocimiento de la computación, un nuevo diseño”. La revista especializada Byte lo consideró uno de los diez libros de tecnología más revolucionarios de los ’80. Con Winogard, Flores desarrolló la marca registrada que le abrió las puertas en EE.UU.: la teoría de “Workflow” -basada en los postulados de otra figura de Berkeley, John Searle-, que permite mejorar la productividad de las compañías mediante la coordinación y el lenguaje de sus empleados. La idea fue aplicada a importantes multinacionales como Young & Rubicam, General Motors y la IBM.
IV: Gurú informático
Involucrado de lleno en el tema tecnológico, Flores solía recordar que, pese a Cybersyn, a la UP le había penado la falta de coordinación en el manejo de las empresas. Con el plus del “Workflow”, insistió en que la coordinación en las empresas dependía de un concepto que llamó “conversaciones para la acción”, que apuntaba al cumplimiento de los compromisos y promesas interpersonales. Aunque etéreas para algunos, el sofisticado Estados Unidos de los ’80 era el terreno ideal para esas ideas, y Flores fundó la empresa Action Technologies Inc. Luego vino el software “El Coordinador”, una herramienta que materializaba su teoría del “Workflow”.
Aunque un viejo conocido suyo del PPD dice que el senador “tiene una tremenda habilidad para vender cara el agua tibia”, el negocio funcionó: para 1991 había vendido más de 100 mil copias del programa, y luego fundó otra firma, Business Design Associates (BDA). “El mérito de Flores es que le dio un uso práctico a las teorías del lenguaje que se enseñaban en la academia y las aplicó al trabajo de las empresas”, dice Mario Valdivia, ex ejecutivo de BDA y amigo suyo.
Aunque sus ideas y proyectos prosperaban, se había hecho conocido por su carácter controvertido y escasa amabilidad en público. Muchos lo consideran arrogante, como lo notaron quienes -años después- lo leyeron en la prensa santiaguina, señalando que “hay pocos chilenos que han logrado el nivel de desarrollo tecnológico que yo he logrado”. “Su mala educación es un arma que usa para descolocar a la gente. Si las personas quedan atónitas, arrasa con ellas”, dice un ex MAPU. En 1995, por ejemplo, los ejecutivos de la eléctrica canadiense TransAlta se quejaron de la brusca metodología del chileno. A Flores, dicen, eso le daba lo mismo. En los ’90 ya se había convertido en un consultor de renombre y viajaba con una maleta llena de libros recién salidos al mercado (se ufana de leer mil textos al año) y hasta hoy lee sagradamente “The Economist”.
Por entonces consiguió un contrato con la cementera azteca Cemex y abrió oficinas en Monterrey, México. Entre los ejecutivos que conoció allí figuraba el magnate Carlos Slim -el hombre más rico de América Latina, según Forbes-, gran amigo suyo hasta hoy. Convertido en un “gurú” de la tecnología, se paseaba por el mundo dando conferencias, y tenía cerca de 200 consultores en varios países. En 1995 la revista Fortune calculó que su patrimonio podía llegar a los US$40 millones.
“Fernando es sumamente respetado en los círculos internacionales sobre estudios de la comunicación. Ha publicado una infinidad de libros con las mejores editoriales. Sus trabajos son citados por científicos y académicos. Me he encontrado con gente en los lugares más apartados del mundo, que al saber que soy un chileno en California me han hablado de Fernando. Siempre con gran admiración”, dice Sebastián Edwards, quien conoció a Flores en Washington a mediados de los ’90.
V: Desembarco empresarial en Chile
En 1992, Flores fue invitado por el entonces ministro de Mideplan, Sergio Molina, a un taller sobre el “Futuro de Chile y la creación de confianza”, al que asistieron Ricardo Lagos, Eduardo Frei y empresarios como Ricardo Claro. Tras la cita, fue contratado para asesorar a empresas nacionales, comenzando por Codelco, Telefónica, BCI, y Sodimac. Aunque aún no se radicaba definitivamente en Chile, Flores no se fue más. Se hizo conocido, y su estilo le granjeó seguidores y detractores.
Es larga la lista de interlocutores de Flores que han quedado “shockeados” con sus frases, como una periodista que durante un seminario en el Hotel Sheraton recibió de vuelta un breve “No pregunte huevadas”.
En 1996, la CTC lo contrató para realizar una asesoría de mejoramiento de gestión que se llamaba Proyecto de Cambio y que costó US$ 6 millones. Gerardo Martí, ex vicepresidente de servicios de multimedias, rescata el aporte de Flores a generar una visión estratégica de la empresa ante la tecnología de la información y recuerda que hasta organizó una visita “para un grupo de ejecutivos a Silicon Valley, donde estuvimos con altos ejecutivos de las compañías más importantes del mundo de las tecnologías de la información, como Microsoft y Oracle. Ese viaje marcó un hito en CTC”. Pero Martí también tiene una visión crítica del estilo que Flores mostraba en los talleres que dirigió a grupos de ejecutivos: “Me tocó presenciar situaciones en las cuales Fernando atacó dura e injustamente a algunas personas, llegando incluso a hacerlas sentir mal, francamente humillándolas”. En esa época, Flores sentaba a los ejecutivos en medio de sus pares, y obligaba a los asistentes a emitir juicios negativos. Cuando los comentarios no eran fuertes, los obligaba a repetir el ejercicio.
Inmune a las críticas, Flores fundó en 1998 el “Club de Emprendedores”, una suerte de comunidad orientada a reflexionar sobre el futuro. Había que pagar cinco mil dólares anuales para participar. Sin embargo, la iniciativa quedó congelada un par de años después, cuando Flores lanzó su candidatura al Senado. También vendió BDA a la firma irlandesa Vision Consulting en varios millones de dólares. Y hoy dedica su energía a sus fundaciones AtinaChile, Mercator, País Digital y el Colegio Altamira, que compró en US$6 millones. Pero no todos comparten su estilo de negocios. “Ha armado un cuento donde mezcla a Martin Heidegger con la cibernética, y hace un cóctel raro que nunca lo he entendido. Hay gente que lo encuentra genial y otros no”, comenta un empresario vinculado a País Digital.
VI: Aterrizaje político
Su amistad con Sergio Bitar, forjada en el gabinete de Allende y en Isla Dawson, fue crucial para el regreso de Flores. Todos coinciden en que eso le abrió a Flores las puertas del PPD, y a nadie le extrañó cuando Bitar anunció que deseaba cederle a su viejo amigo el cupo por la I Región. La apuesta de Bitar era una eventual carta presidencial. Pero quienes conocen a Flores coinciden en que la Primera Región era sólo un paso para su gran objetivo: la presidencia. Pese a ser un afuerino en Arica e Iquique, desplegó una campaña que hasta sus propios contendores reconocen que rompió esquemas. Eso quedó clarísimo en marzo del 2001, cuando aterrizó en Iquique en un jet que le prestó Carlos Slim. Pocos días después Flores llevó a su amigo, el ex mandatario español Felipe González.
Aunque la campaña senatorial -en la que competía también el DC Enrique Krauss- estuvo plagada de polémicas y rencillas entre los candidatos del oficialismo, su avasalladora máquina se impuso: él y el candidato UDI Jaime Orpis ganaron con un 30,51% y un 24,65% respectivamente, mientras Krauss marcó apenas un 8,90%.
Reacio a entrar en polémicas momentáneas, optó por sumergirse en el Congreso, pero esa estrategia le impidió levantar una plataforma fuerte. Dos años después, cuando Bachelet ya se perfilaba, el senador se enredaba en sus primeras disputas con su principal competidor, Guido Girardi, a raíz del caso cartas -el envío de cartas para la campaña interna del PPD con cargo a la presidencia de la Cámara-, y además había emergido otro precandidato: Sergio Bitar. A esas alturas, el senador tampoco contaba con un férreo respaldo de Lagos. Aunque Flores ayudó al ex presidente en la campaña de 1999, y pese a que Lagos lo acompañó en la inauguración del Colegio Altamira, un ex ministro de ese gobierno sostiene que la relación entre ambos era “funcional”. Y cuando Bachelet fortaleció su opción, Flores terminó por chocar definitivamente con su amigo, quien bajó su candidatura por la prensa, dejándolo en una incómoda situación.
Flores se bajó, pero la relación se resquebrajó. Eso no le impidió a Flores colaborar con la campaña de Bachelet cuando ella lo llamó, poco antes del debate televisivo en Hualpén ante Soledad Alvear. Pero un ex integrante del comando recuerda que la experiencia no fue grata, porque Flores “teorizaba demasiado hablando de organizaciones humanas, de tecnología, y la candidata se desesperaba”.
El futuro de Flores es ahora una incógnita. Si bien muchos creen que dejará el país cuando termine su período como senador, en su ofensiva sobre el PPD se conjugan varios factores. Por un lado está su genuina molestia ante lo que ha definido como el estilo mafioso en la política. Pero también está su interés por cobrarle viejas cuentas a Girardi. Como todo político, sabe que aquí hay amenazas y oportunidades. Su mayor riesgo es que este episodio lo deje políticamente aislado, aunque también puede convertirlo en el líder de un movimiento por la transparencia que le permita renovar su plataforma política.
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el perfil político de Fernando Flores dista mucho de “mis ideas” aún asi siempre se ha merecido mi admiración y respeto. Hoy cuando cada día descubrimos nuevas faltas a la ética, Fernando flores co9n la verdad y transparencia enfrente.
Ricardo:
Como siempre muy buen articulo. Nosotros perdimos en Arica, ya que este Sabado nos reuniriamos con el Senador, los ex alumnos del Diplomado, donde tuve el privilegio de conocerte, y los del Morrocotudo, para hablar de Arica Digital. Sera para mas adelante, y que bueno el Senador se la juegue por la trasparencia y probidad. En especial con Chile Recortes. Siempre habra detractores. pero muchos los agradecidos que se terminen los “manos de murras” Un abrazo profesor.
n2d Yo la verdad es que le encuentro nada del otro mundo al Sr. Flores. Sus méritos de “emprendedor” se ven opacados por su evidente ambición y por un innegable estilo prepotente y pedante.
Creo que es un sr. político más y que en su pugna a muerte con Girardi pretende verndernos la imagen de probo para a partir de ello levantar el perfil nacional del que siempre ha carecido.
gracias
Señor “Juanito”,
Aún necesitamos avanzar como cultura nacional en hacernos responsbales de las declaraciones que hacemos.
No tengo problema en aceptar puntos de vista diferentes a los míos en mi blog, pero te pediría que lo hagas con tu nombre real.
Eso no tiene consecuencias si se hace con respeto, y considero tu opinión está en ese marco.
En relación al fondo de lo que planteas, no discuto tu opinión de desconfianza y desacuerdo con el Senador Fernando Flores, porque no me interesa imponer mi opinión de total valoración de su papel en Chile, pero sí insisto en que su relevancia internacional es ividente e inegable, y que más allá de valorar sus inteciones, la tarea que ha emprendido de denunciar la corrupción es necesaria y urgente .
Te agradezco comentar en mi blog y espero que el siguiente sea firmado.
Saludos
Ricardo Román
ricardo:
1. obviamente tu mirada sobre Fernando Flores esta delimitada por tu historia y tu relación con él, sus ideas y su forma de mirar el mundo.
2. pero lo que no debes olvidar es que nadie hace algo desde un punto neutro. Digo esto por que Flores lo hace desde una opción y posición de poder, no sólo político. En tal sentido la opción de estos días del senador ha sido la utilizar una coyuntura para “pasar cuentas” al interior de su colectividad.
3. además esta claro ha esta altura del partido que el senador tuvo una oportunidad estratégica potente pero que no tuvo la visión para capitalizarla por completo y hoy al igual que como actua la mayoría de la clase política, saca cuentas a ver cual es la relación de costo-beneficio que se ha producido.
4. finalmente es cierto que Fernando Flores ha desarrollado una linea de pensamiento interesante y que poco tiene que ver con nuestra cultura tan poco acostumbrada a decir las cosas de frente y eso se le agradece.
que estes bien…un abrazo
Estimado Mario, antes que nada es un gusto saber de ti.
También es un gusto leer la seriedad en que expresas tus puntos.
Eso invita a dialogar, de buen ánimo y sin descalificar.
Comparto y reconozco lo que dices sobre mi visión condicionada por mi afecto por Fernando Flores.
Te puedo contar, que he trabajado cercano a Fernando por catorce años, algunas veces en relación cercana a la política y siempre he tenido una acogida abierta de parte de Fernando, siendo yo de la DC. Lo mismo otras personas de otras tendencias políticas. Por cierto, que también se pueden sacar cuentas acerca que eso le conviene y que está todo planeado, pero en fin, esa ha sido mi experiencia, además de muchas otras de afecto y generosidad que le he visto con otras personas y conmigo mismo. Lo considero de verdad un amigo.
Me gustaría ayudar a superar en mi partido la DC, esta supesta renuncia al poder, que hace ver negativa la actitud de búsqueda del poder, como si a nuestros representantes DC presentes y pasados les hubiera caído desde el cielo la inspiración y el llamado del pueblo. No veo nada de ilegítimo en buscar acceder al poder, si esto tiene un sentido más allá que detentar el cargo. Con la distancia del tiempo, cada vez veo con más respeto y admiración que el Presidente Aylwin se jugara por la Presidencia, sobre todo, porque hizo un gobierno fundacional histórico que marcará nuestro futuro por mucho tiempo. Lo mismo Valdés, el presidente Frei Ruiz-Tagle o Andrés Zaldivar. Qué vergüenza deberíamos tener porque ellos se jugaran por el poder. En Buena hora. Por lo que si Flores tiene apuestas de poder en lo que hace, ojalá que le vaya bien, porque tiene proyecto y motivaciones de sobra para hacerle bien a Chile y eso sí que me consta.
El peor de los casos es un diputado DC que critica a Flores por tener relación con los negocios, como si eso fuera un pecado del cual la DC estaría libre. Esa doble conciencia es la que hace caer en falta de transparencia a la DC, no convoca e impide tener una fuerza para promover un futuro para Chile. Transparentar la ambición por el poder y por la riqueza, que no son contradictorios con valores como la honestidad y la solidaridad y que -en cualquier caso- están expandidos en una buena parte de la DC, es un buen propósito para hacer fuerte a un partido que tiene mucho que ofrecer al Chile del futuro. Más que aparente modestia, prefiero un partido sincero, que promueve las grandezas y persigue las bajezas con transparencias, pero especialmente que promueve la eficacia, la colaboración, el compromiso y especialmente un proyecto de inclusión en el mundo del siglo XXI, con mercado y tecnología, pero con solidaridad inclusiva de los que quedan fuera. Pero negar el futuro, la modernidad, la competencia del mercado, la innovación tecnológica es sólo una apuesta voluntarista, paternalista, excluyente en los hechos y, en fin, deshonesta a esta altura de nuestra historia.
Por supuesto, que es seguro que compartes la mayoría de mis propósitos que aquí declaro,
Un saludo afectuoso y espero que sigamos dialogando,
Ricardo
hola profe, la verdad es que yo no conozco lo suficiente al Senador Flores como Para defenderlo, justificarlo o mucho menos atacarlo o agredirlo , confiar o dudar de su palabra, lo cierto es que quien trabaja con la verdad nada debe temer.
Mucho se puede decir de su capacidad intelectual, su capacidad para los negocios, su capacidad de oratoria Hoy en los ultimos dias podemos decir que tambien tiene capacidad de traicionar a los que lo ayudaron a crear su perfil politico Independiente de que pueda estar de acuerdo o no con el Transantiago, para donde va o no va la concertacion, no es posible que se preste para con la Derecha gestionar acuerdos politicos instrumentales y asi tomar el poder de una institucion del estado Un ex Mapu, un ex ministro de Allende no puede caer tan bajo, por solo una cuota de poder transitoria. Una cosa es decir no al Transantiago porque veo que no va a ningun lugar, pero otra distinta es hacer negocios con personas que lo encerraron y le negaron su ciudadania. O me van a decir que esta dando un gran ejemplo cuando firma un acuerdo con la derecha y aparece al lado de Novoa ? Sea consecuente Señor Flores, la concertacion lo puso en el Senado de la Republica, no la derecha. Si quiere ejercer sus cualidades como independiente, sealo efectivamente y no un traidor que ante el poder queda seducido
En Chile siempre estamos tirando para abajo al que le va bien, y miramos con resentimiento y sospecha al que gana dinero y prestigio, aún más si lo ha hecho en el primer mundo, y es algo que efectivamente ocurre en el caso de Flores. Ahora bien, a mi no me interesa el poder y desconfío un poco de los que lo buscan con avidez. La función de las palabras "emprendimiento", "futuro", "cambio", "liderazgo" o "globalización tecnológica" en los discursos desarrollados en los ultimos años es esconder algo que es más que evidente: "estamos aqui para hacer dinero y promover también la importancia de hacerlo, ¿nos quieres acompañar?" Una invitación que es más vieja que el hilo negro, y de la cual yo paso.
Vivimos en una cultura ansiosa y depravadora que valoriza cada vez más el futuro, el tener, el proyectarse, que menosprecia la mirada sobre el presente como la solución a nuestros problemas. Al respecto recomiendo el excelente libro "Amor y juego, Fundamentos olvidados de lo humano" de H. Maturana. También una buena ilustración de lo que comento está en la película "There will be blood" (Petroleo sangriento) de Paul Thomas Anderson, sobre todo en la parte en que el codicioso personaje interpretado por Daniel Day Lewis les suelta un discurso "de futuro" a los dueños de los campos de petróleo. Una vez más, la historia se repite.
Felicitaciones por el blog.
Apoyo su argumento y la decisión tomada , gracias por ayudar a detener la impunidad.
Yo creo que no es tan así. Más que traidor, Flores parece un ingenuo. Estoy muy de acuerdo con la crítica que hace a la concertación, pero no pongo énfasis en el tema de la corrupción, pues, la corrupción no es algo propio de ésta coalición, sino que del poder en sí. Flores habla de cambios profundos en la educación y en la estructura del país, pero por lo mismo me parece ingenuo, y quizás demasiado para un hombre tan inteligente. No me cabe en la cabeza que pueda creer que esos cambios se podrán hacer en el mandato de la derecha. Se precisa de una muchísima mejor educación, para formar buenos profesionales que nos hagan a futuro producir nuestras propias riquezas (el costo que enfrentamos por no poder generar tecnología propia es enorme, por ejemplo). Se necesita más transparencia de la información y menos abuso empresarial, sobretodo en ciertas áreas críticas. Dudo que alguna de estas cosas se puedan realizar efectivamente con el representante mismo de la contradicción más grande que tiene el sistema que utilizamos para moldear nuestra economía y sociedad.
Es lamentable por lo tanto, que Flores de su apoyo a tal personaje, creo que como político independiente podría hacer mucho más, pues si bien la concertación está más que desvirtuada, es una posición muy primitiva asumir automaticamente que la oposición traerá “el cambio”, y en este último punto me refiero más a la gente común que a Flores.
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