Estonia
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Es cierto que las compañías privadas han hecho grandes transformaciones económicas, pero también hay que reconocer el fuerte impulso de los gobiernos en las experiencias recientes de desarrollo económico, tecnológico y social, en Asia y en Europa. Necesitamos más Estado en el desarrollo estratégico de nuestros países, pero un Estado que lidera, toma riesgos y tiene la visión del cambio hacia la sociedad a la cual nos encaminamos: información, del conocimiento o digital. Las versiones locales de la estrategia neoliberal de ???poco Estado y mucha iniciativa privada??? han quedado pequeñas frente al impulso de la colaboración gobiernos-sociedad-empresas que han transformado países completos. El desafío es que en América Latina los empresarios apuestan a corto plazo, pero los gobiernos también. Aquí una experiencia que trae esperanza:

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Caso ejemplar

El gran despegue de e-Stonia

La ex nación soviética, de poco más de un millón de habitantes, ha declarado el acceso a internet como un derecho humano. No por nada las tres grandes aplicaciones de internet, Skype, Kazaa y Hotmail, fueron desarrolladas en el llamado e-Stonia.

Catalina Correia C.

Luego del colapso de la Unión Soviética, muchos pensaron que los países que se independizaron tendrían un duro camino para alcanzar el desarrollo. Y si bien así ha sido para muchas ex naciones soviéticas, Estonia (Ver mapa) sin duda es la excepción. Con poco más de un millón de habitantes, este país se alza como uno de los más tecnologizados del mundo.

No ha sido un camino fácil. Luego de la independencia, en 1991, los estonios se dieron cuenta de que su nivel de vida era muy inferior al de sus vecinos nórdicos. Y a nivel de Estado se trazó un plan estratégico a largo plazo, que después de quince años está dando frutos. Claro, también ha ayudado la proximidad geográfica, lingüística y cultural de Finlandia, el país informático por excelencia.

El salto del tigre

Así, Estonia invierte cerca del 1% de su presupuesto nacional en el desarrollo de la sociedad de la información, lo que se traduce en que el 52% de los habitantes tiene acceso a internet y 91% cuenta con un celular, aun cuando su ingreso per cápita es todavía muy inferior al del resto de sus vecinos de Europa Occidental y sigue siendo uno de los países más pobres de la Unión Europea.

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Pero esto no ha impedido que el acceso a internet sea un derecho constitucional, y los ciudadanos pueden llevar a cabo gran número de formalidades administrativas a través de la red, empezando por la declaración de la renta. Al menos un 6% de los estonios ya ha efectuado transacciones por internet, es decir, la mitad que en Francia, y el doble que sus vecinos de Lituania y Letonia, según datos de Taylor Nelson Sofres Interactive.

Hay varias razones para explicar este auge: la globalización, los cambios en el estilo de vida, el aumento de los salarios y la reducción de los precios de los computadores. Pero hay un elemento aún más importante. El interés de los estonios por la sociedad de la información.

El impulso vino de la mano del presidente Lennart Metri, quien en 1997 inició la campaña “Salto del Tigre”, que buscaba cablear toda Estonia, desde la Biblioteca Nacional en Tallinn, la capital, hasta los más lejanos rincones.

La tarea fue completada tres años después. Hoy, todas las escuelas están conectadas a internet y hay cerca de 700 puntos públicos de acceso o conexión en todo el territorio. En el año 2001 se produjo otro hito con la conexión de todos los gobiernos locales y en 2002 con las bibliotecas.

Poco después se introdujo a nivel de gobierno el e-Cabinet o Gabinete Electrónico que informatizó las reuniones ministeriales al brindar computadoras personales interconectadas a cada uno de los representantes. Hoy, todas las actas están digitalizadas y en el gobierno estonio es casi imposible encontrarse con un papel. Las reuniones comienzan a las 10 A.M. y 15 minutos después las primeras decisiones ya están publicadas en internet y a la vista de todos.

Identidad TI

Siguiendo esta misma línea, el gobierno lanzó un portal llamado “Hoy Decido Yo”. La iniciativa busca que los ciudadanos comenten proyectos de ley, y envíen sus ideas para nuevas normativas. Al recibir un proyecto, se inicia una discusión con el resto de los ciudadanos, a partir de la cual el autor puede revisar o hacer ajustes a la propuesta inicial. Finalmente se somete a votación por parte de los miembros de la comunidad. Si recibe más del 50% de votos positivos la propuesta se envía al organismo de gobierno correspondiente para su tratamiento. Los ciudadanos reciben información periódica acerca de su evolución a través del sitio.

Estonia también ha implementado un sistema de tarjetas inteligentes como documento de identificación de sus ciudadanos, pero son mucho más que eso. Sus múltiples aplicaciones van desde la firma digital hasta la posibilidad de consolidar en ese único plástico servicios tales como tarjetas bancarias o del seguro de salud. El 60% de los estonianos cuenta con una.

Además, Estonia ha demostrado un claro liderazgo en el voto electrónico, al implementar la medida en sus comicios municipales de 2005, utilizando estas tarjetas como principal instrumento. Para poder votar, cada persona debe acceder al sitio web de la elección e introducir la tarjeta en un lector instalado en la PC. El usuario digita un código que lo identifica y a continuación un segundo código que confirma su elección luego de votar. La privacidad está garantizada por un sistema criptográfico especial.

En materia de dispositivos móviles, Estonia también la lleva. Más de un tercio de la población usa celulares, muchos de los cuales han sido fabricados localmente. Mobile Solutions, una consultora local, diseñó una solución que permite a los pasajeros del transporte público comprar sus boletos a través de sus teléfonos. Para esto, el cliente envía un mensaje SMS y luego recibe en su teléfono celular su ticket como otro mensaje SMS. El mensaje incluye el costo del boleto, el período de validez del mismo y un código de seguridad. El costo puede ser cargado a su factura telefónica o bien pedirlo a su cuenta bancaria. Para constatar la validez del ticket, el chofer del bus realiza una confirmación de los códigos de seguridad válidos desde un celular que lleva consigo.

Movilidad a toda prueba

Además, dos de los principales bancos de Estonia iniciaron en 2002 un programa piloto para implementar un sistema de pagos a través de celulares, para la transacción de bienes.

Si un comercio quiere aceptar pagos a través de móviles, lo primero que debe hacer es firmar un contrato con el banco; a partir de ese momento recibe un código de pagos que lo habilita para brindar el servicio. El comprador también deberá firmar un contrato con el banco por el cual vinculará su número de celular con su cuenta bancaria. Para comprar algo, el cliente debe digitar un número que incluye tanto el código del comercio como el monto a debitar. El pago se concreta oprimiendo un botón de confirmación; segundos después el comercio recibe un mensaje SMS que confirma que el pago se ha realizado.

Los estonianos también cuentan con un pago alternativo para los servicios de estacionamiento en la vía pública a través de dispositivos móviles. Para usar este servicio el usuario debe llamar a un número y abrir una cuenta de estacionamiento virtual, en la cual depositará una cierta cantidad de dinero. Cada vez que el usuario estaciona su vehículo envía un mensaje SMS donde incluye el número de patente y el código de área donde está estacionando. Cuando se va, debe enviar un nuevo mensaje. El monto se descuenta de su factura telefónica. Actualmente, 40% de los pagos por estacionamiento en la ciudad de Tallin se hacen a través de este moderno método.

Despertar a orillas del Báltico

La ex nación soviética, con su 1.4 millón de habitantes, y considerada por mucho tiempo una de los más pobres de toda Europa, está viviendo toda una revolución tecnológica, que comenzó a gestarse luego del colapso de la Unión Soviética.

Hoy día cuenta con más de 280 hotspots en toda la capital, y los habitantes incluso pueden usar internet mientras llenan el estanque de su automóvil. Por algo las tres aplicaciones de internet, Skype, Kazaa y Hotmail, fueron desarrolladas en la nación báltica. Y, claro, el acceso a internet es un derecho garantizado por el Estado.

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