Crecí en una época de censura y temor, en que arreciaban las descalificaciones y las mitologías de personajes que encarnaban el mal en la política chilena, mucho de lo cual fui cautivo hasta avanzados años de estudiante. La juventud de muchos de los líderes y la cercanía de los años previos a la dictadura, mantuvieron la irritabilidad de las caricaturas mutuas que enfrentaban a las personas. Pero algunos líderes supieron hacer auto crítica y suscribir su responsabilidad en la tragedia chilena de 1973. La mayoría de ellos viene de la izquierda y adentrándonos hacia la derecha, son cada vez menos lo que han cumplido con su parte. La Marina se ha sumado a las otras ramas de las Fuerzas Armadas para hacer lo propio. Actitud que se agradece porque fortalece el futuro democrático y la convivencia en Chile.

Oscar Guillermo Carretón era uno de quienes encabezaban la lista de los demonizados, pero lo vengo escuchando hace algún tiempo invitado a la radio o a la televisión, donde se muestra profundamente responsable de su parte y reconciliado. Regresó a Chile en 1987 y aceptó el presidió por seis meses acusado de llamar a la sedición en la armada, hasta que tuvieron que sobreseerlo. Emociona en Art TV con Patricia Arancibia relatando los años de Unidad Popular y posteriores, contagia alegría escucharlo en Terapia Chilensis en radio Duna, y provoca un profundo respeto su emoción ante el homenaje que le dio la Armada en uno de sus buques emblemáticos, como muestra de reconciliación y nunca más de la marina chilena. Su entrevista Aquí