“La Web 3.0 significa la posibilidad de hacer negocios, crear redes
sociales en cualquier momento o en cualquier lugar, sin discontinuidad,
mediante redes rápidas fiables y seguras”, Viviane
Reding
(Comisaria de Sociedad de la Información)

elpais.
La tercera generación de Internet será más interactiva. Los nuevos usos de
Internet, la llamada Web 3.0, son ya una realidad, todavía incipiente, a la que
la Comisión Europea quiere que se sume con fuerza la Unión para aprovechar sus
grandes posibilidades para la economía y el desarrollo tecnológico. El
principio del que parte Bruselas es que la Internet del futuro cambiará
radicalmente la sociedad, y Europa debería ponerse el frente de esa revolución
social. Un informe de la Comisión hecho público ayer señala que la cuarta parte
de los europeos utilizaba en 2007 los sitios de la Web 2.0, aquellos en los que
el internauta es protagonista, y que ya hay señales suficientes. A finales del
año pasado, la mitad de los europeos tenía acceso a banda ancha de dos
megabytes por segundo o más (el doble que hace un año), una capacidad que
permite ver televisión en la pantalla del ordenador, y que el 79% de las zonas
rurales tenía acceso a banda ancha, frente al 93% de las áreas urbanas (88% y
91%, respectivamente, para España).
La Comisión
mantiene que las nuevas aplicaciones tecnológicas convertirán a la red en un
“Internet de los objetos”, con constante interacción de máquinas,
vehículos, aparatos, sensores y muchos otros dispositivos. Gracias a ella, los
billetes electrónicos son ya una realidad, y los dispositivos móviles
intercambian datos para realizar pagos u obtener información. Se calcula que
más de mil millones de teléfonos irán equipados con esa tecnología de aquí a
2015.

“La Web 3.0 significa la posibilidad de hacer negocios, crear redes
sociales en cualquier momento o en cualquier lugar, sin discontinuidad,
mediante redes rápidas fiables y seguras”, señala en un comunicado la
comisaria de Sociedad de la Información, Viviane Reding. “Debemos
asegurarnos que la Web 3.0 se haga y utilice en Europa”. Lo
que propone Reding es que se impulse el acceso a la banda ancha de la próxima
generación, mientras insiste en que debe seguir abierta a la competencia, deben
evitarse las restricciones a la capacidad de elección de los consumidores y se
debe financiar la investigación en esa internet del futuro. La
Comisión ha iniciado también una consulta pública sobre políticas e iniciativas
privadas para explotar las posibilidades de la Web 3.0.