El siglo XX en Chile es la historia del avance de grandes masas marginalizadas hacia la inclusión en ciudades, el trabajo asalariado, la educación y servicios mínimos de salud. Es la historia del avance de la democracia y el voto universal sólo hace ¡50 años! Durante este siglo nació la clase media, en su mayoría herederos de familias obreras que accedieron a la educación y a trabajos públicos. Es la historia del desconcierto de la elite aterrorizada por los cambios sociales, sublevación de sus avasallados, sus propios vástagos que se perdían en el marxismo, y la obligación de sumar al campo explotaciones industriales que compitieran en el mundo. Es el gran desconcierto de las clases a medio camino entre la modernidad y el desamparo, quienes emergieron de la modernización a sangre y fuego de los ochenta en dictadura. Es el siglo en que nació la mujer como imaginario social, con rol propio en la creación de la historia nacional, y con ella la apertura a cambios culturales inéditos y acelerados. Deben ser –no sólo países- planetas distintos el Chile de 1910, 1960, 1990 y también de 2010. El Mercurio reseña y entrevista a los autores de la tercera entrega de la Historia de la Vida Privada en Chile, 1925-1990. Lo tengo en primer lugar de mi lista de espera. Hasta ahora, de lo visto echo de menos más noticias de la clase media de los últimos 20 o 30 años y de la elite (más a lo Foucault o Ariés). Optaron por sus propios fantasmas ideológicos generacionales. Pero, en fin, promete. Por ahora, la entrevista a los autores: Rafael Sagrado y Cristián Gazmuri. (foto e-culture.net)

Trece escenas de la vida privada

Óscar Contardo

emol. La esperanza del progreso, la irrupción de los medios masivos y una constante tensión interior son algunos de los hilos que tensionan este tercer tomo de la "Historia de la vida privada en Chile". ablan Rafael Sagredo y Cristián Gazmuri, los historiadores a cargo de la obra que agrupa trece capítulos.

El tercer tomo de "Historia de la vida privada en Chile" (Taurus) abarca desde 1925 hasta nuestros días. Una historia a la mano. Años lo suficientemente cercanos como para hacer memoria privada en medio de cambios públicos. Mineros del norte en campamentos fuertemente segmentados, mujeres parturientas dando a luz colgadas de un arnés, familias pobres en casas que se llueven, adolescentes disfrutando de un verano plácido en un balneario en decadencia, militares en cuarteles y exiliados con las maletas abiertas. Chilenos todos en trece capítulos que, como detalles de un cuadro inabarcable, ilustran una historia doméstica con muchos cambios y alguna permanencia. Están el progreso, el mejoramiento de las condiciones de vida, pero también "la violencia, la exclusión y el abuso al interior de este mundo privado". Así lo aseguran Rafael Sagredo y Cristián Gazmuri, los historiadores a cargo de la colección que en este tercer tomo convocó a 16 investigadores.

-¿Hay una distinción clara entre "historia social" e "historia de la vida privada" o son más bien etiquetas editoriales?

Cristián Gazmuri: "Como dice Duby, a quien citamos en el primer tomo, historia de la vida privada es todo eso que el hombre hace sin tomar los resguardos para evitar que otros se enteren de lo que está haciendo. Eso puede ir desde la higiene a todo aquello que la gente vive en privado. Hay quienes sostienen que la verdadera historia del hombre es la de la vida privada. En el primer tomo (De la Conquista a 1840) nos preguntábamos qué es más importante para una persona: ¿un cambio de gobierno o sufrir de apnea del sueño? Yo creo que roncar y la apnea pueden ser definitivos en la vida de la persona".

Rafael Sagredo: "No, no son etiquetas editoriales. Existe una historia de la vida privada que podría ser considerada Historia Social, en el sentido de que toda historia es social. Aquí se analiza, se estudia se trata de comprender un aspecto que normalmente no está expuesto a lo público, a lo que todos pueden llegar a conocer. Lo que pasa es que hay una evolución del concepto de vida privada, porque nace con el concepto que cita Cristián, pero desde el momento que se empieza a estudiar la vida privada aparece que todo está muy condicionado por lo que llamamos público, entonces hay una ampliación. La actuación se relaciona con fenómenos que están ocurriendo en la sociedad de la cual se forma parte. Un ejemplo es el tema de la vivienda. Gran parte de la población en el siglo XX vive en viviendas que fueron concebidas como soluciones habitacionales desde lo público, y eso condiciona la existencia íntima y privada. Ése es un ejemplo de cómo están relacionadas las dos cosas, aun cuando la vida privada dice relación con lo que pasa al interior de esta vivienda. Eso que pasa al interior a la vez está condicionado por algo que es ajeno. En ese sentido la historia de la vida privada puede ser considerada parte de la historia social".

-¿Es muy difícil encontrar las fuentes en un ámbito en el que debe haber poco registro convencional (cartas, diarios de vida)?

RS. "Fuentes hay múltiples. Claro, en el caso del registro de correspondencia, lo más probable es que eso sea reflejo de los grupos medios y de la élite. Pero también existen otras fuentes como la poesía popular, las costumbres, los modales que te llevan a ampliar la visión no sólo ya de la élite, sino que al mundo popular, marginal, o al mundo subalterno. Depende del tipo de problema que se plantee se buscan las fuentes adecuadas para llegar. Claro, hay algunas que tienen limitaciones como la correspondencia. Una de las virtudes que tiene esta visión de la historia es ampliar lo que se considera "histórico", y, por lo tanto, abrir las posibilidades de registros para la historia. En una historia como esta, un gesto, una palabra, y para qué decir las fuentes escritas, pasan a ser fuentes de la historia como se demuestra en la obra".

CG. "Un ejemplo de esto es cuando Violeta Parra describe un matrimonio campesino en una canción. Habla de una carreta adornada con flores, con un perro ladrando, un cura etc. Esa descripción va a ser difícil de encontrar en alguna otra parte, pero fue recuperada y quedó gracias a la recopilación de música campesina que hizo Violeta Parra, o que hace hoy Margot Loyola".

-¿Cómo se planteó la selección de los temas para este tomo?

CG. "Desde el primer tomo definimos los temas. En los tres tomos lo que tratamos fue hacer comprensibles, y reflejar los fenómenos o procesos y hechos fundamentales de cada etapa. En el tercer tomo está el fútbol, que nos parecía importante como fenómeno más allá del mero juego. Basta pensar que el porcentaje de noticias que se refieren al fútbol debe andar cerca del 30 por ciento del total. Está la televisión, porque la influencia de ésta en la familia, en el modo de vida, ese acto privado que es prender un aparato va a influir en tu vida pública. En el capítulo de la vida militar la idea era conectar la vida en el cuartel y la violencia. Son puntos de partida para comprender procesos más amplios".

RS: "La idea es buscar temas que fueran representativos de la historia del siglo XX y que no significara repetir temas que ya habían sido tratados en los tomos anteriores. En el caso de los militares, es porque son actores fundamentales en la historia de Chile del siglo XX. Había que mostrarlos en tanto actores que en muchos momentos aparecieron como incomprensibles para los civiles. Una desconfianza mutua porque para los militares la cultura de los civiles también era un ambiente extraño. Se trata de dos mundos que no están integrados y que se miran con desconfianza. Es algo que se repite en los distintos temas en donde se muestra un país que nunca estuvo tan integrado como se ha mostrado usualmente".

– ¿Y como enfrenta el libro esa "integración aparente"?

RS: Esta historia de la vida privada pretende complementar esa historia tradicional clásica, oficial, que nos muestra el desarrollo tan optimista de una integración social, de una nación homogénea. Pero en este libro vas viendo, a través de todos los ejemplos, que había un conflicto permanente, que la sociedad tenía sus exclusiones, tenía sus incomprensiones que terminan estallando al final del siglo XX".

-El capítulo de las memorias de Quintero (escrito por Cristián Gazmuri) pone a la memoria como una fuente. ¿Cómo explican metodológicamente este recurso?

RS: Un gran tema en la historiografía actual es el de la historia-memoria y uno de los métodos, técnicas de hacer historia es la historia oral, y eso lo practican en el mundo occidental. Es algo corriente. Además, es una opción porque el libro pretende mostrar la historia de la vida privada a través de diferentes temas, pero también de diferentes metodologías, una de las cuales en el Chile del siglo XX es la historia oral y la memoria personal, nosotros advertimos eso. Además, nosotros sabemos que nuestros lectores fueron actores contemporáneos a los hechos. La historia oral y el tema de la memoria implican que la persona que hace el ejercicio selecciona, y eso ya es un elemento a considerar. Si tú ves mucho de los libros que han aparecido en el último tiempo tienen como fuente la historia oral y la relación entre historia y memoria. Es algo que ya desde el punto de vista de la ciencia histórica está aceptado en el mundo. En Chile también, creo yo. No entiendo que alguien pueda cuestionar como método para hacer historia eso. ¿Qué es más verdadero una carta oficial con muchos timbres o un relato privado del mismo señor que hizo esa carta?".

CG: "Creo que es legítimo el uso de la memoria. Además, en el artículo de Quintero yo no sólo hablo de mí, hablo de Quintero y de una época específica".

HISTORIA DE LA VIDA PRIVADA EN CHILE

A cargo de R. Sagredo y C. Gazmuri. Editorial Taurus.