Artículos de la categoría

comunicacion

Noticias Octubre 15, 2012

21 Errores de comunicación que pueden retrasar tu carrera profesional

12267.jpg

onlinecollege La comunicación forma parte esencial del ser humano, ayuda a establecer relaciones, expresar necesidades y deseos, y vivir juntos en sociedad. En el mundo moderno, constituye una habilidad esencial para avanzar en los negocios. Aunque la mayoría de nosotros podemos mantener una conversación, nos actualizamos en la información actual y nos llevamos razonablemente bien con nuestros compañeros de trabajo, hay unos puntos más finos en la comunicación que pueden afectar nuestro éxito en el trabajo, y a veces sin que ni siquiera seamos conscientes de su efecto. Las palabras que elegimos, los métodos para comunicarnos, y cuando elegimos interactuar con otros, todo puede dar forma a cómo nuestros compañeros de trabajo y nuestro jefe lo nos como un empleados, y no siempre para mejor. Para aprender acerca de algunos errores comunes de comunicación que muchos cometen en la oficina y en el futuro evitarlos, lean las siguientes líneas.

1. No pedir ayuda cuando la necesitas

Algunas personas piensan que pedir ayuda en el trabajo les hace ver débiles, o peor, incompetentes. Sin embargo, ninguno de nosotros sabe todo lo que hay que saber y todos necesitamos ayuda de vez en cuando con un proyecto o una tarea, por lo que no hay porqué tener vergüenza en admitir que necesites un poco de ayuda o apoyo para conseguir el trabajo bien hecho. Si se te dan un proyecto o tarea que no sabes cómo realizar, pide recursos, ejemplos o una especificación más completa de lo que se espera. De esta manera, todo el mundo estará en la misma sintonía, obtendrás ayuda, y el producto final será de una calidad superior. Esto ayudará a todos en el largo plazo.

2. Comunicar claramente para evitar excesivas expectativas

Tanto si eres un ejecutivo, gerente, o simplemente un jefe de equipo, uno de los errores más grandes de comunicación y más dañinos que puedes cometer es no comunicar tus expectativas claramente a tus empleados. Puedes intentar evitar aparecer demasiado estricto o inflexible, pero no harás ningún favor a nadie al ser impreciso acerca de lo que quieres. Los empleados y compañeros de trabajo no pueden satisfacer o superar tus expectativas cuando no las conocen, así que debes ser claro, conciso y abierto acerca de lo que quieres. Tu equipo te respetará por ello, y será bien considerado en la oficina.

3. Esconderse detrás del email

Las comunicaciones electrónicas proporcionan una forma de evitar la confrontación cara a cara, pero rara vez son una buena cosa. Cuando surgen problemas, poco bueno puede venir de enviar un correo electrónico para intentar solucionarlas. Es fácil malinterpretar el tono de un email, y una mala redacción a menudo puede causar más problemas que los que resuelve. Si tienes un problema con alguien o algo, enfréntalo en persona. Será más fácil resolver las cosas, los problemas de comunicación se reducen y te verás como una persona mucho más sencilla.

4. Tomar demasiado tiempo para llegar al punto

En lo que respecta a las comunicaciones comerciales, ya sean reuniones, correos electrónicos, mensajes o informes, menos es más. Andarse por las ramas o escondiendo la información importante en exposiciones largas no hará ningún favor en la oficina. Concéntrate en lo que es más importante y deja el resto. Si la gente quiere más información, te la pedirá, y sin duda apreciará no tener que perder su tiempo.

5. No pedir aclaraciones

¿No estás seguro de lo que se supone que debes hacer? En lugar de la torpe estrategia de hacer lo mejor que se pueda para evitar ser visto como incompetente, basta con solo preguntar. No hacerlo sólo te acarrea más trabajo a ti y para todos. Además, te hace aparecer mucho peor que si hubieras pedido una aclaración desde un inicio. Como ya dijimos, no todo el mundo es bueno para aclarar sus expectativas, así que a veces el mejor camino hacia el éxito en el trabajo es ir al grano y pedir instrucciones claras en lugar de quedarse esperando para obtenerlas.

6. No conocer a tu público

En el trabajo,  todos tienen diferentes trabajos con diferentes niveles de antigüedad. Como resultado, no todos necesitan la misma información ni la misma profundidad. Al comunicar a los diferentes grupos, es esencial adaptar tu enfoque a las necesidades de cada audiencia. Por ejemplo, los que trabajan estrechamente contigo en un proyecto probablemente querrán oír todos los detalles de los avances, mientras que en niveles más altos sólo desean un breve resumen de lo que has logrado. Enfócate en informar lo que a tu superior le importa y, a continuación, añade detalles si te los solicitan.

7. Utilizar un lenguaje poco seguro

Uno de los enemigos más importantes de tu carrera es algo que muchas personas no son conscientes que hacen. Con frases como “yo pienso”, “yo podría”, o “espero” te hace sonar como que no estás seguro de tu habilidad para hacer algo. En lugar de cobertura,  ser asertivo, comprometiéndote a conseguir hacer algo en una fecha o manera determinada. Puede ser incómodo, pero te hace parecer mucho más seguro y capaz en tu trabajo. 

8. Ser innecesariamente crítico y negativo

A veces es fácil ser negativo o crítico sobre las cosas, pero también puedes terminar afectando los nervios de tus compañeros de trabajo. En lugar de hacer que suene inteligente o analítico (o frío), sólo te hace parecer negativo e insolidario. Esto no quiere decir que no debes expresar tus preocupaciones, si las tiene, pero este tipo de enfoque puede hacer que seas etiquetado como difícil de trabajar, y nadie quiere eso. En lugar de ser un aguafiestas, destaca lo bueno de las ideas e intenta siempre ser constructivo, y no seas duro con tus críticas.

9. Estar siempre de acuerdo con todos (nunca quedas mal con nadie)

En el otro extremo, tampoco intentes ser demasiado agradable. De hecho, podría ser incluso peor que ser demasiado negativo eso de siempre lanzarse con entusiasmo detrás de cada idea, proyecto o fecha límite, no importa qué tan factible pueda serlo. Es muy bueno ser optimista, pero también hay que ser realista, con y equilibrio y honestidad. Si no, podrías estar asumiendo proyectos que simplemente no son posibles, dañando tu credibilidad cuando no logres entregar los resultados que prometiste.

10. Ser inconsciente de tu lenguaje corporal

A veces, su cuerpo habla, incluso cuando tú no lo haces. Si no tienes cuidado, puedes socavar tus esfuerzos para salir adelante en el trabajo. De hecho, los investigadores de la Kellogg School of Management y la Escuela de Negocios de Stanford encontraron que tener una postura de gran alcance produce cambios de comportamiento en el individuo y su entorno. Si te presentas a través de la comunicación no verbal como una persona que está a cargo y segura, es mucho más probable que saldrás adelante. ¿Otras claves del lenguaje corporal para salir adelante? Mantente siempre en contacto con los ojos de las otras personas, mirando interesado en lo que está pasando, de pie con la espalda recta o inclinándote hacia adelante cuando estás sentado. También considera tus gestos y expresiones faciales para transmitir tu punto cuando hablas.

11. No asegurarte de obtener retroalimentación

La comunicación es una calle de doble sentido, algo que los que ocupan puestos de gestión y liderazgo a veces se olvidan. Es posible que desees lograr un determinado objetivo o trabajar con una cierta idea en mente, pero si no puedes obtener información de otras personas que están trabajando en el proyecto, puedes perder tiempo y dinero. Asegúrate de que los demás sepan que consideras bienvenidos y agradeces los comentarios y que te valoras utilizar su experiencia del equipo para mejorar la calidad de tu trabajo. Este tipo de apertura te hará ganar el respeto y también lo más probable que conseguirás mejores resultados.

12. Adoptar cada palabra que se pone de moda

Incluso en un entorno empresarial donde el lenguaje es bastante común, si utilizas demasiadas palabras de moda puede hacer que se pierda el significado de lo que estás tratando de decir al obligar a las personas a averiguar exactamente lo que estás diciendo. No hay ninguna razón para que tus conversaciones o presentaciones tengan que ser obtusas, aunque la mayoría de tu audiencia sean expertos iniciados en tu industria. Se claro,  conciso, preciso y evita toda la cháchara innecesaria de palabras de moda de negocio.

13. Dejar a tu entorno fuera de tu círculo de coordinación

Si bien no es necesario que actualices a los otros acerca de todo lo que haces (a excepción de Facebook para tu vida privada), es importante que te asegures que los que están liderando un proyecto o trabajan directamente contigo conozcan lo que está pasando. Si hay problemas, envía de inmediato un correo electrónico. Al final de la semana o del día laboral, actualiza de los cambios a tu jefe. Renunciar a este elemento esencial de la comunicación en la oficina puede dejar confundido todo el mundo y puede causar problemas, obligando a hacer las cosas dos veces o no hacerlas hasta el último minuto o hasta que sea demasiado tarde.

14. Disfrazar tus opiniones con preguntas

A menos que necesites directamente hacerle una pregunta a una persona, evita disfrazar tus comunicaciones en forma de pregunta. Puede sonar obvio, pero mucha gente que busca la validación de sus ideas o trata de no parecer demasiado insistente expresa en forma preguntas sus opiniones. Si deseas verte en control y con capacidad, expresa tus preocupaciones y pensamientos como afirmaciones y no como preguntas. Ahorra preguntas para cuando se necesita más información sobre un tema.

15. Minimizar tus propios logros

Cuando alguien se complementa con tu trabajo o te dice que hiciste un gran trabajo ¿cuál es tu respuesta? No es raro que las personas, especialmente las mujeres, tanto dentro como fuera de la oficina le resten importancia a sus logros, el esfuerzo que ponen en un proyecto, o el orgullo que tienen en lo que han logrado. Esta no es la mejor manera de salir adelante en el trabajo. En lugar de minimizar lo que haces, simplemente declara que estás contento de cómo salieron las cosas. O simplemente puedes decir gracias y seguir adelante.

16. Disculparte cuando es innecesario

A veces las cosas salen mal, y a veces los contratiempos son los resultados de tus acciones, directa o indirectamente. Pero a veces no lo son. Si te encuentras listo para disculparse por algo, piensa por un momento si realmente es algo que requiere una disculpa y luego decide si es algo que necesita que tú te disculpes personalmente. En su lugar, pregunta qué puedes hacer para evitar que un problema ocurra de nuevo. De este modo, no sólo serás visto como culpable de algo que no es tu culpa, sino que te verás como una persona proactiva, segura y responsable.

17. No revisar tus comunicaciones escritas

Por estos días es demasiado fácil contar con herramientas para asegurarte que tus comunicaciones escritas no estén plagadas de errores ortográficos y gramaticales, sin embargo, es frecuente el abandono de muchos a tomar incluso el simple paso de control de ortografía antes de enviar un correo electrónico o imprimir un informe. Las comunicaciones de negocios siempre deben ser corregidas. Lo importante se debe corregir más de una vez. Esto requiere de más tiempo, efectivamente, pero también impide que te veas descuidado, incompetente y sin educación.

18. Hablar demasiado y escuchar poco

Todos hemos conocido a personas que simplemente hablan y hablan sin dejar que nadie más pueda expresar siquiera una sola palabra. Mientras que la mayoría de nosotros no somos culpables de llevarlas a ese extremo, es posible estar hablando demasiado, al menos en el trabajo. Es importante escuchar las inquietudes, ideas y aportaciones de los demás, ya sea que seas director o integrante de un equipo. Si siempre estás hablando, no hay espacio para eso. Así que haz un esfuerzo y concéntrate para permitirle a otras personas hacerse cargo de la conversación de vez en cuando.

19. Hacer varias cosas mientras te hablan (multitarea)

Si no eres capaz de dar toda tu atención a otra persona ¿por qué deberían hacer lo mismo contigo? Si estás escribiendo un correo electrónico, hablas por teléfono, o sentado en una reunión, es esencial que le des al orador toda tu atención. No sólo evita contratiempos de comunicación, sino que también te hace ver con un genuino afecto e interés, que es lo que a menudo les gusta ver a los clientes, compañeros de trabajo y jefes, cuando están en busca de talento “promocionable”. Además, es simplemente grosero dividir tu atención al hablar con alguien.

20. Temer defenderse a sí mismo

No se puede esperar que alguien más de cara por ti en la oficina si tú mismo no estás dispuesto a hacerlo. Si quieres salir adelante, tienes que estar dispuesto a defender tus propios intereses, fortalezas, habilidades y trabajo. Muchas personas encuentran que eso es una actitud neurótica, pero es necesario para salir adelante, que te paguen lo que te mereces, y ser respetados en la oficina.

21. Insegurizar su lenguaje al utilizar palabras “débiles”

¿Estás minando tu credibilidad por el idioma que elijes en la oficina? Esto podría ser si estás usando lo que los expertos llaman “palabras débiles”. Esto puede ocurrir cuando dices “siento” o “pienso” algo en vez de decir “conozco” o que “sólo quiero decir algo”, en lugar de decir “quiero decir algo”. No ignores tus pensamientos y habilidades de esa manera. Deja de lado las palabras extrañas y aparecerás con una apariencia de una mayor confianza en la oficina.

Tradución: Ricardo Román + Google

Noticias Junio 9, 2012

Fernando Flores – La era del cambio – Chile 1992

Fernando Flores en la Conferencia de Cierre del Programa de Diseño y Liderazgo, que la Fundación Mercator realizó en Enero 1992, en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Chile. Se han cumplido 20 años de esa charla y es francamente impresionante, lo actual de su discurso, del espíritu y de los horizontes que ahí plantea. Una verdadera joya de pensamiento, una convocatoria de unidad en una época en que Chile se esforzaba por rencontrarse como país y re-conectarse al mundo del que había estado marginado. Es un lujo verdadero que agradezco sinceramente haber sido testigo presencial de esa conversación histórica y de ese proceso para cientos de jóvenes chilenos que comenzábamos nuestra vida como ciudadanos y como profesionales. Quedará para la historia de Chile el aporte que hizo Fernando Flores y la Fundación Mercator al país y a esa generación de jóvenes.

Noticias Noviembre 3, 2011

Manuel Castells en la Acampada de Barcelona

Para toda persona con responsabildiad sobre otras personas, sea profesor, político , gerente o empresario, y en fin, para personas que se deben hacer responsables de sí mismas, es importante comprender la crisis continuada que vive el planeta, tanto en la economía como en la política. Ya parece que, más que una crisis, es definitivamente un cambio de época en el que viviremos en esta permanente sensación de inestabilidad, incomodidad e incertidumbre con nuestras autoridades, con nuestro empleo, con nuestra profesión, con los afectos, con todo. Eso, sumada la creciente expectativa de vida, mejor aprender a vivir nuestra adultez en un mundo cambiante y convulso. Aquí, Manuel Castells, el mítico sociólogo de la Sociedad de la Informaicón en la Acampada de Barcelona en Mayo de 2011, nos explica cómo ha cambiado el poder y la comunicaicón en la sociedad global/red/digital, y las alternativas para recuperar soberanía y democracia.

Noticias Abril 23, 2010

Coaching para hacer o para Ser

http://www.treehugger.com/Rothbury-Crowd-Photo-Dave-Vann.jpg

El predominio de la cultura de la aceleración y los
resultados nos predispone a la acción inmediata, a hacer todo lo más rápido
posible, sea trabajar, estudi
ar, aprender, reflexionar, amar, celebrar o
divertirse. Todo debe ser rápido y eficiente, optimizado, maximizado, como lo
ex
plican Richard Senett en el Nuevo
Capitalismo
y Gilles Lipovetsky en Tiempos
Hipermodernos
. Conozco mucha gente que trabaja duro preparando las
celebraciones familiares de fin de año o que llegan cansados de unas vacaciones
planificadas y ejecutadas hasta el último minuto de cada día.

En muchas situaciones de la vida de hoy, es correcto ser
eficientes, productivos y rápidos. Sobre todo en el cumplimiento de metas que
nos imponen o nos ponemos en el trabajo y los negocios. De hecho, la velocidad es
un atributo importante de competitividad en el mundo actual.

Hay un chiste, de esos que se esmeran en denostar a alguna
identidad étnica, en que a una persona le preguntan cuánto da por resultado el
multiplica 4 x 8, y responde 38, y acota inmediatamente ¿quieres rapidez o
exactitud? Bueno, de eso se trata, de las dos cosas, velocidad pero también
calidad, rapidez pero también sentido.

El coaching como disciplina de crecimiento personal
profesional también vive en esta tensión entre velocidad y profundidad, desde
versiones menos serias de dinámicas emotivas destinadas a la expresividad
superficial de la emocionalidad, con abrazos, risas o llantos, hasta versiones
más serias que también pueden tener varios niveles de profundización.

Hay procesos de coaching que simplemente se orientan a motivar
a las personas, en la línea de “sí se puede”, “tú puedes”, “querer es poder”, “si
lo deseas realmente, lo lograrás”,  que
podríamos ubicar en el tipo de coaching “voluntarista” o motivacional. Pero
también hay procesos de coaching en profundidad que orientan reflexiones Teórico/Prácticas
que llevan a un replanteamiento radical de la existencia.

Para aportar algo de claridad en las diversidad de ofertas que
abundan en el mercado de las ofertas en la prensa y en internet sobre terapias,
asesorías, charlas y cursos de desarrollo personal profesional, propongo aquí
tres niveles de objetivos que pueden ser asumidos para un proceso de coaching:

Técnicas operativas

Hay una serie de coaching en que
enseñan “técnicas” muy prácticas para enfrentar situaciones concretas como
vender, entrevistas de empleo, hablar en público o motivar a otras personas”. Su
foco son la entrega de “trucos”, algo así como “qué debo hacer en caso de…”. No
son del todo inútiles, pero dependen mucho de la propia capacidad de ponerlas
en prácticas con las necesarias adaptaciones del contextos en que se encuentre
el interesado.

Desarrollo de
Habilidades Comunicativas

Otro nivel de coaching consiste en entrenarse en una nueva forma de
comunicarse, interactuar y movilizar a otras personas, sea que se trate de
subalternos, pares o clientes. Este entrenamiento requiere el desarrollo de una
nueva comprensión de en qué consiste la comunicación, la inteligencia humana y
las emociones. Y digo comprensión, porque no se trata sólo
de conocer conceptos nuevos, sino la experiencia de aprender haciendo y
sintiendo, el conocimiento que viene de experiementar nuevos fenómenos y luego reflexionar
sobre ellos. En lo mínimo, se trata de desarrollar nuevas prácticas, maneras
nuevas de hacer. Pero el objetivo más ambicioso es adquirir nuevas
predisposiciones mentales y emocionales para relacionarse y para enfrentar las
situaciones difíciles o desagradables en el trabajo y los negocios. Los hábitos
son prácticas que se adquieren a un nivel de maestría y se incorporan como maneras
de actuar automáticas no reflexivas en nuestra vida. Eso es a lo que apunta un
proceso de coaching continuado en el ámbito de la comunicación y las relaciones
con otras personas. Obviamente, que este entrenamiento deja en condiciones muy
favorables para los desafíos planteados en el nivel de las Técnicas Operativas, pero es un aprendizaje más estable que perdura
y permite autonomía p
ara diversos desafíos.

Rediseño de la Identidad

Hay un nivel más profundo en el
mundo del coaching, que es muy escaso y casi desconocido por los propios “coach”.
Se trata de emprender un proceso de rediseño de la identidad, que implica un
proceso de reflexión, de autoconocimiento, apropiación de los contextos en que
vivimos, desde lo más inmediato a hasta la comprensión de la época universal actual,
para comenzar a articular nuevos objetivos para la vida personal y profesional,
pero especialmente poner en práctica a modo experimental una forma nueva de
apearse a la vida del trabajo o los negocios, con nuevos objetivos, nuevas
estrategias y otro tipo de r
elaciones. No se trata de hacer un “borrón y cuenta
nueva” porque eso es ilusorio e imposible, pero si hacer un quiebre de fondo en
la dinámica personal y emprender un horizonte nuevo para una siguiente etapa de
la vida. Aquí no se descarta la importancia de desarrollar habilidades prácticas
para ser más efectivos, pero lo principal es a nivel de construcción de
sentidos, de horizontes, de orientación para la vida propia y para quienes nos
rodean. La búsqueda aquí, más que de eficiencia, es de serenidad, bienestar,
ubicación.

Por ejemplo, comprender y saber hasta dónde “comprarse” el
sentido de la urgencia y la eficiencia, que impera en el ambiente, discriminar y
liberarnos de la esclavitud de las tendencias y las modas que sigue la mayoría,
para elegir las que se alinean con nuestros objetivos o mejor, inventar
nuestras propias opciones en la vertiginosa tormenta de ofertas de tecnologías,
gadgets, vacaciones, sicología, moda, diseño, tiempo libre, estilo de vida,
familia, aprendizajes, titulaciones, espiritualidad, desarrollo físico,
trote, alimentación, religiosidad, técnicas de poder, chamanismo, y muchas otras
transformadas en ofertas de consumo inmediato y desechable.

Una
alerta final para considerar
: en cada uno de estos niveles de coaching se
encuentran ofertas competentes y de calidad, pero también muchas propuestas
insustanciales, incompetentes. En castellano: embolarmientos de perdiz, ventas
de motos, mulas, chorros, rollos y chamullo.

Noticias Marzo 18, 2010

Trabajo, agobio y calidad de vida

El agobio es una de las emociones que impiden vivir con calidad de vida la experiencia de trabajo, y también obstaculiza el cumplimiento de objetivos. Una vez escuché: “vivimos como un auto acelerado al máximo, pero en neutro”.
 
Se trata de una emoción parecida al vértigo o a la angustia, que hace sentir la sensación de vacío en el estómago, falta de aire, confusión mental, molestia y enojo con el entorno (en especial con las personas), en que una voz interior te repite que tienes muchos pendietes, escaces de tiempo y gente (jefes?) esperando por tus resultados. Es como mirar desde dentro de un agujero hacia afuera pero sin posibilidad de alcanzar la superficie. Lo único que sé, es que tengo mucho pero mucho trabajo que terminar. 
Es importante recordar aquí que las emociones son nuestra reacción corporal aprendida ante una situación de la vida. Estamos habituados a reaccionar automáticamente y sin darnos cuenta a las situaciones. Dicho de otro modo, no es la situación la agobiante. La situación es la que es. Soy yo quien “sabe” reaccionar de un modo u otro a una situación, pero ocurre en forma automática y no soy consciente de ella. Esto ocurre como una manifestación corporal (placer, molestia, irritabilidad, serenidad) pero también acompañada de una narrativa, un discurso (como esa voz que se nos viene), la cual también es automática, insconciente y aprendida. Por eso importa decir que para cambiar las situaciones, antes que nada debo cambiar yo mismo: reconocer la emoción, revelar la narrativa que la sostiene, tomar acciones de cambio. 
 
Para avanzar, te propongo 5 preguntas para orientarte en manejarte con el agobio (antes de hacerlos debes necesariamente definir para ti una pausa para reflexionar): 
 
  1. Reconocer la Emoción: ¿Qué tipo de emoción me embarga? ¿Agradable o desagradable? ¿En qué la observo corporalmente? ¿En qué “rollo” (conversación o discurso) me encuentro atrapado? ¿qué repite esa voz interior?
  2. Recuperar el propósito: ¿Qué busco yo para mi con el trabajo que tengo que hacer? ¿quién lo espera (cliente)? ¿qué espera y necesita de este trabajo? ¿en qué le ayudará o qué hará con el resultado de mi trabajo?
  3. Establecer la totalidad de tus compromisos: ¿Qué tareas o compromisos tengo pendientes? Es clave listar todas las tareas pendientes que tienes (resultados, fechas, responsables, tus proveedores, destinatario o cliente): todas, hasta las más mínimas.
  4. Priorizar y cancelar compromisos: ¿Cuáles son más importantes, cuáles son urgentes, cuáles prescindibles? Se trata de jerarquizar los pendientes, para asumir los importantes y los urgentes, y especialmente cuáles debes descartar, porque No todo se puede hacer. Esta conversación sólo será valida una vez que acuerdes con tu jefe o cliente una propuesta concreta de compromsos por realziar y cancelar.
  5. Pedir Ayuda: ¿quién me puede ayudar con mi trabajo? ¿Quién podría o debiera asumir parte de mis compromisos? Debes tener presente que siempre estamos trabajando y viviendo en redes con otras personas, con compromisos explícitos e implícitos de colaboración y coordinación con otros. En concreto, establecer personas a quienes pedir ayuda para establcer plazos claros de tareas que tu necesitas de ellos, transferirles algunas de tus promesas, y validarlo con tu jefe o cliente.
En suma, se trata de tomarse un respiro para tranquilizarse y diseñar, establecer una mirada de conjunto de en qué juego o contexto estás metido (para dónde va el barco), explicitar la totalidad de tus pendientes (quizás no eran tantos) y jerarquizarlos, con eso, negociar con tu red de clientes, proveedores y colaboradores para ampliar plazos, cancelar, tranferir, recibir ayudas.
 
Notas importantes:
1). Es clave hacer este ejercicio conversando con otras personas, sobre todo pedir ayuda a tu cliente (¿jefe?).
2). Hay personas que se acostumbran (habitúan) a vivir en el agobio y hasta les gusta aunque no se den cuenta, por lo tanto, terminan siempre en situaciones de agobio (bueno, revisa si estás en ese caso de adicción al agobio).