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Noticias Marzo 18, 2010

Trabajo, agobio y calidad de vida

El agobio es una de las emociones que impiden vivir con calidad de vida la experiencia de trabajo, y también obstaculiza el cumplimiento de objetivos. Una vez escuché: “vivimos como un auto acelerado al máximo, pero en neutro”.
 
Se trata de una emoción parecida al vértigo o a la angustia, que hace sentir la sensación de vacío en el estómago, falta de aire, confusión mental, molestia y enojo con el entorno (en especial con las personas), en que una voz interior te repite que tienes muchos pendietes, escaces de tiempo y gente (jefes?) esperando por tus resultados. Es como mirar desde dentro de un agujero hacia afuera pero sin posibilidad de alcanzar la superficie. Lo único que sé, es que tengo mucho pero mucho trabajo que terminar. 
Es importante recordar aquí que las emociones son nuestra reacción corporal aprendida ante una situación de la vida. Estamos habituados a reaccionar automáticamente y sin darnos cuenta a las situaciones. Dicho de otro modo, no es la situación la agobiante. La situación es la que es. Soy yo quien “sabe” reaccionar de un modo u otro a una situación, pero ocurre en forma automática y no soy consciente de ella. Esto ocurre como una manifestación corporal (placer, molestia, irritabilidad, serenidad) pero también acompañada de una narrativa, un discurso (como esa voz que se nos viene), la cual también es automática, insconciente y aprendida. Por eso importa decir que para cambiar las situaciones, antes que nada debo cambiar yo mismo: reconocer la emoción, revelar la narrativa que la sostiene, tomar acciones de cambio. 
 
Para avanzar, te propongo 5 preguntas para orientarte en manejarte con el agobio (antes de hacerlos debes necesariamente definir para ti una pausa para reflexionar): 
 
  1. Reconocer la Emoción: ¿Qué tipo de emoción me embarga? ¿Agradable o desagradable? ¿En qué la observo corporalmente? ¿En qué “rollo” (conversación o discurso) me encuentro atrapado? ¿qué repite esa voz interior?
  2. Recuperar el propósito: ¿Qué busco yo para mi con el trabajo que tengo que hacer? ¿quién lo espera (cliente)? ¿qué espera y necesita de este trabajo? ¿en qué le ayudará o qué hará con el resultado de mi trabajo?
  3. Establecer la totalidad de tus compromisos: ¿Qué tareas o compromisos tengo pendientes? Es clave listar todas las tareas pendientes que tienes (resultados, fechas, responsables, tus proveedores, destinatario o cliente): todas, hasta las más mínimas.
  4. Priorizar y cancelar compromisos: ¿Cuáles son más importantes, cuáles son urgentes, cuáles prescindibles? Se trata de jerarquizar los pendientes, para asumir los importantes y los urgentes, y especialmente cuáles debes descartar, porque No todo se puede hacer. Esta conversación sólo será valida una vez que acuerdes con tu jefe o cliente una propuesta concreta de compromsos por realziar y cancelar.
  5. Pedir Ayuda: ¿quién me puede ayudar con mi trabajo? ¿Quién podría o debiera asumir parte de mis compromisos? Debes tener presente que siempre estamos trabajando y viviendo en redes con otras personas, con compromisos explícitos e implícitos de colaboración y coordinación con otros. En concreto, establecer personas a quienes pedir ayuda para establcer plazos claros de tareas que tu necesitas de ellos, transferirles algunas de tus promesas, y validarlo con tu jefe o cliente.
En suma, se trata de tomarse un respiro para tranquilizarse y diseñar, establecer una mirada de conjunto de en qué juego o contexto estás metido (para dónde va el barco), explicitar la totalidad de tus pendientes (quizás no eran tantos) y jerarquizarlos, con eso, negociar con tu red de clientes, proveedores y colaboradores para ampliar plazos, cancelar, tranferir, recibir ayudas.
 
Notas importantes:
1). Es clave hacer este ejercicio conversando con otras personas, sobre todo pedir ayuda a tu cliente (¿jefe?).
2). Hay personas que se acostumbran (habitúan) a vivir en el agobio y hasta les gusta aunque no se den cuenta, por lo tanto, terminan siempre en situaciones de agobio (bueno, revisa si estás en ese caso de adicción al agobio).
Noticias Septiembre 25, 2008

Chile debe acelerar cobertura, penetración y calidad de internet

 

“La Internet no existe
en Chile”,
Pablo Bello Subsecretario de telecomunicaciones

mouse.
Las
telecomunicaciones, y particularmente la Internet son factores reconocidos en
el desarrollado de un país, desde la generación de conocimiento, la
participación ciudadana, la mejora en la calidad de vida y hasta en la
educación, pero en nuestro país la Internet no existe, ya que no es reconocida
jurídicamente y aún no se legisla sobre ella. Por eso hablamos de este y otros
temas con Pablo Bello Subsecretario de telecomunicaciones del Gobierno de Chile.
Pablo Bello es ingeniero comercial con mención en ciencias
económicas, de la Universidad de Chile, y trabaja hace más de 10 años en el
sector público en el área de las telecomunicaciones y en marzo de 2006 asumió
como Subsecretario. Él se reconoce como usuario de linux y su notebook es un
Asus Eeepc con Ubuntu. Por
Daniel Vak Contreras



¿Cuál es el diagnóstico del actual estado de las telecomunicaciones en Chile?
PB: Las Telecomunicaciones son un sector de la economía que está creciendo a una tasa de doble dígito, y en los últimos tres años no ha dejado de crecer por sobre el 10 %. De esta manera es muy difícil introducir regulaciones y modificaciones. Al sector le está yendo bien y por esta razón es complicado que el sistema político aborde los temas de telecomunicaciones y quiera legislar. Tenemos 15 millones de usuarios de telefonía celular y 1.5 millones de conexiones de banda ancha. Entonces desde afuera se ve que no hay mucho que hacer en este sector, ya que estamos bastante bien.
¿Pero es esto suficiente?
PB: Claramente, estamos mejor que el resto de América Latina, pero nosotros creemos que el marco regulatorio y el entorno normativo que ha permitido el actual desarrollo no es suficiente para dar el gran salto para que podamos acercarnos a los países desarrollados. En la región estamos bien, pero muy lejos de los países desarrollados, estamos en el camino, y estamos bien, pero necesitamos apretar el acelerador en tres aspectos muy importantes, que son: Cobertura, penetración y calidad.
Mouse: Sobre la cobertura. En nuestro país, son las empresas
las que deciden dónde hay Internet y dónde no.
¿Puede el Estado hacer algo al respecto?
PB: Tal como tú dices actualmente el sistema de las telecomunicaciones funciona sin que el estado imponga cargas de inversión a ninguna empresa. Estas invierten donde quieren invertir y el estado no puede intervenir. El sector privado ofrece servicios donde lo quiere ofrecer, y el Estado chileno no tiene instrumentos para obligar a que las empresas inviertan o generen servicios en lugares que puedan no ser atractivos desde la perspectiva de la rentabilidad privada. Tampoco podemos pedir compensaciones.
Mouse: Entonces, ¿cúal es la estrategia para los sectores donde
no hay cobertura?

PB: Para incrementar la cobertura y movernos en el actual estado regulatorio, tenemos dos caminos. El primero es largo, engorroso y costoso en términos de tiempo. Significa introducir cambios en la legislación chilena y para eso hay que lograr acuerdos políticos. Una vía no muy efectiva a corto plazo.
El otro camino, y que estamos tomando, es introducir incentivos económicos, para que las empresas inviertan en los lugares donde para el país es importante que inviertan, desde el punto de vista social. Lo que podemos hacer hoy, en nuestro marco regulatorio, es colocar recursos en el Fondo de Desarrollo de las Telecomunicaciones, y generar incentivos a la inversión en sectores poco rentables, como el programa de Infraestructura Digital para la competitividad y la innovación.
Mouse: ¿Es esta la forma de llevar la conexión de internet a los
lugares donde no hay?

PB: Hoy en día y según varias estadísticas, en Chile existen 1.5 millones de conexiones de banda ancha. En los segmentos socio económicos C1 y C2 sobre el 70% de los hogares ya cuentan con banda ancha, entonces la conectividad tendrá que crecer en los sectores de menos recursos del país. Para lograr penetrar en estos sectores tenemos que vencer la barrera de las 20 lucas y generar sistemas de prepago y de Internet desnuda (Internet como servicio único, sin telefonía y televisión). Pero además hay que crear las aplicaciones, el contenido y los servicios que se generan sobre el ancho de banda.
En este tema el sector público y el sector privado deben trabajar mucho todavía, sobre todo en el tema de Gobierno Electrónico, y la generación de contenido que genere valor a la banda ancha. La Subtel ha ido empujando a las empresas para que ofrezcan servicios a los sectores de la población que antes estaban desatendidos, pero además generaremos un subsidio a la demanda, igual al que actualmente se aplica al agua potable, o a la energía eléctrica. Aún estamos estudiando cómo hacerlo, pero estará muy focalizado en ciertas familias chilenas, de esta manera habrá más oferta y de distintos precios.
¿Pero al parecer el gran problema de los chilenos con la
Internet es su calidad?
PB: Absolutamente cierto, pero hay que recordar que no hay una regulación sobre calidad de servicio sobre Internet, y este tema se ha convertido en nuestra bandera de lucha para que se apruebe el proyecto de ley que está en el congreso, y que junto con los temas de la neutralidad de la red son muy importantes, pero queremos resaltar la calidad del servicio.
Pero lo importante es que tenemos que integrar el concepto de Internet en las leyes chilenas y particularmente en la legislación de telecomunicaciones. Hoy Internet como tal no es reconocida por ninguna ley, por esta razón es que nosotros como Subtel no podemos dictar reglamentos, y esta es la real importancia del proyecto de ley: Por que así podremos generar reglamentos sobre la red, y generar un marco regulatorio.
Mouse: ¿Pero mejorará la calidad de la Internet al definirla?
PB: Lo que necesitamos, por nuestro ordenamiento jurídico, es que se establezcan ciertas definiciones básicas sobre ¿qué es Internet?, ¿cuál es el derecho del consumidor en este ámbito? y ¿qué se puede hacer con ella?
Los problemas básicos que tenemos y el más evidente, es el tema de la velocidad y lo que se recibe como servicio, que muchas veces no es lo que se contrató comercialmente. Este tema pasa por cómo se vende Internet y cómo se informa al consumidor. Para cubrir todos estos elementos necesitamos un reglamento, pero primero hay que reconocer ¿qué es la Internet para la legislación chilena?. Un ejemplo muy claro es que el ancho de banda no se puede vender infinitamente. La gestión de la red se puede hacer, pero sin pasar a llevar los derechos del consumidor.
¿Usted cree que los ISP, estarán de acuerdo con
este reglamento?
Como en nuestro país existe una concentración de los clientes de banda ancha entre Telefónica y VTR, también hay que fomentar la competencia con la entrada de un nuevo operador.
Pablo Bello habla con un gran conocimiento del sector de las telecomunicaciones, pero sabe y reconoce que las tecnologías no tienen un valor real si estas no crean igualdad de oportunidades, y no mejoran la calidad de vida.