Los blogs son un medio de difundir el conocimiento de los expertos, en este caso de economía, pero también de conectarse directamente con ellos, con propósitos académicos, de negocios o simple curiosidad. Son de las cosas que permite la red:

El Mercurio
Blogs de economistas:
La mano invisible sobre el teclado

“Aquí hay un problema sobre la división del conocimiento que es análogo a, y -al menos- tan importante como el problema de la división del trabajo”, relató Friedrich Hayek al Club Económico de Londres en 1936.

Lo que Hayek no debe haber sabido sobre el conocimiento es que 70 años después los weblogs o blogs harían las conversaciones más vastas y virtuales.

Los economistas están escribiendo prolíficamente y, al igual que millones de otras personas, los que pertenecen a círculos académicos y de políticas públicas destinan un importante número de horas del día escribiendo “gratis”.

El concepto suena un poco extraño si se piensa que los economistas son instrumentos intelectuales entrenados para la maximización de las utilidades.

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Pero la demanda está ahí, algunos de sus blogs reciben cientos de visitas diarias, que habitualmente son personas de influyentes instituciones, como el FMI y la Reserva Federal.

Uno de los más activos “Econobloggers” es Brad DeLong, de la Universidad de California, Berkeley, cuyo sitio, delong.typepad.com, tiene un videocast, tipo café mañanero, y un audiocast, a la hora del té, en los que habla de temas variados.

¿Por qué lo hacen? “Es un lugar en el juego intelectual de influencias”, dice DeLong (obviamente, a través de un email).

Para los economistas prominentes este lugar tiene un premio, si no fuera así el tiempo gastado en internet podría haberse utilizado en publicaciones tradicionales o cobrando tarifas de consultoría.

DeLong calcula que trabaja en su blog unos 90 minutos al día y su única ganancia por el blog es la venta de links publicitarios para ayudar a cubrir el costo de sus servidores, que manejan más de 20 mil visitas diarias.

Gary Becker, economista ganador del premio Nobel, y Richard Posner, un profesor de leyes y juez del circuito federal, crearon un blog en 2004. Ambos, colegas de la Universidad de Chicago, creen que su sitio, becker-posner-blog.com, permitirá “intercambio instantáneo (y corrección, refinamiento y amplificación) de ideas, opiniones, hechos e imágenes, reporteo y trabajos de estudiantes generados por los bloggers.

La práctica se inició como una herramienta educacional para Grez Mankiw, profesor de economía en Harvard y ex presidente del Consejo Económico de Asesores de George Bush.

Su sitio, gregmankiw.blogspot.com, comenzó como un grupo de emails enviado a los estudiantes, con comentarios de artículos y nuevas ideas.

Extensión natural

Pero el mercado de sus comentarios creció bastante más allá de la sala de clases y el blog fue la solución. “Es la extensión natural de mi día de trabajo; de entregar un discurso intelectual sobre economía”, dice Mankiw.

Con tantos profesores gastando tanto tiempo en los blogs y sin recibir ningún tipo de pago, las universidades podrían preguntarse si esto les resta valor.

Aun cuando no hay ninguna evidencia de una relación directa entre el blogging y la productividad de publicaciones, un nuevo estudio realizado por E.Han Kim y Adair Morse, de la Universidad de Michigan, y Luigi Zingales, de la Universidad de Chicago, muestra que la habilidad de internet para entregar conocimientos más allá de las salas de clases universitarias ha eliminado el límite competitivo que tuvieron las escuelas de elite.

Las universidades top alguna vez se beneficiaron de tener claustros de profesores estrellas.

De hecho, un estudio demostró que en los 70, un profesor de una universidad que no era parte del programa de las top 25 podría doblar su productividad de investigación trasladándose a Harvard. La fuerte relación entre la producción individual y la de uno de los colegas se debilitó en los años 80, y desapareció a finales de los 90.

El mayor flujo de información y la declinante importancia de la locación -algo que los blogs ejemplifican- han hecho que los economistas de cualquier universidad tengan acceso a los mejores cerebros en su campo.

Que cualquier persona que tenga una conexión a internet pueda sentarse y tener una lectura virtual de DeLong significa que sus ideas se mueven libremente más allá de los límites de Berkeley, creando ganancias para profesores y público en general. Las universidades también pueden obtener beneficios de esta parte de la ecuación.

Aun cuando las tecnologías de comunicación pueden haber dañado el límite de productividad de las escuelas de elite, difícilmente se puede decir que la productividad es la única medida de éxito de una universidad.

Los profesores prominentes con blogs populares son una buena publicidad, y la distancia en la academia no está muerta: los mejores estudiantes aún seguirán buscando estar cerca de los mejores cerebros.

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