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Noticias Septiembre 17, 2008

Cómo aprendimos a contar

 

redes. El
astrónomo Galileo Galilei dijo que las matemáticas son el alfabeto con el cual
Dios ha escrito el universo? para reflejar que los números están detrás de
todas las actividades propiamente humanas: la agricultura, la ganadería, el
arte e incluso la filosofía. Desde el inicio, las matemáticas tuvieron una
relación íntima con la vida en comunidad. Nacieron a partir de necesidades
prácticas como la medida de campos, la administración de rebaños o la
observación de los astros. El uso de números para todos esas actividades se
hizo sistemático ya en las primeras civilizaciones.


Joe Dauben, historiador de la ciencia
del City University de Nueva York, es uno de los matemáticos que mejor ha
sabido explicar porqué las matemáticas surgieron para resolver problemas muy
concretos y cotidianos de la gente y le explica a Eduard Punset los momentos
clave de ese desarrollo.

Xavier
Roqué, físico e historiador de la cienca de la Universidad Autónoma de
Barcelona, amplía las ideas de Dauben y nos da ejemplos de la aplicación de las
matemáticas en la agricultura. Eduard Resina, director del departamento de
teoría, composición y dirección del ESMUC explica cómo la matemática está
detrás de la gloria de la música y Jaume Serrallonga, arquitecto que trabaja en
el construcción del templo de la Sagrada Familia, en Barcelona, ilustra como
Gaudí se decantó por las matemáticas y la geometría para explicar a las
generaciones futuras cómo poder terminar la construcción del templo.

Descarga la transcripción de la entrevista.

 

Noticias Septiembre 17, 2008

Intel imagina el futuro en movilidad y salud

elpais. Máquinas que analicen el contexto y
que sean capaces de anticipar servicios, eso imagina Intel. Intel quiere que
usemos más microprocesadores y, por si nos faltara imaginación, encarga a sus
laboratorio inventar el futuro. No quiere decir que mañana será lo que nos
digan pero, cuando muestran sus proyectos como lo hicieron el 11 de junio en el
Computer History Museum, cerca de San Francisco, vale la pena echarle un
vistazo a lo que nos proponen, particularmente en dos áreas tan esenciales como
la movilidad y la salud. “Hoy la movilidad es definida más por la
capacidad de los aparatos que por lo que quisiéramos que hagan”, afirma
Kevin Khan, director del laboratorio de comunicación Intel. “Queremos que
sean más poderosos, más personales y más conscientes de lo que los rodea”.
Un
teléfono celular tiene que ser capaz de darse cuenta del contexto en el cual se
encuentra. Una cámara, por ejemplo debería poder entender que monumento está
fotografiando y sacar automáticamente información sobre dicho monumento. Por Francis Pisani

 

 

Lester
Memmott, uno de los ingenieros presentes, me explicó que “el contexto no
se limita al lugar. Mi teléfono puede saber que estoy en un concierto gracias
al calendario y ponerse en modo vibración. Dotado de un acelerómetro, puede
detectar también si estoy caminando o sentado”.

Para
integrar todo esto está desarrollando un context engine, un motor que
agrega todos los datos relativos al contexto, los analiza y permite que
diferentes aplicaciones tengan acceso al resultado. Con esto dice Memmott,
“si está en cierta parte de la ciudad en una cita a las 11h, con otra cita
en un barrio lejano a las 12h, si surge un accidente en la carretera o si hay
mucho tráfico, le puede avisar que tiene que salir ya o llamar a la persona que
lo espera para decirle que va a llegar algo tarde”.

El
context engine podría estar listo relativamente pronto. La dificultad,
según Khan, reside en hacer converger todas las tecnologías implicadas (los
aparatos) y, sobre todo en conseguir la cooperación de las distintas industrias
implicadas y la adopción de los estándares.

Otro
campo de mucha atención es la salud. “No tenemos los recursos para seguir
soportando el sistema hospitalario como funciona hoy”, explica Eric
Dishman, un sociólogo responsable de la innovación en el campo de la salud.
“Sobre todo si consideramos que el número de personas mayores de 60 años
va a triplicar en los próximos años”. En vez de atenderlos en el hospital,
la respuesta consiste en monitorizarlos en su casa gracias a instrumentos
capaces de enviar datos a los médicos.

La
atención puede ser hasta mejor explica Bill DeLeeuw. En el caso de la
enfermedad de Parkinson, por ejemplo: “En vez de hacer tests cada seis
meses para modificar la dosis de medicamentos, el aparato que hemos
desarrollado permite hacerlos cada semana y mandarlos directamente al
médico”.

El
aparato existe y ha sido instalado en casa de un grupo piloto de 50 pacientes
voluntarios. Lo pueden instalar solos y es muy discreto “porque la mayoría
de las personas no quiere llamar la atención sobre el hecho que está enferma”.
Los datos son bajados a una clave USB que se puede luego conectar a una
computadora, o llevar al médico.

Esos
ejemplos son apenas elementos de una visión más ambiciosa que se llama
“computación esencial”. Se trata de concebir máquinas
“intuitivas y conscientes del contexto gracias a múltiples sensores.
Constituirán una clase totalmente nueva de aparatos más allá de los PC y de los
móviles”, explica Andrew Chien, director de investigación. Para él,
“pasamos mucho tiempo riendo, aprendiendo, tocando o moviéndonos” y
quiere hacer computadoras capaces de percibir la física de las cosas
gracias a datos cogidos por biosensores, de “enriquecer todos los aspectos
de la vida cotidiana”, de ayudarnos “con el 90% de éxito durante el
90% del día”.

Además
de ser inteligentes, serán capaces de sentir y de comunicar. El
reto consiste en “transformar esta capacidad de comprensión en reacciones
en tiempo real”.

No
todas esas fascinantes visiones se volverán realidad, o no lo harán tan pronto
como quisieran los ingenieros. En la era de la web, start-ups y
usuarios cuentan más que los laboratorios de las grandes empresas.

Noticias Septiembre 17, 2008

Telaraña de quioscos de prensa para una ciudad Wifi

 

 

elpais. GOWEX propone formar un consorcio entre instituciones públicas y
operadores para ofrecer Internet en núcleos urbanos. Han sido centenares los
proyectos que han naufragado por intentar ofrecer Internet gratuito en los
núcleos urbanos. Las llamadas ciudades Wifi se hundieron como la legendaria
Atlántida entre resoluciones judiciales y el clamor de las operadoras porque alegaban
que era competencia desleal. A día de hoy los proyectos que intentan cubrir
urbes mediante Wifi son escasos, fundamentalmente no se ponen en marcha porque
los modelos de explotación no han logrado aunar a los diferentes actores. El Grupo GOWEX empezó a
gestar a finales de 1997, la plataforma Roaming Wireless y de móvil; un sistema
tecnológico que permite el roaming para la conexión inmediata y ubicua a
Internet de todos los dispositivos inalámbricos (ordenadores, portátiles,
móviles, consolas de videojuegos…), integrando a todos los operadores
geográficos de Wifi en una única plataforma de acceso. Por David Corral

 

El
objetivo es contar con el apoyo de los ayuntamientos para crear ciudades Wifi a
partir de las redes inalámbricas existentes en un municipio. Esta iniciativa
puede dar lugar a ciudades Wifi, puesto que cuenta con la aprobación de la
Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones en resolución de marzo de 2008.
“La resolución dice que la metodología que establecemos es un modelo
combinado que permite la sostenibilidad de las redes Wifi”, asegura Jenaro
García, presidente del Grupo GOWEX.

La
compañía considera que hasta ahora este modelo combinado no se ha ofrecido. Su
fórmula se basa en la constitución de un consorcio donde los operadores
participen y puedan obtener beneficios, mientras que el usuario contaría con
cobertura en toda la ciudad para trabajar en cualquier momento. El modelo se
está implantando en varias ciudades españolas; hay más de siete núcleos urbanos
donde el consorcio propuesto por GOWEX se encuentra en formación, aunque
esperan llegar al centenar de ciudades para 2009.

Los quioscos de prensa tejen la malla Wifi

Una
de esas ciudades es Madrid donde el servicio de Internet se da gracias a los
quioscos de prensa, que actúan como auténticas antenas. La cobertura que puede
dar un quiosco es de unos 600
metros
a la redonda por lo que se forma una telaraña
Wifi en toda la ciudad. En la actualidad se ha llegado a un mercado con la
Asociación de Vendedores de Prensa para que los comerciantes que deseen ofrecer
Internet desde su quiosco se incorporen al proyecto. Las previsiones de GOWEX
es que a finales de otoño 400 quioscos puedan ofrecer Wifi, aunque en la
actualidad la cifra sólo llega a la docena.

El
modelo de negocio no depende de GOWEX, son los comerciantes los que deciden
como explotar económicamente el servicio. Aunque GOWEX propone un sistema de
pago por rangos, dependiendo del uso que el usuario haga de la Red. Así habría
desde servicios gratuitos hasta tarifas planas para poder utilizar Internet
como si se estuviera en casa. “Establecemos un sistema diferente de rangos
y calidad segmentamos; puede llegar a ser gratuito en casos que vayan a
utilizar el servicio de forma limitada o puedan acceder a servicios con
publicidad asociada sostenible”, asegura García quien explica cómo podría
ser el acceso gratuito. Por su parte, aquel que desee utilizar Internet sin
restricción podría hacerlo mediante una tarifa plana que supondría un coste de
unos 10 a
15 euros mensuales.

 

 

Noticias Septiembre 17, 2008

El futuro de las redes sociales y la movilidad

 

elpais. Las redes sociales están ahí, pero
todavía no comprendemos totalmente su alcance. La movilidad es otro ejemplo. “Los
circuitos de nuestros cerebros no están conectados para entender esto…”,
afirmó Kevin Werbach al lanzar su conferencia Supernova 2008, celebrada
en San Francisco. Las redes sociales están de moda, pero “la dinámica de
las redes no es obvia”, nos cuesta entenderla y esto “afecta a los
modelos de negocios y a las expectativas sociales”. La complicación viene
en buena medida del hecho de que la ciencia de las redes tiene poco más de 10
años. Necesita progresar mucho todavía como lo mostraron varias intervenciones
dedicadas a poner de manifiesto los retos con los cuales se topa. por Francis Pisani

Con
humor y sin tapujos, Eric Bonabeau, presidente-fundador de Icosystem y
especialista en sistemas complejos, atacó la moda del social graph, la
gráfica social, diciendo que mucho de lo que se dice al respecto “es
basura”. Lo compara con una “vaca esférica” en el sentido en que
cuando un matemático quiere estudiar la producción de leche de una vaca suele
empezar por decir “asumamos que la vaca es esférica”. Permite
modelizar, pero dista bastante de la realidad. A juicio de Bonabeau, “las
redes son construcciones mentales, son metáforas. Permite a los científicos
crear modelos, pero no por bella una imagen resulta útil”.

De
hecho, el mayor problema es que la joven ciencia de las redes se ha dedicado
sobre todo a su topología, que, en última instancia, no dice mucho. Hay que
distinguir entre “estructura y función”, dijo Bonabeau. “No
basta con tener la topología de una red”, dice. Hace falta entender para
qué sirve.

Investigadora
de la Universidad de California en Davis, Raissa D’Souza precisó: “Si la
estructura es la topología, la función es la actividad. Muchas redes tienen topologías
comparables, pero sus actividades difieren mucho”. Y agregó un elemento
importante de complejidad cuando afirmó que los nodos, partícula elemental de
las redes, dependen del contexto. Así, mucha conectividad puede ser buena en
una red social y ser un problema en el caso de una epidemia en la medida quel
facilita la transmisión de la enfermedad.

Autor
del libro de reciente publicación Here comes everybody,
Clay Shirky se
pregunta ahora cómo favorecer la acción colectiva en nuestra sociedad en red. Los
estudios muestran, estima, que para darse dicha acción colectiva, debe haber
“densidad y continuidad” de relaciones, lo que se daba en aldeas y
pueblos pequeños. Ahora la Red permite reunir grandes cantidades de gente
dispersas, pero “si continuidad y densidad son necesarias, ¿cómo conseguir
intencionalmente lo que antes era dado por las circunstancias sociales y
geográficas?”.

Además
de las redes, muchas discusiones giraron alrededor de la creciente movilidad.

“Otra
revolución más está todavía por llegar”, sentenció Bob Ianucci,
responsable de tecnología para Nokia, empresa de la que Werbach recordó que
vende más teléfonos en una semana que Apple en un año. Y esa revolución podría
venir, según Ianucci, de las redes de teléfonos móviles equipados de sensores.

El
número de teléfonos celulares ya rebasó los 3.300 millones, según una cifra
recién publicada por la Unión Internacional de las Telecomunicaciones.

Cuando
habla de sensores, Ianucci se refiere a una gama muy amplia de tecnologías que
incluyen cámaras, acelerómetros, Bluetooth, sensores para la luz, GPS y otras
(por llegar) que permitirán la captación de datos sobre el tráfico y el medio
ambiente. Calcula que en un futuro que no debería pasar de los 10 años, un
teléfono móvil podrá tener hasta 10 sensores, lo cual podría llevar a la cifra
espeluznante de “60.000 millones de sensores” tomando en tiempo real
los múltiples pulsos del planeta.

Ya
están realizando experimentos y estudios sobre la medición del tráfico y de la
contaminación mediante redes de sensores, algunos en teléfonos móviles con la
Universidad de California en Berkeley. Podría tener un impacto serio sobre una
mejor comprensión de los cambios climáticos. “Como podemos conectar en red
cientos de millones de usuarios?”, se preguntó Ianucci a modo de
conclusión. “¿Cómo podemos hacer que tal espacio sea seguro? ¿Qué debemos
hacer para incorporar al próximo millar de millones de personas, crear negocios
y contribuir al bien social?”.