1998, el año del
quiebre

emol. En las
últimas dos décadas la sociedad chilena ha experimentado una de las
transformaciones más revolucionarias de nuestra historia, en medio del mayor
período de bonanza que se recuerde. Sin embargo, estos cambios están marcados
por la paradoja actual de un extendido pesimismo que tiene un origen claro:
1998.
Por Roberto Méndez


1. En
los últimos 50 años, la realidad de América Latina es que se ha empobrecido en
relación a los países desarrollados. Esa es una constatación bastante clara y
fuerte, una distancia que se produce en la segunda mitad del siglo XX. Pero una
segunda constatación es que el único país de América Latina que ha sido capaz
de revertir esa tendencia es Chile y esto no ha ocurrido en los últimos 50 años
sino que en los últimos 20. Todos los países latinoamericanos importantes se
empobrecieron en relación con los Estados Unidos excepto Chile , que estaba en
la medianía con el 30% del PIB per cápita de Estados Unidos, y que a partir de
finales de los ochenta y comienzos de los noventa empieza a revertir esa
tendencia y hoy es el único país que tiene un PIB que es mayor como porcentaje
de lo que era el PIB per cápita de Estados Unidos hace 30 años. Chile es un
fenómeno absolutamente extraordinario en este contexto. Por esta misma razón
puedo afirmar que los últimos 20 años son el más largo período de bonanza de la
historia nacional. En estos 20 años se produjo un crecimiento de la economía
muy grande, incluso con lo más lento que ha sido en este ultimo periodo, y
hemos crecido a un promedio del 5,6%, con una transición a la democracia muy
exitosa.

2. Si
tomamos estos últimos veinte años y los dividimos en dos periodos de 10 años,
lo que se ve es un poco distinto. La década 1988–1997 es realmente la más
exitosa, con un crecimiento de 7,6 %. Porque en la década 1998–2007 ya hemos
completado diez años de crecimiento bastante mediocre., parecido al de la
década 1978–1987 (3,4 por ciento). Quizás esto explique en parte el pesimismo que
estamos viviendo.

3. Más
allá de las cifras, lo interesante es que este progreso la gente lo nota y lo
manifiesta en las encuestas. En la encuesta UC Bicentenario, por ejemplo,
preguntamos: “Comparándose con sus padres a la edad que usted tiene ahora,
¿está mejor o peor? El 55% dice que la casa en que viven ahora es mejor a la de
sus padres, y sólo un 14,8% que es peor. El trabajo que tenía su padre: 51% lo
considera mejor, 19% peor. El nivel de ingreso , 50% es mejor, solo 24,8% es
peor. Pero lo más notable es que no sólo hay una mejoría en estas variables que
podríamos llamar económicas. Cuando preguntamos sobre algunos elementos
referidos a la calidad de vida, la percepción de mejoría también es notable. Un
55, 3% dice que su vida en familia es mejor que la que tenían sus padres.

4. La
paradoja del 2008 es que a pesar de todo este éxito hoy, después de 20 años,
los indicadores que tenemos nos hablan de un pesimismo como no habíamos visto
en mucho tiempo. Este país exitoso que dejó atrás Latinoamérica en muchos
sentidos está profundamente deprimido. El índice de percepción de la economía
está en el peor nivel y todos los indicadores apuntan hacia abajo. Y no es
sólamente un pesimismo económico, sino que se ha extendido a las grandes metas nacionales,
a la posibilidad de que el país resuelva el problema de la educación. Hoy menos
gente cree que el país podrá alguna vez reducir o solucionar ese problema (un
57 por ciento contra un 68 % de hace un año), llegar a ser un país
desarrollado, de un 59 por ciento de 2006 cayó a un 55 % el 2007.

5. Lo
que se ha instalado es un escepticismo en el país respecto a la capacidad del
Estado para resolver los problemas. Hay un profundo desconsuelo entre los
chilenos porque se dan cuenta de que el Estado –que en algún momento se pensó
podría ser el gran solucionador de los problemas del país– no es capaz . Y el
problema del Transantiago, más allá de la crisis que significa para la
locomoción pública, ha venido a reafirmar esta creencia de que si un Estado no
puede arreglar el problema de la locomoción, probablemente no pueda arreglar
tampoco, prácticamente ningún problema del país, y no hablan del gobierno, es
el Estado.

6. Me
pregunto ¿en estos 20 años cuándo se instaló este pesimismo? Según mi teoría,
se instaló precisamente hace 10 años, en 1998. Si miramos el índice de
percepción de la economía –que he calculado durante casi 30 años–, ese año la
caída es violenta. El año 98 se produce la caída y hasta ahora no nos hemos
recuperado. Hemos estado casi siempre pesimistas, casi todo el gobierno de
Ricardo Lagos (al final de su gobierno surgió de nuevo el optimismo, pero de
ahí hemos venido para abajo). El derrumbe del año 98 se debió a tres factores:
la crisis asiática, una crisis de la que no nos hemos recuperado, que puso fin
a un sueño, el del crecimiento económico extraordinario de un 7%, un 8%, un 9%,
que expresó la economía en algunos momentos del gobierno del Presidente Alywin.
Eso que parecía dado, que era como un don de Dios, una especie de maná que Chile
había recibido, desapareció violentamente el año 98. Sucedió además un segundo
fenómeno: la detención de Pinochet en Londres, que implicó el fin de la
transición perfecta. Parecía que habíamos solucionado todos los problemas, todo
estaba escrito, el ex Presidente Pinochet envejecía tranquilalmente, no había
juicios (había un juicio en su contra cuando lo detuvieron el año 98). Y
resultó que no estaba completa la transición, que había temas pendientes, y
muchos. Y, en tercer lugar, el año 98 se produjo una crisis empresarial de
proporciones, la de las empresas eléctricas, Endesa, Enersis, que había sido un
sueño de la globalización de las empresas chilenas. Estaba el proyecto de José
Yuraszeck de ir a controlar Endesa, y a través de eso controlar Endesa–España y
controlar la electricidad europea; en fin, una cosa bastante notable como
sueño, pero evidentemente no resultó, hubo un escándalo terrible, todo el mundo
se acuerda de “las chispas” y finalmente el sueño de la globalización
de la empresa chilena también se cayo el 98, con un cuestionamiento al modelo
de empresa privada, privatizaciones, al rol del mercado.

El derrumbe de 1998 nos dejó una realidad
absolutamente distinta. Pero, a pesar de eso, ha sido una década
extraordinaria.

7. Los
cambios culturales y sociales han sido significativos (ver recuadro ). No todo
el mundo está de acuerdo sobre estos cambios, pero son –en general– las grandes
transformaciones que ha tenido la sociedad chilena en estos 20 años. Si tuviera
que reducirlo solamente a dos, diría que se implantó el modelo de economía
libre no solamente en la práctica sino que también en las mentes y en la
ideología de los chilenos. Y, segundo, se ha incorporado una clase media al
consumo de bienes y servicios, y casi todos los otros cambios nacen de esta
lógica del mercado, del individualismo de esta clase media numerosa que se ha
incorporado a todo tipo de consumo y servicios. Esta clase media es un fenómeno
que está ocurriendo en el mundo. No es una cosa rara, es algo que está pasando
en el resto del mundo, en la China, en la India, en que aparecen estos millones
de personas, se incorporan al consumo y tienen una serie de cambios culturales,
sociales y económicos.

8. Luego
está la sorprendente revolución cultural, de la que he hablado y escrito mucho.
Especialmente de la caída del número de nacimientos, este fenómeno tan
sorprendente que nos ocurrió en Chile en estos 20 años. Disminuyó drásticamente
el número de nacimientos (de 387 mil en 1990 a 252 mil en 2007) y produjo una serie de
problemas de envejecimiento de la población y un cambio, por ejemplo, en los
patrones electorales. Otro fenómeno en esa línea son los niños nacidos fuera
del matrimonio, una demostración del cambio cultural de la que nadie ha dado
una explicación muy buena. Viendo los nacimientos del año 2008, hasta el mes de
agosto el número de niños nacidos en Chile este año, –fuera del matrimonio
según el Registro Civil– es 64%. O sea, dos de cada tres niños son nacidos
fuera del matrimonio en este año (el año pasado 62%) He visto estadísticas de
cantidad de nacimientos fuera del matrimonio del mundo, y Chile tiene cifras
más altas que Suecia y Dinamarca, y de países como Italia o Grecia. El
matrimonio es una rareza en el Chile de hoy. De 104.000 matrimonios en 1990,
pasamos a los casi 60.000 matrimonios de 2007.

9. Hay
otra revolución en estos 20 años, que podríamos llamar ideológica,. En la
encuesta Bicentenario Adimark 2007 preguntamos a la gente si creía que cada
persona debería preocuparse y responsabilizarse de su propio bienestar o el
Estado debería hacerlo, y la respuesta nos sorprendió. Un 23%, o sea,
prácticamente uno de cada cuatro, se puso en el extremo uno (cada persona
debiera responsabilizarse por su bienestar) y en total un 60% se inclinó hacia
la opción individual, versus la opción que podríamos llamar estatista.

En otra encuesta se preguntó si apoya usted el
modelo económico existente hoy en Chile basado en libertad de precios, economía
abierta al mundo, y empresas privadas mas que estatales. Y el 55% sí lo apoya.
Pero lo más notable es que los jóvenes 18 a 24 años son los que en mayor medida apoyan
esta visión de una economía abierta.

10. Algunos
cambios son menos visibles, por ejemplo la globalización. Una paradoja que nos
invade, pues lo local arrasa. El informe del PNUD del 2002 determinó que la
imagen de los chilenos se había vuelto difusa y poco creíble para la mayoría de
las personas. Junto con ello se ha debilitado el sentido de pertenencia a
Chile, aspecto que muestran varias encuestas que hemos hecho. Los chilenos
buscan ansiosamente su identidad, pero hay una obsolescencia de ciertos
símbolos nacionales, lo mostró la encuesta Bicentenario, especialmente entre
los jóvenes: la bandera, el Bicentenario, la cueca, las empanadas. Pero hay
también una búsqueda por nuevos símbolos de nuestra identidad, nuestra cultura
y nuestras raíces. La sociedad chilena se ha modificado profundamente, que el
crecimiento, la incorporación al consumo y el bienestar han llegado a una gran
proporción de los chilenos, pero todavía no hay una comprensión adecuada de lo
que ha pasado estos últimos 20 años, especialmente estos últimos 10. Nos falta
mucho para comprenderlo, pero en lo que sí estaremos todos de acuerdo es que se
ha producido una de las transformaciones más revolucionarias, más profundas de
la realidad que haya ocurrido probablemente en cualquier otro período similar
de nuestra historia.

Los 9 cambios cruciales de la sociedad chilena
en los últimos 20 años

1. Disminución de la pobreza. Mejora
significativa del nivel de vida.

2. Irrupción de la clase media.

3. La instalación de la lógica individualista
de la economía de mercado.

4. Menor confianza y menos expectativas en el
Estado.

5. Desconfianza hacia instituciones sociales
en general.

6. Debilitamiento del sentido nacional, pero
valoración de lo local.

7. Secularismo. Alejamiento de valores
tradicionales.

8. Debilitamiento del concepto tradicional de
familia.

9. Un acelerado cambio demográfico.

 

A 2 años del Bicentenario: elites deprimidas

1. Roberto Méndez: 1998, el
año del quiebre

2. Eugenio Tironi: Mi país privado

3. Roberto Méndez: “la elite está
viviendo la elección de Bachelet como un error hestórico”

4. Eugenio Tironi: “respecto a su vida privada, la gente no
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5. Carlos Peña: “que nos
sintamos mal es un buen síntoma”

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